Capítulo 18

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A las siete de la mañana cada miembro de las familias es obligado a participar de mi ceremonia. Ser, básicamente, un espectador de mi asunción a reina.

Camino hasta llegar al salón, en el que mis sentidos rápidamente captan los cuadros representativos a Satán, una alfombra de color sangre que se extiende hasta el fondo, y a nuestro alrededor cortinas negras, que mantienen los rayos del sol fuera de nuestra capacidad.

Zoé y Benjamín detrás, mis padres a mis lados. Juan hace entrelazar nuestras manos y en ningún momento cambia su expresión neutral, en cambio a Valeria la observo cambiarla varias veces; por momentos sonríe, por otros se ve feliz y finalmente desanimada, incluso con envidia. Es una mujer que nunca terminas de conocer, por lo que adivinar lo que planea en su retorcida mente, debe razonarse mucho.

Desde atrás, distingo las espaldas de todos ya aquí, que voltean para mirarme con curiosidad.

Mis hermanos se sientan y mi madre los acompaña. Mi padre queda a mi lado y por ese simple hecho ya me encuentro frunciendo el ceño.

Nosotros somos ahora los que debemos girarnos cuando pisadas se hacen prominentes. Él queda frente a nosotros, su mirada recae en mí, examinándome de arriba a abajo, desde mis botas negras a mi vestido negro que cae hasta un poco más arriba de mis rodillas y es suelto en la parte de mi abdomen. En realidad, me queda de maravilla.

Obviamente coloqué en mis labios un precioso color violeta.

Como de costumbre él viste todo de negro. Esta vez conserva algunas de sus cadenas y se ve increíblemente bien con su cabello negro desordenado y el grueso delineado en sus párpados, realzando el celeste de sus ojos.

Mi padre finge una tos y al fin la mirada de Tadeo se posa en él.

—Podes sentarte. Esto dista mucho de ser una boda —su voz es burlona.

Mi padre le hace caso. Acto seguido, Tadeo me guía por la alfombra de terciopelo roja, llegando al frente de todos, dónde siempre utiliza este espacio para hablar.

—Algunos tienen la gracia de nacer especiales, mágicos, útiles. De tener la inteligencia de despertar de la matrix, de poseer la gracia de combatir los ideales impuestos que nos otorgan inmediatamente en nuestro primer respiro. Otros nunca lo hacen, y tal vez todas nuestras mentes estén podridas, porqué como seres del pecado, todo nuestro camino en esté enojado mundo, está trazado. Por seres superiores, tal vez, según su creencia, ¿fue el diablo quién te maldijo o fue la élite? Desde que el fruto prohibido fue probado, fue que nosotros encaminamos a nosotros. En nosotros está la respuesta.

Mi cuerpo empieza a dormirse en la anticipación, realmente no sé a qué quiere llegar. Todos le observan con atención y Kayden con una pizca de delirio.

Tadeo continúa.

—Hemos sido engañados y lo seremos hasta el fin de los tiempos. Porqué así como hay personas con dones naturales para despertar, los dormidos abundan.

Se toma un tiempo para respirar, pero no tarda en sorprenderme al pronunciar las siguientes palabras.

—Kayden ve y busca un cuchillo con el filo más fino que encuentres.

Intento no resoplar. Mientras que Kayden titubea.

Miro a Tadeo en busca de respuestas.

Dulce Asesina SerialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora