360°

Prólogo

El pueblo de Castle Combe.

Al primero le arrancaría esos ojos azules tan felices con mis propias manos y se los daría a comer.

Al segundo le cortaría la lengua con una navaja y se la metería por el culo.

Al tercero le cortaría todas sus extremidades y cortaría su torso en dos para luego abrirle los órganos con mis propias manos mientras se los meto al cuerpo del perro.

— ¡¡Que los cumplas felizzzzz!!

Terminaron de cantar las tres personas delante mío con caras de querer comer mierda.

—¡ Sopla la vela, Alfa mayor!
El Alfa que tenía barba y una gran panza me pidió como en todas las otras celebraciones estupidas que hacían todos los años el 24 de diciembre.

Con el dedo pulgar y índice de mi mano derecha apague la vela y me levante de la silla.

— Lo... lo intentamos.
Dijo Mark cuando su hijo desapareció por las escaleras.

— El otro año lo hará.
Ánimo Jay mientras me servia una porción de pastel a Charlotte.

~

Salir a caminar era una de las cosas que más odiaba hacer, pero si pasaba un segundo más con mi familia estaba seguro que entraría en celo. Su olor a tierra mojada se hizo presente cuando casi choca con un niño.

Las calles estaban llenas de nieve y engendros jugando con ella como si no nevara casi siempre en Castle Combe.

Vivía en una casa alejada de lo que sería el centro del pueblo y tenía privacidad dentro de todo. Ahora estaba caminado rumbo a un caminito que había hecho hace unos años en el bosque.

— ¡Hola, Louis!

Iba por la segunda cuadra de mi casa cuando un omega que se hacía llamar mi amigo vino y se puso a un lado mío para caminar.

— ¿A donde vas?

— No te incumbe.

El omega Moreno de ojos miel y olor a tarta recién horneada llamado Zayn que se mudó hace tres años a el pueblo estaba como sanguijuela pegado a mi cada vez que salíamos.

— ¿Vas al bosque?

Lo miré de reojo con molestia.

— No.

— ¿Puedo ir?

—No.

— Prometo no hacer ruido.— Junto sus dos manos y se paró frente a mí, se veía ridículo con ese abrigo verde y los guantes de lana.

Lo saque de mi camino con un solo dedo y a seguir caminando.

— Gracias.

Dijo feliz caminado atrás mio.

—¡Ay!— Casi se cae con el hielo de la calle pero no me volteé a verlo.— Estoy bien.

El camino a el bosque se resume en Zayn hablando de las personas que ingresarían este año a la escuela con nosotros y charlando sobre su mamá y su abuela.

— Entonces aprendí a tejer y te hice  un gorrito. — Lo saca de su bolsillo y me lo muestra, era verde obscuro y tenía un pequeño ' Louis' bordado en una esquina. Me lo puso en la cabeza sin permiso y lo miré en advertencia.
— ¡Te queda hermoso!

Rode los ojos y me adentre al bosque junto con Zayn que seguía hablando de él pájaro color azul que se había parado en su ventana esta mañana y cuando terminó la historia llegamos a mi lugar de paz.

El omega sabía que tenía que guardar silencio así que solo se sentó en un tronco que el usaba como asiento siempre que veníamos y me vio caminar a las jaulas.

Saque una liebre que había cazado hace unos días junto con Zayn. Ella trataba de escapar de mis fuertes manos sin éxito. Apreté su cuerpo y la puse en una mesita que había armado hace dos años junto con Zayn y la sostuve con las pequeñas sogas que habíamos puesto. Mire de reojo a Zayn y este se paró de inmediato y me alcanzó una cajita donde tenía todos los artefactos que necesitaría.

Saque un martillo y comenzó a golpear las extremidades de la liebre viendo como está se retorcía de dolor  para luego tomar un cuchillo y abrirla en medio del cuerpo y sacar sus órganos y tirarlos en una cubeta. Mire a Zayn con los ojos abiertos de más y las manos llenas de sangre.

—¿Querés uno para llevar a tu casa?

— ¡Si!

Y así fue como saqué otra liebre de una jaula.

Porque esa era mi manera de divertirme, esa era mi manera de poder sentir algo más que la nada, me hacía sentir adrenalina por las venas cuando el pequeño ser vivo se retorcía ante mis  actos. Me hacia sentir un poco vivo.

Por que así era yo, así nací y así voy a morir.