Como una princesa en apuros Kayden intenta desaparecer del fondo del pasillo, corriendo hacía su habitación para encerrarse. Esta apunto de lograrlo cuando alcanzo la puerta a medio cerrar e ingreso a su espacio. Ahora soy yo quién la cierra con la llave que ya estaba puesta y nos atrapa en lo que sería su casa.
—¿Te obligó? —su voz sale afectada—. Sé que Tadeo es un hijo de puta pero no... no creí que pudiera llegar a tanto.
—Kayden —doy un paso hacia él. Pero se aleja. Suspiro—. Hice lo que debí hacer por el plan.
—¿Pensas hacerlo vendiendo tu cuerpo? ¡Ja, para eso me hubieras avisado y directamente le pagaba a una prostituta! —revuelve su cabello rubio en un espiral, sus ojos se llenan de lágrimas y comienza a dar vueltas.
Pero él no es el único afectado. Así que intento mantenerme tranquila ante sus palabras. Acaba de insultarme y faltarme el respeto, eso es algo que no voy a tolerar.
—Cuando tus padres dijeron que me necesitaban porqué ninguno de ustedes se arriesgaría a terminar muerto, ¿ahí si estabas de acuerdo?
—No.
—¿No? —mi risa sale tan seca y amarga, que de nuevo debo recordarme de mantener mis emociones inestables en una línea recta—. Entonces mírame a los ojos y pedíme que me detenga. Que deje de arriesgar mi vida relacionándome con el líder para que él pueda olvidarme y que no vuelva a pedir mi cercanía.
Su frente forma líneas llenas de tensión y su piel blanquecina se enrojece por la furia.
—No me debes fidelidad.
Alzo mis cejas, volviendo a reír.
—Eso creía.
Nota mis deseos de irme, me detiene al poner una mano en mi espalda e impulsarme a caminar al baño. De allí saca un botiquín y comienza a limpiarme la herida del brazo.
El momento es increíblemente incomodo y es extraño cuando intenta romper el silencio.
—Me refería a que esa no es la forma de lograrlo. Pueden haber muchas más.
Lo ignoro. Mis decisiones no son de su incumbencia, lo que si, es el plan que pende de un hilo.
—Lo que estoy haciendo yo, es lo que tus padres y vos nunca podrán hacer. Recuerda que Tadeo te pidió que vos hagas mi herida y lo hiciste.
—Tengo en claro que soy un cobarde.
—Lo que sea la mierda que haya pasado entre nosotros, termina en este mismo instante. Hay que centrarnos en encontrar a tu hermano y salir de la mansión.
—Estoy de acuerdo —fracasa al intentar no mostrar ninguna expresión, siendo que lo que le caracteriza es ser expresivo en cada emoción que atraviese. Esta vez viéndose reacio y levemente herido.
Mi orgullo es el que padece, esperaba que al menos le doliera un poco más o no lo sé, ¿me rogara?
—Bien. Primero me responderás algunas dudas.
—Adelante.
—Desde el primer segundo que me hablaron del plan me di cuenta de lo poco fundamentado, vacío y sin sentido que era. Lo que es factible ya que tus padres, quienes lo idearon, son médicos, no parte de CSI: Miami. Pero un día, mágicamente se apartaron y dejaron que planee con vos. Mi pregunta es, ¿quién sos vos y qué es lo que están haciendo tus padres?
—Mis padres dedican los días a explorar la mansión y sus alrededores. Yo vigilo y estoy con vos, sos una persona indispensable para el plan. Sos el conducto hacía Tadeo. Y si algo te pasa, todo se cae.
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Dulce Asesina Serial
Teen FictionBianca Vital convive al margen de la sociedad, con demás familias, quienes pertenecen junto a ella a un grupo cerrado que sigue estrictas reglas. Ya que el que entra, tiene prohibido salir. Liderado por un joven adulto fanático de Satán. Pero para...