Harry recorrió la planta principal, mirando en las pocas puertas. Un cuarto de baño, la cocina, un despacho y un dormitorio estaban junto a la sala de estar. El papel de la pared estaba amarillento y descascarillado. Harry no podía saber de qué color había sido originalmente el papel pintado, pero pensó que podría haber sido rosa. Se preguntó cuánto tiempo había tenido Dumbledore esta casa y si la había guardado sólo para este propósito, para esconder a Harry cuando fuera necesario. En cualquier caso, Harry estaba agradecido de que la casa estuviera a su disposición. Preferiría estar en Hogwarts, o en Grimmauld 12, o en La Madriguera... pero Severus parecía abatido y eso era suficiente para que Harry creyera que quizás no estaba a salvo. Su vida corría peligro, por supuesto, pero necesitaba perder su vida a manos de Voldemort para destruir al bastardo de una vez por todas. No podía morir a manos de un mortífago de poca monta, o los esfuerzos de la Orden serían inútiles. Las vidas perdidas ya habrían sido en vano.
Harry echó una última mirada a la vacía y polvorienta habitación y cerró la puerta.
-Si prefieres esa habitación, puedes quedarte con ella-.
-No, está bien. Mi baúl ya está arriba. ¿Es esta tu habitación?-.
-La mía está arriba, al lado de la tuya-.
Harry se sentó junto a Severus en el largo sofá, con un par de metros de distancia entre ellos. Severus levantó la vista de su libro y miró a Harry con cautela.
Harry se rió, avergonzado. -No te preocupes. No intentaré abrazarte de nuevo. Yo...-
-Te ruego que no vuelvas a disculparte-.
Harry se rió. -No, iba a decir que respetaré tus límites personales-.
Severus gruñó y continuó leyendo. Harry vio que era el mismo libro de profecías que había tenido antes en sus manos.
-Dumbledore tiene razón. No vas a poder detener esto. Por favor, deja de perder el tiempo. Quédate aquí conmigo-. Harry puso la mano en el brazo de Severus, con las yemas de los dedos sobre la marca oscura.
Severus volvió a mirar a Harry. -Estoy aquí contigo-.
-No, me refiero a que aceptes mi destino como lo he hecho yo. No te mates tratando de impedirlo-.
-Potter, sólo lo diré una vez más-. La voz de Severus era severa como no la había escuchado en mucho tiempo. -Yo. No. Romper. Promesas-. Severus se frotó los ojos y añadió en voz baja. -Ya no-.
-Cierto-, dijo Harry desanimado. -Mi madre-.
-Sí-.
-Me voy a ir a la cama-. Harry se puso de pie pero Severus lo detuvo agarrando su codo.
-Espera-.
Harry vio el pánico en los ojos del hombre mayor. El hombre respiró profundamente y miró hacia el lugar donde Harry acababa de sentarse. -Por favor, vuelve a sentarte-. Era quizás la petición más tierna que el hombre le había hecho a Harry y por eso hizo lo que le pidió.
-Yo no... es que lo he hecho-. Severus se aclaró la garganta. Harry no había oído antes a Severus tropezar con sus palabras. -Tengo que pedirte disculpas. No soy de los que se disculpan, obviamente. Sin embargo, te debo una. Le prometí a Lily cuando éramos apenas unos niños, que siempre estaría a su lado. Le prometí que la protegería. No lo hice. Nunca me perdonaré por eso-.
-No, profesor, de verdad. No necesita disculparse conmigo. No creo que hubiera podido hacer nada para salvarla. Pero, gracias. Sé que fue difícil para usted decirlo. Gracias, de verdad-.
Las manos de Severus comenzaron a temblar visiblemente. -Pensé... pensé que eso era lo que te molestaba... que mencionara a tu madre-.
-No-. Harry no podía expresar con palabras lo que le había molestado. Se sentía mal porque su comportamiento en ese momento había provocado la aparente perdición de Severus. Nunca había visto al hombre tan agitado o alterado. Era desconcertante. Harry apreciaba el comportamiento continuamente sereno de Severus y no disfrutaba viéndolo comportarse de otra manera.

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RUMOURS
FanfictionHarry descubre que la profecía dice que morirá cuando se enfrente a Voldemort. ¿Qué pasa si Severus Snape se niega a permitir que esto suceda? Una nueva amistad entre un estudiante y un profesor se convierte en la fuerza más poderosa contra Voldemor...