30. sorpresa

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Los meses pasaban muy rápido y Tom seguía sin tener alguna noticia sobre su novia

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Los meses pasaban muy rápido y Tom seguía sin tener alguna noticia sobre su novia. La madre de Hela fue personalmente hasta Hogwarts, para decirle al director que su hija no asistiría a la escuela, hasta que solucionara su pequeño problema de salud. También lo insulto por la pésima atención que su hija recibió en la enfermería y por no haber notado antes los síntomas que Hela estuvo presentando.

Lo poco que sabía Tom, eran por las cartas que Hela le enviaba. Él le escribía cartas, al igual que sus amigos, pero ella no decía nada sobre su salud, solo decía que a veces se sentía mal pero no especificaba nada.

Las cosas habían cambiado bastante dentro del grupo de amigos. Los demás ya se dirigían a Tom como "Voldemort" y Hela estaba al tanto de todos los planes de su novio. Todo le estaba saliendo tal cual como él quería, solo le faltaba Hela a su lado.

Tom ya se había graduado con honores de Hogwarts y Hela se lo hizo saber por una carta, lo orgullosa que ella estaba. Pero él no le respondió.

──Mierda ──maldijo Hela al tratar de ponerse de pie. ──Cada vez es más difícil levantarme ──se dijo a ella misma.

Una elfina domestica corrió hasta ella, para ayudarla a ponerse de pie pero Hela ya lo había logrado ella misma.

──Que linda corona de flores hizo mi ama ──dijo tímidamente la elfina.

Hela la ignoro y dejo caer la corona al suelo.

──Iré a caminar, no quiero que me molestes.

──Pero el señor dijo que no puede merodear por la mansión sola, podría ocurrirle algo, se encuentra en un estado muy delicado.

──No me moriré por caminar sola unos minutos. Si aprecias tu empleo será mejor que me obedezcas ──amenazo Hela.

──Disculpe mi ama ──la elfina bajo la cabeza.

──Cuando vuelva de mi caminata quiero que dejes preparado en mi cuarto la merienda ──dijo Hela mirando el cielo y luego dirigió su mirada a la elfina. ──¿Entendiste o te lo digo más despacio?

──No mi ama, entendí. Le preparare su pastel favorito ──sonrió la elfina y corrió hacia la mansión para empezar a preparar lo pedido por Hela.

La chica suspiro y llevo sus manos a su cadera, últimamente le dolía cuando se encontraba de pie.

Camino hacia la parte trasera del patio, para poder alejarse de las miradas de los elfos que la vigilaban a cada momento por orden de sus padres.

Cuando estuvo lo suficientemente alejada, se puso detrás de un gran arbusto y saco del bolsillo de su vestido verde pastel, un cigarrillo.

Tom no estaba tan lejos de donde se encontraba Hela. Sabía que los padres de su novia no se encontraban en la mansión y con ayuda Rosier, que conocía muy bien la casa de Hela, intentaría entrar por la parte trasera del patio.

──Me está doliendo la cabeza ──se quejó Evan. Tom tenía su pie en la cabeza de Rosier mientras trataba de saltar el muro.

──Cierra la boca y quédate quieto que casi logro pasar al otro lado.

Hela se giró asustada justo cuando escucho un fuerte ruido detrás de ella. Se sacó el cigarrillo de los labios y abrió los ojos sorprendida.

──¿Tom?

El chico había caído hacia el otro lado, después de que Rosier le diera un pequeño empujón para que pudiera pasar del otro lado del muro.

Lo primero que Tom vio, fueron los pies descalzos de Hela. Se quedó inmóvil cuando sus ojos se posaron en su vientre. Hela se puso nerviosa por la reacción que podría llegar a tener el chico.

──Hela... ──murmuro Tom sin poder creer lo que estaba viendo.

Su mirada subió hasta el rostro de Hela, quien trato de sonreírle, pero al ver el rostro de Tom, solo se acomodó el cabello detrás de su oreja.

Tom se levantó del suelo pero no se acercó a ella. Estaba procesando lo que estaba viendo. Hela camino lentamente hacia él, con algo de temor.

──Estas embarazada ──afirmo Tom con seriedad.

Hela asintió con sus manos en el vientre.

──¿Por qué no me dijiste nada? ¿Por qué me ocultaste algo así? ──Tom no lo podía creer. ──Se supone que no nos ocultamos nada.

──No es tuyo este bebe.

──Me engañaste ──fue lo primero que asumió el chico.

──¡No! ──se apresuró a decir. ──Te amo, Tom. Nunca te engañaría.

──Entonces no lo entiendo. ¡Dices que no me engañaste, pero ese bebé no es mío!

Tom llevo su mano al puente de su nariz y suspiro. Trataba de no alterarse más de lo que ya estaba.

──Es de mi primo, Apolo.

𝐘𝐄𝐒 𝐌𝐘 𝐋𝐎𝐑𝐃 ❪ 1 ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora