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Hela prefirió mentirle a Evan, no quería que su amigo supiera que ella había matado a su primo cuando la intento violar. Además, Rea le dijo que caratularon la muerte de Apolo como suicido, así que si alguien preguntaba por él, tenía que decir eso.
Rosier estaba de rodillas frente a Hela, tenía sus manos sobre su vientre, sintiendo las patadas de bebe.
──¿Elegiste algún nombre? ──pregunto Evan acariciando el vientre de su amiga.
──Mis padres le van a poner Hefesto.
──Dime el nombre que pensaste tú.
──Amón ──sonrió la chica. ──A Tom le gustó mucho el nombre que elegí.
──Es un lindo nombre ──murmuro Rosier y dejo un beso en el vientre de Hela.
Evan se levantó del suelo, saco un cigarrillo y le dio la espalda a su amiga para fumar sin molestarla con el humo y apoyó sus codos sobre la baranda del balcón.
──Hela... ¿tú realmente amas a Tom? ──pregunto de repente, haciendo que Hela se sorprendiera.
──¿A qué viene esa pregunta?
──Solo responde, Hela.
──Si, lo amo y mucho ──respondió Hela.
La chica escucho como su amigo suspiro. Hela se levantó de su asiento y se puso a un lado de Evan, juntos observaron la luna.
──¿Qué soy para ti? ¿Me amas? ¿O solo soy un amigo?
Hela frunció el ceño.
──Obvio que te amo, Evan, eres mi mejor amigo y pasamos muchas cosas juntos.
──Si, pero no me amas como a amas a el ──pensó Evan.
──¿Por qué preguntas esas cosas?
──No tiene importancia ──dijo llevando el cigarrillo a sus labios. ──Te extrañe... bueno, todos te extrañan en realidad.
──Yo sé que no pueden vivir sin mi ──bromeo la chica. ──Me gustaría que vinieran todos a visitarme, pero es complicado ya que mis padres no quieren que nadie sepa de mi embarazo. Pero envíales mis saludos a todos.
──Lo haré. Ya es hora de irme ──aviso y tiro el cigarrillo por el balcón.
Hela lo abrazo con fuerza, sintiendo su perfume.
La chica se alejó de él y Evan le sonrió con melancolía, pero Hela no lo noto.
──Hela, yo también te amo... como amiga.
Los meses pasaban y octubre estaba empezando. Hela se encontraba muy nerviosa, en cualquier momento daría a luz, y eso la aterraba porque no sabía cómo seria. Los libros que ella leyó, describían el parto como algo muy doloroso.
Hela, estaba recostada en su cama, leyendo el libro de artes oscuras que le había regalado su tía Temis, en su cumpleaños número 16. Sus padres se encontraban en la sala y su hermano estaba en el patio, seguramente molestando algún elfo doméstico.
La chica trato de levantarse de la cama pero sintió una fuerte punzada en su cadera. Un gemido de dolor salió de sus labios. Logro ponerse de pie y sintió como algo líquido caía por sus piernas.
──Mierda.
Hela realmente se encontraba muy asustada, no sabía qué hacer.
Sentía cómo si su cadera se estuviera abriendo. No podía explicar el dolor que estaba sintiendo.
──¡Mamá! ──grito Hela, con las manos apoyadas en la pared. ──¡Papá! ──Hela no recibía ninguna respuesta.
La chica casi caía al suelo, pero logro mantener la compostura y camino hasta el baño de su habitación. Se sentó dentro de su bañadera, levanto sus rodillas y apoyo su espalda contra la fría porcelana blanca. Todo su cuerpo temblaba.
Los gritos de dolor de Hela se escuchaban por toda la mansión Romanov. Cronos y Rea la estaban escuchando pero no hacían nada para ayudarla. Los elfos también la oían pero los padres de Hela, les prohibieron ayudarla en el parto.
El señor y la señora Romanov, sabían que el parto de su hija sería complicado y que podría correr riesgo la vida del bebe y Hela. Ellos esperaban que el parto se complicara y su hija muriera desangrándose junto al bebe. Así se deshacían de dos problemas de una vez.
Hela sintió un fuerte dolor en su entrepierna y un grito de dolor salió de sus labios. Las lágrimas no paraban de salir de sus ojos.
──Mami, por favor ayúdame ──trato de gritar Hela, pero ya no tenía voz de tanto gritar, para llamar a sus padres o alguien que la pudiera ayudar.
Hela comenzó a sentir pánico cuando vio sangre escurrir por sus piernas.
