TADEO.
15 años atrás.
—¡Pásamela! —rujo. El sudor empapa mi cuerpo, me saco la camiseta y varios compañeros me imitan, en verano el clima en la ciudad de Tandil es realmente pesado y se acentúa cuando me encuentro para jugar con mis amigos—. ¡Vamos! ¡Vamos!
Pronto el lugar estalla en gritos y corro a abrazarme con mis amigos, saltando, lanzándonos unos arriba de otros y riendo de felicidad. Ganamos el partido, metí el gol que nos colocó en la punta de la pirámide. Algunos lanzan sus camisetas sucias y mi mejor amigo siendo relativamente torpe resbala por ellas y cae en el barro. Pronto las carcajadas me recorren, ¡que idiota!
El partido se extiende treinta minutos más, jugamos entre amigos por lo que debería actuar menos competitivo, por supuesto no es opción. Se lleva acabo en la casa de mi mejor amigo; Alejandro, él si es un verdadero desastre jugando. Se cae, distrae a los demás, no mete goles. Ahora está cubierto de barro, que oculta su cabellera castaña clara, su piel blanca teñida de marrón hace que sus ojos negros sean lo único visible. Cuando terminamos me encamino hacía mi amigo para despedirme, prometiendo que estaré mañana para seguir jugando.
—Voltéate —le hago caso—. ¡No así, tarado! ¡No como el exorcista! —me cruzo de brazos ante su regaño.
—Es como decir: no huelas aquello, no hagas eso.
—Bueno sabelotodo —susurra entre dientes—. Nos acercáremos a las chicas, les comentaremos lo bien que jugamos a la pelota, vos te irás con Martina y yo con su amiga.
Martina era la chica que me gustaba desde jardín. Ahora que era maduro, teniendo siete años de edad, estaba preparado para declararle mi eterno amor. Por otro lado, su amiga solo era su amiga, no teníamos idea de quién era. Alejandro se sumaba para «hacerme el aguante».
—Mira lo buen amigo que soy, mi mamá está esperándome con la chocolatada nesquik y estoy desviándome.
—Estoy nervioso —hablo, Martina y su amiga nos localizan ya yendo para encontrarnos con ellas.
—No digas nada friki.
—¿Es en serio? Estás cubierto de mierda y yo soy el raro, ¿no te importa encontrarte con la chica así?
Es él quien ahora gira como el exorcista y se pega a mí, manchando mi brazo derecho con su mierda.
—¡Puto...!
—¡Hola chicos! —sonríe Martina. Se ve hermosa bajo el caluroso sol, su pelirroja cabellera corta danza con sus movimientos y sus ojos azules brillan, su rostro está cubierto de pecas—. Alejandro que feo estás.
Al lado su amiga ríe.
—¿Yo? —se horroriza Alejandro—, ¡pero si Tadeo también está manchado!
Le miro con los ojos bien abiertos, silenciándolo al instante. Él le ofrece su mano a la chica que no conozco y se adelantan, caminando por delante de nosotros. En algún momento los perdemos de vista y Martina me acompaña en el trayecto a mi casa. Mientras mis amigos viven en la ciudad, yo vivo más alejado, es decir, en el medio de la nada.
—¿Podrás regresar sola?
—Sí —confirma y en sus mejillas sus hoyuelos se marcan—. Jugas muy bien —sonríe tímidamente.
ESTÁS LEYENDO
Dulce Asesina Serial
Fiksi RemajaBianca Vital convive al margen de la sociedad, con demás familias, quienes pertenecen junto a ella a un grupo cerrado que sigue estrictas reglas. Ya que el que entra, tiene prohibido salir. Liderado por un joven adulto fanático de Satán. Pero para...