Veinticuatro| Dueño

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—¡Entonces Namjoon me pidió disculpas por besarme frente a Yoongi porque creyó que teníamos algo! ¡¿Puedes creerlo?!

—No, para nada... —ironizó Taehyung rodándose en la cama. Su cadera chocó contra la de Jungkook e inmediatamente le echó una pierna encima.

—¡Es que todo fue tan confuso! —se cubrió el rostro Jin— Es decir, yo podría jurar que él y Hoseok estaban juntos, todo indicaba que así era, ¿cierto?

Jungkook sonrió al ver a Taehyung rodar los ojos. 

El fin de semana había sido muy distinto a lo que ambos esperaban gracias a la ausencia de Yoongi, quien por acompañar a Jimin a visitar a su familia, había dejado desamparado a Seokjin y a ellos condenados a escuchar una y otra vez su complicada historia de amor con Namjoon.

Al principio el relato sonó bastante interesante pero, con el pasar de los minutos, la historia se volvió más y más graciosa para Jungkook y Taehyung. Namjoon y Seokjin eran las personas con las mentes más extrañas que conocían.

Cuando un chico orgulloso, inteligente para los estudios pero torpe para la vida conoció a otro de reluciente atractivo, risa estridente y mente capaz de fabricar las más grandes locuras, nadie pensó que ambos terminarían inventando en sus cabezas una historia de amor imposible sólo porque cada uno tenía un mejor amigo.

Taehyung escuchó atentamente sobre los besos prohibidos que intercambiaron al pensar que cometían infidelidades sin fundamento alguno, incluso apretó los labios para no reír cuando Jin dijo que no tenía el valor de ver a Hoseok a los ojos por haberse interpuesto en su relación con Namjoon.

Jamás había visto así a Jin, él jamás se sonrojó al hablar de alguien, jamás pataleó en la cama mientras reía como un loco y escondía el rostro entre sus manos.

La trágica relación entre Yoongi y Jihoon empañó por completo la vida de su hermano mayor, y verlo de pronto tan entusiasmado por el futuro y avergonzado de las ideas que fabricó en su cabeza, le hicieron lamentarse por no haberle preguntado años atrás sobre su vida.

Tanto Jin como él habían sacrificado mucho por Yoongi, habían sacrificado vivencias, sueños, tiempo y emociones propias; pero Taehyung no lo lamentaba en absoluto, Yoongi era como su hermano, lo amaba tanto como a Jin y cada sacrificio había valido la pena.

Hoy día, Jin y Yoongi parecían haber encontrado nuevos caminos, nuevas personas y nuevos lugares que comenzaban a revelar a los antiguos muchachos alegres que un día fueron. 

Aunque Park Jimin aún no era del todo de su agrado, Taehyung no podía evitar sentirse en paz al ver a Yoongi sonriendo, leyendo libros y escuchando música como años atrás.

Por primera vez pudo creer que el tiempo es la mejor medicina, que el pasado se aleja minuto a minuto hasta volverse una débil bruma que poco a poco es traspasada por los rayos del sol. Después de tantos años asustado por lo mucho que el amor puede herirte, hoy su corazón latía convencido de que él no era Yoongi y que Jungkook no era ni Jihoon. 

Tenía miedo de amar, de sonreír como sus hermanos por una persona, de ilusionarse y entregarlo todo para finalmente terminar destrozado. Taehyung no quería sufrir como su amigo lo hizo, no quería llorar, no quería sufrir hasta convertirse en el fantasma de quien alguna vez fue.

El temor hizo que tratara desesperadamente de no enamorarse de Jeon Jungkook, hizo que fingiera demencia cuando Jungkook intentaba besarlo, que cambiara el tema cuando Jungkook le decía que era lindo y que realmente le quería. Su miedo lastimó un poco al chico noble que hoy estaba en su cama escuchando con una sonrisa el tonto relato de Jin.

Healing Jimin [MY;PJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora