Epílogo

690 48 13
                                    


Desperté por la mañana para darle la teta a mi hija, era muy chiquita, ínfima, Peter también se despertó, se quedó mirándonos maravillado, él era un gran compañero hasta para eso, desvelarse por la madrugada si ella no se dormía.
-Son tan hermosas-se acercó para sentarse a mi lado, besó mi frente.
Hace tan solo días nuestro amor más grande de la vida había nacido, pudo por fin conocer parte de este mundo.
-Buen día Allegra-Peter la nombró y ella se lo quedó mirando detenidamente- porqué sos tan linda-le llenó la carita de besos, ella parecía estar disfrutando de ese momento, como para no.
Mientras, yo disfrutaba de verlo a Peter papá, siempre supe que iba a ser así, nunca lo dudé, no me decepcionó, superó mis fantasía.
Por la tarde salimos a caminar por los lagos de Palermo para salir a tomar aire, para que ella se acostumbre a los ruidos ambientales y vea un poco la luz del sol.
-Que nonito-me reí al verla bostezar, Peter la metió en el cochecito y seguimos caminando para que con el movimiento pueda dormirse tranquilamente, después nos sentamos en un banquito mirando el lago, a los patos meterse en éste.
-Se portó como una reina-Peter me sonrió- son tal para cual ustedes dos..
-Soy más enérgica, menos mal que heredó tu paz-le sonreí.
Agarré la cara de Peter entre mis manos y lo besé dulcemente.
-Te amo mi amor-se lo susurré sobre su boca, me sonrió ampliamente como un nene feliz por algún regalo sorpresa.
Me abrazó, y después escondí mi cara debajo de su cuello, me rodeó con uno de esos brazos.
Más tarde volvimos caminando hasta llegar al auto, metimos a nuestra hija y emprendimos la vuelta hasta mi departamento, nuestra hogar momentáneo, pronto nos iríamos a mudar a un lugar elegido por ambos.

