Dieciocho| Real

762 106 78
                                    



Hacía mucho que Jimin no escuchaba tanto ruido. Las carcajadas de Hoseok, Hyejin y Namjoon resonaban dentro de la camioneta del señor Hyunjoo, quien era el abuelo de Hoseok y dueño de Spring Day. 

Todos estaban entusiasmados, felices de poder pasar un día normal junto a Jimin.

Nadie le interrogó cuando aceptó ir, tampoco cuando subió al auto sin saludar, simplemente disfrutaron de su compañía a pesar de que iba con la mirada perdida en la carretera, observando las calles que kilometro a kilometro se transformaban en monte. 

Namjoon le pidió a todos un día atrás que nadie presionaran a Jimin con preguntas o atención innecesaria. Aquella tarde era una salida de amigos, no un paseo de caridad para el chico enfermo.

Quien conducía era Hyejin, a su lado iba Jung Hoseok siendo el encargado de la música. Namjoon intentaba leer un poco aunque la animada plática del frente lo distraía por momentos. Jimin por su parte recargó la cabeza contra la ventanilla y observó los pastos verdes que iban reemplazando al asfalto gris de Seúl.

Sintió que había transcurrido una eternidad desde la última vez que vio a Yoongi. Su corazón palpitaba cálidamente al recordar su última despedida. La comisura de sus labios se elevaba efímeramente de sólo pensar en que quizá Yoongi podría verle a él, a Park Jimin, por sobre Jihoon.

Porque tras el primer beso Yoongi no se apartó, porque al despertar lo seguía sosteniendo en sus brazos y lo miraba con las pupilas destellando miles de emociones.

Ambos fingieron demencia, ninguno dijo algo sobre el beso que brotó por un instante entre ellos dos. Ambos prefirieron fingir que nada había ocurrido, ocultaron su deseo con una sonrisa breve y un cambio de tema abrupto.

Pero al siguiente día, y al siguiente y al siguiente, cuando Jihoon besaba a su novio y Jimin se colaba entre las caricias para tener un poco de aquella boca pequeña, Min Yoongi no se apartaba, más bien, se pegaba más al cuerpo que reposaba sobre él, suspirando contra sus labios.

Lo sabía, sabía que quien le besaba por instantes era Jimin. Yoongi sabía reconocer perfectamente los movimientos ágiles de Jihoon, sabía sentir sus caricias y escuchar su respiración profunda. Así que cuando el beso se tornaba torpe y las manos dejaban de acariciarlo para simplemente aferrarse a sus prendas, sabía muy bien que era Park Jimin.

Y entonces se nublaba su juicio, perdía la razón y se entregaba hechizado contra aquella boca inexperta que quizá nunca antes había dado un beso. Entonces caía en cuenta de que tal vez, sólo tal vez besaba a Jihoon con la esperanza de poder besar a Jimin.

Y Jimin también lo sabía, sabía que Yoongi le besaba, que él correspondía a sus besos porque en los intercambios podía ver la forma en la que  correspondía a Jihoon.

Con Jihoon su cuerpo se tensaba, su ceño se fruncía cuando las manos de su novio exploraban su piel debajo de la playera. Sin embargo, cuando Jimin traspasaba las barreras del intercambio, Yoongi relajaba sus párpados y comenzaba a guiar el inexperto beso. Sus roces se hacían más lentos, más cuidadosos y amables. Le acunaba entre sus brazos y lo pegaba a él hasta que sus pechos se tocaran.

Ambos lo sabían, ambos guardaban aquel secreto en el corazón. Ninguno quería arruinarlo, ninguno deseaba que la burbuja que nacía en esos instantes se pinchara para siempre.

—¡Vaya, Hobi! —silbó Namjoon sorprendido— Cuando dijiste que tu abuelo tenía una cabaña no pensé que fuera tan... grande.

Jimin despertó de sus pensamientos y miró hacia la parte delantera del auto. Frente a ellos había un camino de piedra que guiaba hacia una cabaña en el centro de un pequeño campo. Decenas de árboles cubiertos de hojas rojizas por el otoño rodeaban el lugar.

Healing Jimin [MY;PJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora