TADEO
No somos los buenos. Nunca lo fuimos y lo sabemos porqué nos gusta. Nosotros somos los hijos de los villanos y los villanos en nuestra propia historia. No me interesa la integridad, el pretender ser otra persona para ocultar lo diferente en mí. Yo creo en la justicia divina, en que puedo ser el mismísimo ángel de la muerte si alguien se interpone en mi camino o no está de acuerdo con mis leyes.
Y ella... era igual a mí.
Bianca, recién salida de la ducha, con su cabello aún goteando, reposa en nuestra cama de seda roja, mientras observa el libro negro. Me dirige una sonrisa.
—El nombre de ella, también estará grabado acá pronto —al pronunciarlo, no puedo evitar tocar su abdomen y ponerme a la altura de la caricia, apoyando mi rostro allí, sintiéndolo todo con completa intensidad. Habría que anunciárselo al resto del grupo, esta gran noticia conlleva una celebración.
Ella me hace subir para darme un largo beso.
—Será la próxima reina.
Pero eso nunca pasó.
Tal vez... si se lo hubiese dado, entregado un amor sano, lo que en verdad necesitaba, un amor que no le hiciera recordar a sus padres, quizá ella me correspondería. O si... Mi cabeza era un desastre en esta instancia, no pudiendo dejar de pensar en qué hubiese pasado si no me equivocaba en mis actos dañinos y estos no tenían su determinada consecuencia. En mi pecho sentía un dolor profundo.
Ese futuro. Irrealista, ilógico, porqué eso fue lo que nunca fuimos.
En el momento en que recobre la consciencia, mi corazón se encogió y ardió mi pecho del peso que significó que mi reina se había ido.
La odié, me desesperé y grité con todas mis fuerzas. Alertando a los enfermeros cerca que no tardaron en preguntarme qué sucedía. Cuestionando a los médicos, si se trataba de algún shock luego de la intervención o algún mal procedimiento. ¿Cómo explicarles que no me dolía lo físico?
Me encontré con mi cuerpo entumecido sobre una camilla de hospital, con mi brazo adormecido por el suero conectado a mis venas y mis ojos hinchados por el llanto luego del calvario.
Y aún así, Bianca tenía razón, llevándose su corona y una parte de mis sentimientos con su partida.
Lo que sí pasó es que yo desperté de la cirugía con tan solo una carta a mi lado:
Querido Tadeo,
Odio tener que estar escribiéndote esta carta porque eso significa que para el momento en que la leas, yo ya me he ido muy lejos. No puedo decirte dónde iré, pero no volveré con mi hermana ni con Branco. Definitivamente tampoco seguiré siendo parte del grupo. No puedo ser parte de algo que nunca creí y desde el principio me sentí forzada. Quiero tener mis propias convicciones e ideologías, no quiero tener el amor de otros si como consecuencia debo renunciar a lo que soy.
Recuperaré a Benjamín y trataré de hacer que al menos el resto de su vida sea la de un niño normal. Todos nosotros, incluso yo, le hemos causado mucho daño. Y no solo a él, a muchas personas, sea justa o injustamente.
Nosotros no somos Dioses o intermediarios entre el bien o el mal, ni mucho menos el conducto hacia Satán.
Yo soy una asesina, una traidora y mentirosa.
Y vos también lo sos.
Si seguimos juntos no haremos más que destruirnos. Somos tóxicos uno para el otro. Nuestra relación es todo lo que el amor no debería ser. Ambos, sentimos el amor en una persona equivocada. Estamos controlados por nuestros impulsos de venganza, obsesión y manipulación. No merecemos ese final.
Todo lo que quise desde niña, desde que llegué a la mansión fue huir. Te amo, Tadeo, como nunca he llegado a querer a alguien, ni siquiera a mi misma. Es la razón por la que debo escapar de nosotros. Mi amor no es sano, no puedo entregar lo que yo quiero darte y tampoco podrías recibirlo, porqué sé que terminarías haciéndome daño. Separándome de lo que realmente siempre deseé: mi libertad.
Soy hija de una mujer con psicopatía diagnosticada y vos de un hombre parecido a mi madre. Nosotros debemos ser la generación que al fin corte con el ciclo tóxico que viene produciéndose desde generaciones mucho antes de nosotros.
Sé que quizá me guardes rencor por esta decisión. Solo recuerda a esa Bianca lastimada que llegó a la mansión. Insegura y completamente aislada. Creo que esa Bianca mucho más inmadura y joven, vio una figura en vos, un ídolo, una fortaleza. Es algo que nunca dejé de ver, hasta cuando te vi rumbo a cirugía y apenas era visible tu respiración.
También sé que me vas a buscar. No lo hagas. No lo intentes.
Quiero escapar lejos del fantasma de mi madre y todas las cadenas que me atan a lo que ocurrió en la mansión y antes de ella. No quiero cometer el error de ser como ella porque sé que si sigo a tu lado, lo seré o incluso, una versión peor a lo que fue cuando estaba viva.
Voy a pedirte un último favor: quiero que liberes a los Brown. Después de todo lo que han pasado y como fueron arrastrados al final por nuestro egoísmo y aun así se mantuvieron fieles al rey y la reina, merecen ser felices. O al menos, tener la oportunidad de elegir. Si quedarse o irse.
Es lo que también merezco.
Mientras te escribo esto, sostengo tu mano y no puedo evitar apoyar mi cabeza en tu pecho para sentir el latir de tu corazón, que es lo que mantiene la certeza de que estás bien, y de que si pudiste recuperarte, vas a poder salir de lo que sea. Sos fuerte, valiente y no es extraño que esté enamorada de vos, pero no puedo aceptar eso e ignorar tu parte distante, agresiva y sádica con la que me he topado muchas veces y ha dejado secuelas en mí. No puedo perdonarte muchas cosas, como el día en que me dejaste encerrada entre un montón de velas y me desmayé, un pedacito de mi alma se quebró en ese momento. No puedo quedarme a tu lado y odiarte mientras te amo. No es justo luego de tanto sufrimiento. Perdí a mi familia, mis hermanos ya no son los mismos, perdí a mis amigos, me perdí a mi misma. No puedo aceptar un amor que terminaría de destruir mi alma. Seríamos una gran pareja de villanos pero no es lo que necesito.
Seguirás viviendo, Tadeo, y yo también, es el motivo por el que nunca dejaré de quererte. Es por eso, que encontrarás esta carta sobre la mesa y me iré a algún sitio donde nuestro romance jamás vuelva a ocurrir.
Si después de todo, tus creencias siguen en pie, pide que en otra vida nuestro amor pueda ser posible, porqué lo deseo, pero más anhelo ser libre.
Con mucho cariño, Bianca, tú reina.
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Dulce Asesina Serial
Teen FictionBianca Vital convive al margen de la sociedad, con demás familias, quienes pertenecen junto a ella a un grupo cerrado que sigue estrictas reglas. Ya que el que entra, tiene prohibido salir. Liderado por un joven adulto fanático de Satán. Pero para...