Healing Jimin [MY;PJ]

Cuatro| Sueños

Yoongi no pudo dormir después de ver a Jihoon en otra persona, fue tanta su sorpresa y tan agudo el dolor que invadió su espíritu que a mitad de la madrugada llamó a sus amigos entre lamentos y les rogó que pasaran la noche con él.

Jin tomó su mano y Taehyung le echó una pierna sobre la cintura mientras le acariciaban los cabellos humedecidos con frío sudor. Y ahí entre sus dos mejores amigos, Yoongi lloró como el día en que Jihoon se fue del mundo, lloró y lloró hasta quedarse sin lágrimas.

A la mañana siguiente, decidió no asistir a Spring Day para evitar que su corazón se destrozara al ver a Park Jimin. Consideró cancelar su servicio social o pedir un intercambio de institución, pero al pensar que aquello podría poner en peligro la promesa que le hizo a su novio, terminó aceptando angustiado su destino.

Jin se fue del departamento hasta asegurarse de que Yoongi podría quedarse a solas sin hacer alguna locura, Taehyung prometió llamarle cada cinco minutos bajo la amenaza de volver si no respondía antes del tercer timbrazo.

Yoongi a veces se sentía como una carga por no poder avanzar, por aferrarse a una persona que no existía más en este mundo.

Después de las tres de la tarde el cansancio y sus hinchados ojos le hicieron arrastrar los pies hasta el sofá. Antes de dormir dio aviso a Taehyung para no asustarlo y le prometió llamar en dos horas. Tan pronto como recostó la cabeza en el reposabrazos, su cuerpo se apagó.

Llorar lo debilitaba, llorar por algo tan triste entumecía su cuerpo entero.

Prontamente comenzó a soñar con Park Jihoon. Vio a su novio reír mientras agitaba con las manos regordetas su abundante cabellera rubia. Escuchó su voz y pudo tocarle un poco. El corazón adolorido de Yoongi pudo descansar al menos por un rato.

Pero algo no se sentía bien, algo extraño ocurría.

Los sueños de sobre Jihoon no se parecían en nada a lo que Yoongi soñaba ahora, en esta ocasión había sensaciones inusuales en su cuerpo mientras el escenario se hacía más y más vívido dentro su cabeza.

Y no fue hasta las últimas palabras de Park Jihoon que pudo darse cuenta de que no estaba fabricando una imagen, más bien, estaba visualizando un recuerdo mientras dormía.

No era un sueño, era una memoria.

—Yoon —susurró Jihoon abrazándose a sus piernas—, hoy he leído algo en internet...

—¿Qué leíste, Hoonie? —Yoongi sonrió mientras observaba a su novio acurrucado en el sofá.

—Leí que en el mundo hay siete personas parecidas físicamente a ti, sin embargo, sólo una es casi idéntica.

—¿De verdad?

—Sí, Yoon —asintió—, esa persona es tan parecida a ti que incluso podrían intercambiar sus almas.

Yoongi sonrió enternecido, Park Jihoon hablaba completamente entusiasmado de aquel texto tan irreal que no pudo evitar verlo como a un niño pequeño que cree en las más absurdas fantasías. 

A pesar de estudiar literatura, Min Yoongi era una persona bastante escéptica, demasiado realista como para creer en escritos tan fantasiosos. Sin embargo, por Jihoon podía escucharlos o leerlos una y otra vez sólo para disfrutar de su inocencia. 

—¿Quieres que te diga cómo es que logras intercambiar un alma con tu gemelo físico?

—Por supuesto —asintió alegre.