Dulce Asesina Serial

Capítulo 8

Los señores Stone me relataron la historia de la fotografía y allí se detuvieron, era todo lo que sabían de su niñez, lo que era contraproducente para el plan, debíamos saber su historia a profundidad para atacar sus puntos débiles.

Me dejé llevar cuando lo llame «pedazo de mierda». Él pidiéndome ser su reina cuando horas atrás me había abandonado como castigo en una sala de dulces y representaciones de Satán. ¡Maldita impulsividad! No es algo que pueda controlar con facilidad. Actúo por instinto, por defensa y amenazada, cuando siento que la situación se pondrá en mi contra.

En el momento en el que indirectamente me llamó traidora, fue como si hubiera despertado de una ensoñación, derecho y directo a la dura realidad. No era fácil despertar. Resultó que se trató de su extraña manera de demostrar celos, desde que Kayden llegó comencé a pasar más tiempo con él y eso es algo que Tadeo no pasó por alto.

Hoy es un día caluroso en el pueblo de Food Town, como si fuera la playa de Mar del Plata, nos encontramos aglomerados en la parte trasera de la mansión, la más genial según mi hermana —además del sucio balcón—: la piscina. El patio es digno de la mansión, con su corto y prolijo césped, su ancha y larga piscina transparente, rodeada de reposeras.

Mi madre se encuentra a mi lado, sumergida en una conversación con Cat Brown, la maldita que parió a dos hijas endemoniadas. Mi padre y los demás hombres preparan el asado, el olor llega hasta mí, haciéndome retorcer de hambre.

Comienzo a maldecir internamente cuando Sarah Stone se une a la conversación que tan complacidas llevan mi madre y su amiga. Cat se encarga de hacerla sentir cómoda rápidamente, tal vez sea por su traje de baño que lleva su marca estampada en dorado con unas letras gigantes que son nada más y nada menos que Versace. Si su hijo no fuera conocedor de turbios secretos podría considerar incluirlo en mi pequeño grupo de amigos (Branco y Freya), lastimosamente no es más que mi enemigo y eso pesa más que todo. Charlie y Chanel ya se encuentran a su alrededor, dándole charla e intentando que entre en confianza, diría que para ser sus amigas pero por supuesto que no soy idiota. El niño británico, además de ser atractivo, tiene mucho dinero, lo que para él puede ser extremadamente beneficioso o un arma de doble filo.

En su traje de baño, por supuesto también Versace, luce como un auténtico muñeco de torta. Soy buena leyendo a las personas y la portada de Kayden podría venderte al chico de tus sueños, pero si se lee entre líneas, podemos notar que hasta quién tiene la vida más fácil, guarda la tristeza de sus secretos.

Siento un regaño de Zoe hacía Kian Stone cuando se equivoca en algo respecto al asado, a mi hermana le apasiona cocinar y casi rio por la situación, los adolescentes están destinados a manejar la vida de dicho señor británico. Mi padre, teniendo algunos pensamientos retrógrados para el siglo en el que vivimos, intenta alejarla de la carne pero ella lo hace a un lado y comienza a preparar los demás ingredientes. Muchos hombres argentinos siguen pensando que ellos deben encargarse de la tradición de cocinar el asado y como condición las mujeres servirlo, mientras ellos con su labor terminada encienden la televisión para sumergirse en un partido de fútbol. Por supuesto que no generalizo, comprendo qué hay familias grandiosas con padres que tienen ideales de acuerdo a la sociedad actual, pero... ¿cuántas veces presencié una situación de machismo respecto a la hora de la comida? Me dolería la cabeza con el solo intento de enumerar.

En algún momento Charlie y Chanel abandonan la conversación con Kayden para entrar a la piscina, ¿dónde... dónde te metiste maldito obseso del té?

Visualizo a cada persona que se encuentra en el patio, el grupo de mujeres a mi lado, el grupo que prepara la comida, Freya ahora discute con Charlie, están todos excepto Branco, Chanel y Benjamín. Y por supuesto Tadeo, no lo veo desde esta mañana.