Diecisiete| Beso

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Sintió un calor nuevo, placentero y efímero recorrer cada rincón de su abdomen. No pudo evitarlo, no tenía control de su cuerpo. Sus labios se abrieron inconscientemente para exhalar un jadeo que liberó la presión que se acumulaba en su garganta.

Pudo percibir sus dedos sujetándose a las sábanas, la forma en la que su espalda comenzaba a elevarse en un arco. Sentía su cuerpo temblar, calentarse más y más a medida que otro cuerpo iba recostándose sobre el suyo y ambas pieles se amoldaban al instante.

Un par de labios delgados recorrieron el largo de su cuello expuesto sobre la almohada, un par de manos exploraron su piel haciendo un recorrido tortuoso desde sus pantorrillas hasta sus muslos abiertos.

Le tocaban con ímpetu, amasaban sus músculos cada que las manos iban encontrando cada rincón de sus piernas.

Creyó que no podría haber algo que le hiciera sentir mejor hasta que un músculo tibio recorrió la línea de su abdomen, dejando un rastro húmedo que se perdió en su ombligo. Levantó la cabeza y observó debajo de sí, sobre su estómago había una cabellera rubia, a sus costados lo sujetaban dos manos pálidas y varoniles.

Las manos fueron escalando sensualmente hasta tocar su pecho, una de ellas trepó por su garganta y acarició con los dedos cada centímetro hasta tocar sus labios, hasta introducir gentilmente un dedo y posarlo sobre su lengua tímida.

Por instinto encerró aquel dedo con los labios y saboreó la presión que ejercía. Sintió besos bajando por su abdomen, marcando un delicado camino que le hizo arquear la espalda nuevamente. Los cabellos rubios se mecían con gracia por su cuerpo, ocultando así el rostro que poco a poco se acercaba más y más a su entrepierna.

Una corriente efímera de aliento tibio sobre su piel le hizo paralizarse. Abrió los ojos de par en par y en un momento de lucidez llevó una mano hacia la cabellera rubia. Sus dedos se perdieron entre los mechones para jalar; el rostro escondido se levantó regalándole una sonrisa ladina que le robó el aliento.

Yoon...

Hoonie... 

Jimin abrió los ojos de golpe.

Aturdido y empapado en sudor soltó las sábanas atrapadas entre sus puños, se observó entre las telas revueltas. Su pecho subía y bajaba, dentro de su estómago algo hormigueaba incesablemente.

Había soñado con los recuerdos de Park Jihoon una vez más. 

Se pasó las manos por el rostro y sintió sus mejillas hervir. Aquel sueño había sido peligroso, había sido una revelación de algo íntimo y nuevo para él.

Park Jimin ni siquiera había dado su primer beso y súbitamente había tenido un acercamiento involuntario a las sensaciones que genera una relación sexual. Se sintió extraño, parecía que un rastro de aquellos jadeos y toques había quedado estampado en su interior, en la parte baja de su estómago.

A pesar de haber despertado completamente no pudo borrar la imagen de un Min Yoongi sonriendo de lado con el pecho desnudo, con el mentón recargado contra el abdomen igualmente desnudo de Park Jihoon.

Se levantó aturdido, la playera que usaba para dormir estaba adherida a su espalda. Al sentarse al borde del colchón las gotas saladas que perlaron su frente comenzaron un camino rápido por sus mejillas.

Miró la mesita donde reposaba el reloj digital que tomó de una de las oficinas de Spring Day; quiso ver la hora, sin embargo la nota de Yoongi atrapó su atención primero.

Healing Jimin [MY;PJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora