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Mis ojos comenzaron a abrirse lentamente y el sol no me recibió esta vez.

Quizás todo fue un sueño. De todas maneras amo mi casa actual, tan mía y de mi alfa. Fue nuestra primera casita...

Abro los ojos y me encuentro con un techo diferente al de mi habitación, quizás estaba en la habitación de los cachorros. Era blanco y llegaba a ver solo una parte del candelabro dorado con piedras.

Esa no era mi casa.

Me levanto de golpe y me encuentro en una habitación grande con cosas costosas por donde mires. Había una chimenea y una chica... omega estaba echándole aire para que de más fuego.
Tenía un vestido hasta los tobillos color negro y un rodete que sostenía su rubio cabello. Estaba tirándole aire con sus delgadas manos que parecían querer romperse con cada apretón que daba.

-¿Hola?

Ella da un salto en su lugar parándose al instante y dándose la vuelta para mirarme de frente. Tenía ojos almendra con unos labios en forma de corazón algo rellenos y un lunar en medio de sus cejas.

- Buenas noches, señor.- la chica camina a mi con la cabeza baja y sirve una taza de té con una tetera blanca de porcelana sensible. - El Sr. Tomlinson ordenó que luego de despertar y comer las galletas vaya a su oficina.

-¿Que oficina?

- Yo lo llevaré a ella en cuento termine las galletas.

Estaba tan confundido, no sabía dónde estaba, quién era la omega o como es que Louis tenía oficina. Pero comí las dieciocho galletas que Louis ordenon que comiera y tomé mi té para que la chica me lleve donde mi esposo.

-¿Como es tu nombre?

Digo mientras caminamos por los largos pasillos d una casa que nunca había visto antes en mi vida. Era linda y elegante, quizás si estaba soñando o me morí y Louis también.

Dios quiera que no.

- Mi nombre es Rosa, señor.

- Puedes llamarme Harry.- Las cejas se me arrugan.- ¿Como conoces a Louis?

- El me contrató hace unas horas para que ponga en orden la casa.

Asiento sin mucha idea. Seguro estaba muerto.

Llegamos a una puerta de madera oscura y manija de plata. Rosa toca la puerta dos veces antes de entrar conmigo atrás de ella.

- Sr. Tomlinson, su omega a despertando y ingerido las galletas ordenadas.

- Bien, Rosa, puedes marcharte.- Habla Louis sin mirarme ni por un segundo, pero tampoco mira a Rosa.

Esta última se va de la habitación y apenas cierra la puerta Louis se levanta corriendo a abrazarme. Me presiona contra la pared y me marca con su olor mientras lame mi marca posesivamente.

- Te extrañé tanto... ¡Nunca me hagas eso otra vez!

- Lo siento, alfa. ¿Que pasó?

Louis me besa toda la cara antes de responder.

- Te desmayaste hace diez horas y no quería despertarte. Se ve que te desmayas rápido como como yo.

Sonrió por sus besos y habló.

- Esta casa es muy linda, gracias mi amor.

- Te mereces esto y muchísimo más.

Louis no había tenido problema en comprar esta casa ya que había vendido la anterior casa de Rubén a petición suya y había vendido la de Harry y el, solo que el omega no se había dado cuenta ya que estuvo todo el día en el patio trasero.

Tuvo que hacer un arreglo con la persona que quería compar la casa, y por arreglo se refería a comprarla a un precio que sabía que nadie más compraría. El resto fue contratar a personas para la mantención de la gran casa en menos de diez horas. Las cocineras, los mayordomos, la mamá de llaves,(Rosa) que sería la que acompañe a Harry para lo que el deseé y unos cuantos trabajadores más para el establo y los carruajes.

Los nuevos emprendimientos le habían dado más dinero del que podía controlar.

-¿Quieres ver la casa?

Harry asiente emocionalmente y lo cargo en mis brazos como un koala para salir de la oficina. Amaba sostener a Harry como su bebé y este no le molestaba para nada.

- La mansión tiene en total tiene diez habitaciones, tres de ellas con dos camas y seis baños por toda la casa.

Bajamos las escaleras viendo el gran salón, Harry casi se desmaya otra vez.

- Tiene un comedor principal y un desayunador en el patio. Aunque tu puedes comer en donde quieras.

Harry que da un besito en los labios.

- La cocina, la lavandería, la sala de estar, la sala de juegos, mi oficina está arriba pero hay una abajo para recibir a empleados no importantes.
El recibidor donde planeo poner un retrato tuyo y por último las habitaciones de los empleados que se quedan aquí en vez de irse a sus casas, como Rosa o las cocineras.

Louis iba a seguir hablando cuando siente a Harry llorar contra su hombro.

-¿Que va mal, mi hermoso omega?

Harry llora más fuerte frotándose contra el hombro de su alfa.

- Es que hay tanto espacio para nuestro cachorros que quiero que nazcan ya.

Louis frota el pelo de Harry mientras abre la puerta de la que ahora sería su habitación. Se sienta en la cama con Harry en su regazo y acaricia su trasero sin intención de ser sexual, solo un mimito al trasero de su omega.

-Y vamos a tratar de llenar todo ese espacio...

- ¡Lo vamos a llenar!

- No grites, omega.

- Lo siento.

- No hay que llenarlo tanto amor. Recuerda que entre más cachorros, menos sexo y menos tiempo pasaremos solos. Aveces vendrán a dormir a nuestra habitación y te molestarán en el baño...

El omega se levanta del regazo del alfa y camina al baño enojado.

- ¡NO QUIERO CACHORROS!

Louis sonríe y apoya su mejilla en la puerta de baño.

- Pero también tendremos cachorritos con tus hoyuelos y rizos... con mis ojos y mi sonrisa, todos gorditos y tiernos diciéndote mamá y a mi papi...

Un silencio atrás de la puerta.

- Quiero cachorros.

Sonrió abriendo despacio la puerta.

Amaba muchísimo a su omega.

No había palabras para describir su amor.



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