Capítulo 22

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Cuando desperté fue cuando empecé a sentir como un cosquilleo en mi cuello, sonreí inevitablemente al darme cuenta de que se trataba de Peter, estaba besándomelo.
Volteé para quedarme mirándolo a los ojos y le acaricié el pelo.
-Buen día-lo saludé y besé su mejilla.
-Buen día La-él elevó sus cejas coqueteando conmigo-menos mal que ya hiciste tus valijas hace unos días, eso te deja tiempo para quedarte conmigo en la cama
-No me disgusta para nada el plan pero tenemos que hacer todo el papelorio para ir ir a Córdoba-le hice una caricia en la cara- dale, ¡vamos!
Besé fugazmente sus labios y él suspiró, también se puso de pie.
Me di una ducha, Peter se dio otra y desayunamos rápidamente, íbamos a despegar al mediodía.
Terminé de guardar algunas cosas que todavía quedaban sueltas y me arreglé para estar lista, para abandonar mi departamento.
Peter movió con poco escuerzo mis valijas pesadas y cargadas de ropa, iba a visitar con mi nuevo tour distintas provincias de Argentina.
Estaba feliz de poder introducir a Peter a mi mundo, él parecía sentirse cómodo, a gusto.
Sonreí dulcemente al verlo jugar a las escondidas junto a la nena del asiento de atrás, cuando nos habíamos subido al avión se había puesto a jugar como un nene.
Algo que me gusta él el instinto paternal que tiene, lo bien que se lleva con los nenes, no es la primera vez que lo veo así, ayer lo vi jugar con la hija de una fan.
-¡Llegamos!-miré a Peter entusiasmada.
Bajamos del avión y alguien nos había venido a buscar, en el medio de todo este habían varias fans esperándome, les sonreí y saludé a cada una de las personas, me saqué fotos, firmé discos, amaba estos momentos.
-¡Nos vemos en el show!-saludé antes de irme.
Peter se sentó a mi lado, la camioneta nos llevó hasta el hotel.
-¿Vas a ensayar hoy, no?-él quiso saber.
-Ensayar mañana temprano, pero ahora quiero ver si todo esta listo en el teatro-lo miré y elevé mis cejas- sí, soy perfeccionista, quiero que todo este bien
-No te dije nada-se rió de mi- también soy perfeccionista, te entiendo
No tuve tiempo para nada, fui directo al teatro y me puse a ver si todo estaba como quería, revisé desde la luz hasta el sonido de mi banda.
-Estamos por hoy-saludé a todos antes de irme del teatro-¿vamos a almorzar?-miré a Peter que se me quedó mirando.
-Son las cinco de la tarde La-se rió- estabas muy compenetrada en lo tuyo
-Sí.. Igual podemos comer unas papitas, un tostado.. Algo intermedio-elevé mis cejas- perdón, se me pasó el almuerzo..
-Todo bien-él me dio un abrazo mientras dejaba un besito en mi frente.
Fuimos al restaurante del hotel y pedimos lo que sugerí hace un rato, también tomamos una cerveza.
-Ahora tengo un ratito para relajarme...-se lo susurré a Peter en el oído y cuando me aparté un poco él elevó sus cejas-¿me haces unos masajes? Todo esto me estresa un poco, siempre sale todo bien pero...
Me dio un beso, noté que se estaba poniendo algo intenso, me aparté riéndome.
-Estamos en público-se lo recordé.
-Buen punto-él asintió con la cabeza entre risas.
Pagamos y nos pusimos de pie para llegar a nuestra habitación, cerré la puerta de una patada y Peter elevó sus cejas mirándome, lo empujé contra la cama y lo besé con hambre.
-No entiendo donde este cuerpito todo chiquito guarda tanta energía-sonrió sobre mi boca.
-Soy así.. Y no lo lamento-jugué con su pelo.
Peter me besó, ahora dulcemente, llevé mis labios a su cuello y se lo besé, como él lo hizo conmigo por la mañana.
Pasó otro de esos momentos que me hacen sentir especial, un encuentro, apasionado, lleno de cuidado, dulzura, Peter cuidó que me sienta bien todo el tiempo, como en el día uno en el que lo conocí.
Recorrí su cara con una de sus manos sin poder dejarlo de mirar, sus ojos, él en general me generaba paz, él era mi antítesis, yo un culo inquieto y él un ser tan tranquilo.
-Yo...-la voz me tembló por lo que estaba por decir- te eché de menos cuando te fuiste... Quise engañarme, no pensar en eso.. Pero te venías una y otra vez en mi cabeza.. Porqué.. ¿Porqué no volvíste?
Siempre tuve esa duda.
Peter también hizo una caricia en mi cara, en una de mis mejillas.
-Simplemente seguí con mi vida... Lo hice para no pensar en lo que había sentido en ese entonces, me asustó Lali, era algo nuevo para mi.. Me aterró todo... Sobre todo porque lo de mis papás no terminó bien, le tenía miedo a..-él puso una pausa.
-¿A qué?-terminé de preguntar, tenía miedo a su respuesta.
-Tal vez te suene muy pronto, que voy muy rápido pero.. Ya lo sabes, me enamoré La..-cuando terminó de soltar esas palabras sus ojitos se pusieron brillosos, supe que yo estaba igual porque él sacó una lágrima que se me había caído, había mojado mi cara.
-Es... Es aliviador escuchártelo decir porque por mucho tiempo yo creí estar loca, fuiste mi primer amor Peter, fuerte.. Y fugaz...-cuando dije eso él solo se quedó escuchándome- sos.. Sos un ser especial para mi y... Estoy feliz de que estés acá de nuevo
Lo abracé con todo el cuidado del mundo, él besó mi frente de manera protectora.
-Me tenes enamorado Lali Espósito.. -sus palabras lograron que se me pongan los pelos del brazo de punta, sí, me agarró piel de gallina.
Busqué su mirada con la mía y le sonreí dulcemente, besé detenidamente sus labios.
-¿Me crees si te digo lo mismo?-mis ojos se achinaron al sonreírle, me sentí nuevamente la adolescente que años atrás se enamoró de él- gusto de vos Peter Lanzani, y no vas a escaparte nuevamente de mi..
Le guiñé un ojo y él se rió divertido.
Me envolvió nuevamente entre sus brazos y nos quedamos descansando un rato largo.

Por la noche cenamos en la habitación, comimos pasta.
-Y sí, tenes que comer carbo hidratos porque sos todo una deportista, ¡sí que corres eh!-Peter elevó sus cejas.
-Se supone que tengo que comer harinas por la mañana-me reí-igual no le presto mucha atención a esas cosas, como lo que me hace feliz
-Y esta perfecto-me sonrió.
No nos acostamos muy tarde porque tenía que descansar bien, pronto, en tan solo unas hora tendría que dejarlo todo en el escenario.

Sonó mi alarma y rápidamente salí de la cama, tenía ansiedad y alegría todo al mismo tiempo, Peter tenía cara de no entender nada, tenía los ojos aún cerrados, pero hizo un esfuerzo por mi y también terminó de despertarse.
Viajé hasta el teatro desayunando en la camioneta, no perdí la oportunidad para seguir tomando mate desde el escenario.
-¡Hola chicas!-saludé una por una a mis bailarinas-hoy quiero que cada una lo deje todo-elevé mis cejas mirándolas a los ojos-¡como siempre! ¡A meterle garra!
Repasamos las coreografías, canté y el tiempo fue transcurriendo, cuando quise darme cuenta las luces del teatro ya estaban apagadas, la música empezaba a sonar y lo único que se veían eran las luces de los teléfonos grabando el comienzo del show, los gritos otra vez erizándome la piel.
Y tan solo salí a escena, me transformé en esa estrella pop a la que jugaba a ser, fui simplemente

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