Los meses fueron pasando, otra vez llegó Diciembre, en el medio, cada cosa que pasaba con mi hija fue sorprendiéndome , cada logro de Allegra lo celebrábamos con alegría, Peter le sacaba mil fotos, yo también, me descubrí siendo una mamá babosa de amor, orgullosa de todo, absultamente todo lo relacionado con ella me hacía feliz.
Me preocupé mil veces a lo largo de todo el viaje en auto porque íbamos a estar subidos al vehículo por cuatro horas y media, o más, pero no hubo problemas, Allegra durmió gran parte del viaje.
Cuando llegamos a Mar de las Pampas esta vez mi familia había llegado antes, habían decorado todo con globos de colores que se mezclaban con los adornos navideños, había un cartel grande que decía "Bienvenida Allegra".
Sí, este era la primera vez que ella venía al lugar donde había nacido el amor de sus papás, ella ahora iba a formar parte de esta gran casa, este lugar que siempre estuvo habitado por personas de esas que llenan a los demás de alegría, ella ahora se volvió la alegría principal de este lugar
Todos nos despertábamos de buen humor porque por la mañana la saludábamos y ella se reía de la alegría, nos hacía felices, nos olvidábamos de los problemas de la vida cotidiana, todo pasaba a segundo plano.
-Tenemos a una hija sana, feliz... Eso me trae paz..-se lo susurré a mi novio que entrelazó su mano con la mía, Peter me la besó dulcemente y nos pusimos a caminar hasta la orilla, habíamos ido a la playa para la hora del mate.
A lo lejos vimos a mi mamá que estaba cargando a nuestra hija, mientras nosotros nos alejamos un poco de todos para tener nuestros diez minutos a solas.
-Que lindo es volver eh-él elevó sus cejas y me sonrió- por eso... Por eso supe que esto también tenía que ser acá..
Peter se arrodilló en la orilla y sacó del bolsillo de su traje de baño un anillo, mi cuerpo se paralizó y mi respiración se aceleró.
¿Qué?
Habíamos hablando de casamiento hace un tiempo atrás, pero había quedado en la nada misma.
-Tal vez es muy temprano estar pidiéndotelo ahora..-Peter se empezó a poner nervioso, iba a ponerse de pie al estar asustado, pero asentí con la cabeza-¿enserio La?-su carita cambió, se le iluminó, lo miré a los ojos y asentí para después sonreír ampliamente.
-¡Sí Pit!-mis ojos también se pusieron brillosos, Peter me puso el anillo y se puso de pie para besarme, lo abracé por el cuello sin intención de soltarlo rápidamente.
Nuestros amigos gritaron, nos aplaudieron, Allegra no entendía nada, estiró sus bracitos hacia nosotros y Peter la cargó.
-Mamá aceptó casarse con papá-él se lo susurró en el oído como si le estuviese contando un secreto, aunque en realidad todos lo sabíamos, más tarde íbamos a celebrarlo.
Nuestra hija le empezó a pegar en la cara a Peter para jugar, él hacía como que iba a morderle la mano y ella se reía a carcajadas.
Esa postal la guardé en mi cabeza, la luz del atardecer tiñendo de naranja a los grandes amores de mi vida, ellos en su propio mundo, riéndose todo el tiempo, eso me hizo sonreír, estaba derretida de tanto amor.
Me uní a jugar con ellos y Allegra nos tapaba la boca a los dos, nos reíamos y ella se ponía alegre.
Besé su frente y después los labios de Peter.
-Las amo mucho mucho-él asintió con la cabeza sonriéndome-mucho-después besó la cabecita de nuestra hija.
Tomamos mates y jugamos a juegos de cartas, después de dados, comimos facturas y galletitas de paquete, así y todo después nos reunimos todos para cenar, siempre hay hambre, sobre todo cuando es vacaciones.
-Hoy ayudé en la cocina-le conté a Peter como si hubiese hecho algo muy laborioso- hice salsa
-Ese es tu fuerte-se rió.
-Y ensalada, ya estoy para ponerme un restaurante-también me reí, le di un último beso y fui a buscar parte de las cosas a la cocina, fuimos llevando la comida a la mesa para cenar.
Candela estaba jugando en el suelo con Allegra, la cargó y la puso en una sillita para bebés al lado mío.
-Esa era tu sillita La, bueno, todos los niños de nuestra familia la usaron-mamá se puso nostálgica.
-No llores-la molesté y todos terminamos riéndonos.
La cena empezó y en el medio de eso Peter se puso de pie con su copa.
-Nunca les di las gracias a cada uno de ustedes por haberme recibido bien desde el día uno, pero voy a lo importante, quiero darle las gracias a ella.. a vos La-elevó sus cejas mirándome a los ojos- por volverme a abrir tus brazos y no habernos soltado más.. Por haberme dado el regalo más importante y hermoso del mundo, nuestra Allegra.. Por ser paciente conmigo, con mi trabajo.. Siempre estas para levantarme el ánimo, así como yo también estoy para lo mismo.. Soy feliz teniéndote nuevamente en mi vida, y estoy sumamente feliz de que hayas aceptado casarte conmigo-al decir eso último esbozó una sonrisa que terminé besando, terminé besándolo en los labios completamente alegre.
-¡Salud!-todos repitieron al mismo tiempo mientras nosotros estábamos en nuestro mundo, sin soltarnos, besándonos.
Cuando nos apartamos empezamos a chocar nuestras copas con las de los demás.
Tomamos algo de alcohol y después pusimos música, siempre es buen motivo para celebrar la vida, todos nosotros tenemos mucho que celebrar, para agradecer, mucho por vivir.
Junto a Peter nos pusimos a bailar apretados, en el medio de ambos quedó Allegra que un poco más y a pesar de estar en el medio de todo el ruido casi se duerme, pasado unos minutos finalmente se durmió.
Ambos subimos para acostarla y terminamos acostados los dos junto a ella, muchas veces no podíamos de mirarla, no creíamos el que sea nuestra, nuestra hija.
Peter agarró mi mano con la suya y le sonreí.
-Tan solo tenía que volver acá en Diciembre para volver a encontrarte amor de todas mis vidas-me lo dijo en un susurro y le sonreí.
Él besó mi frente, la de Allegra y nos quedamos sosteniendo la mano del otro mientras nos quedábamos dormidos, en el medio haciéndonos varios mimos, haciéndonos gestos de amor.

Volviendo a Diciembre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora