Healing Jimin [MY;PJ]

Doce| Amigos

(N/A, el título me hizo pensar en "Amigos" y volví a pensar en el Yoonmin de esa historia, los extrañoTTnTT) 

Los enamorados suelen confundir los defectos con virtudes, sus corazones abrumados creen que practican la tolerancia, la comprensión y el cariño; no obstante, la mayoría de las veces sólo se colocan una venda invisible en los ojos y cubren sus oídos, sellan sus labios como un acto de romántica sumisión.

El primero en descubrir que Yoongi se encontraba bajo aquel hechizo fue Kim Seokjin.

Yoongi jamás se había enamorado. Algunas veces tuvo citas, otras simplemente se interesó secretamente por alguien. En su mente no había mucho espacio para el amor porque siempre se sintió incapaz de corresponder íntegramente a una pareja.

Cuando los hermanos Kim lo interrogaban acerca de la falta de interés por las relaciones, éste les respondía que era demasiado frío, demasiado realista y solitario como para ofrecer su compañía sin herir a los demás. Seokjin y Taehyung le creyeron en algún punto, Yoongi jamás necesitó de otros para sentirse completo.

Sin embargo, Seokjin, que le conocía desde adolescente y tuvo la oportunidad de verlo crecer siendo un chico desapegado e inexpresivo, se sorprendió enormemente al descubrir que todo lo que Min Yoongi concebía de sí mismo era falso.

La llegada de Park Jihoon a aquella casita a unas calles de la ciudad universitaria revolucionó la percepción que los hermanos Kim tenían de su mejor amigo.

Yoongi comenzó a recibir abrazos y besos sin quejarse, comenzó a recordar cumpleaños y fechas de celebración, comenzó a ser detallista, comenzó a suspirar, a escuchas canciones románticas y a encontrarle sentido a los libros de poesía que compraba en las tiendas de segunda mano.

Jihoon le enseñó a ser sensible, a tener paciencia y a valorar el cariño de los otros, pero también le enseñó a ceder, a cumplir caprichos sólo para recibir una sonrisa brillante como pago. Park Jihoon se adueñó completamente del corazón de Yoongi y también de su voluntad.

El muchachito de ojos ámbar no tenía un corazón vil, él tampoco sabía amar correctamente, por eso creyó que era normal que Yoongi jamás le diera un "no" como respuesta; se acostumbró a pedir cosas más allá de lo necesarias.

"¿Y si en vez de ir con tus compañeros a ese bar te quedas conmigo a ver una película?", "No me agrada la forma en la que te sonríe Kihyun, ¿podrías evitar verte a solas con él?", "Sé que odias ir a comer a ese restaurante chino pero de verdad quiero ir contigo a cenar allí...", "¿A qué hora termina la fiesta? Ya te extraño..."

Yoongi siempre deseó amar a alguien honesto, a alguien que hablara con la verdad y fuera sincero con lo que esperaba dar o recibir, sin embargo, Yoongi olvidó que la honestidad no demanda la sumisión de los que la obtienen.

Seokjin en un inicio observó con diversión la forma tan dócil en la que Yoongi se comportaba, después todo atisbo de diversión se transformó en miedo. La sumisión de Yoongi lo volvió dependiente de su noviazgo, alejó amistades y ocultó bajo la sombra de la devoción sus pasatiempos.

Sus libros de poesía quedaron arrumbados bajo las escaleras, sus cuentos perdieron el hilo de su secuencia y dejó de escribir. De pronto Min Yoongi sólo podía pensar en una cosa: hacer que Jihoon sonriera.

Y con Jihoon consumiéndose lentamente ante la depresión las peleas llegaron, también los llantos y los silencios incómodos en la casa. Kim Taehyung lograba amenizar con su cariño y carácter jovial los días, él y Jihoon se hicieron amigos cercanos y de esa forma la carga de Yoongi no era tan pesada.