Capítulo 28

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Desde la comodidad de "mi trono" observo, Tadeo es el que da el primer golpe haciendo mover a su padre dos pasos atrás, esté arremete y ambos se encuentran en una lucha de egos donde golpean, sangran, se recuperan y vuelven a golpear.

Dionisio es tan alto como su hijo, esperaba que fueran más parecidos, por lo que recordando la fotografía que vi hace tiempo, descubro que en realidad se parece más a su madre. De él podría decirse que sacó su cabello negro y su carácter maniaco. Si no supiera que son padre e hijo, por la forma en que se desprecian jamás lo sabría.

El puño de Dionisio conecta con la mandíbula de Tadeo y lo tira al suelo, medio cuerpo queda fuera del círculo que integra la estrella.

Por la mirada asustada de todos entiendo que si sale por completo del círculo, está acabado en todos los sentidos.

La sangre se filtra por sus dientes, escupe. Su padre le propina una patada que hace que solo una pierna quedé dentro de la estrella. Él utiliza la fuerza en ella y rueda hasta chocar con las piernas de su padre y aferrándose a estás, levanta su cabeza y las muerde.

—¡Hijo de puta!

Tadeo ríe y ríe, como un niño que acaba de hacer una travesura. Sin embargo Dionisio le propina otra patada, esta vez en su estómago que lo hace gemir. Respira entrecortadamente.

—Te mataré cómo lo hice con tú madre.

Esté apoya la suela de su zapato en el cuello de su hijo y presiona.

—Mírame vengarla —con dejes de voz ronca, se esfuerza para hablar.

Tadeo en una maniobra vuelve a engancharse de las piernas de su padre y lo hace caer. Subiéndose encima de él, sus puños se conectan con su rostro y en cuestión de segundos desfigura su hegemonía.

Lo deja allí, donde las encías de su rival manchan toda la parte de su mandíbula y el morado de sus ojos se extiende por todo su rostro. Su cuerpo suelta leves convulsiones por el dolor que debe causarle.

Es él mismo quien se coloca la corona que antes le correspondía al antiguo líder. Y sonríe, es una de las sonrisas más grandes y brillantes que le he visto formar. Me mira y señala, se inclina levemente.

—Mi reina.

Ovacionan, imitando a su rey, los demás se inclinan ante mí.

Me levanto del trono para...

La electricidad se corta y el festejo pasa a ser chillidos y gritos sorprendidos.

—¡¿Qué hacemos?! —no reconozco la voz.

—¡No lo sé!

—¡Callen todos! —habla Tadeo y sé que estaba apunto de decir algo más, tal vez órdenes, hasta que el inminente ruido de un disparo resuena por todo el sótano.

No es solo uno. Son varios que sé que impactan en varias de las personas que presencian la ceremonia ya que cuerpos caen y al desplomarse, un eco hace sordos a mis oídos.

Ahora si todo lo que puedo escuchar son lamentos y pérdidas.

Personas que no logro distinguir me empujan en el intento de salvarse. Recibo codazos y manotazos que cada vez me mandan más lejos de la salida.

—¡Bianca! —escucho a Zoé gritar mi nombre. Uno de ellos era la que la retenía pero no puedo ver nada, no puedo llegar a ella—. ¡Vete y escóndete! —en su voz escucho lo más cerca al final del mundo.

—¡Haz lo mismo, Zoé! —ruego porque me escuche entre todo el caos—, ¡vete lejos y no me esperes!

Me ayudo con las manos y moviéndolas para todos los lados posibles, tocan una madera donde hay algo que palmo, es cuadrado y tiene una textura como... ¿de papel? Lo agarro.

Dulce Asesina SerialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora