Veintiocho| Gorro

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Yoongi recostó a Jimin en su cama y lo abrazó hasta hacerlo dormir. Incluso en la inconsciencia de su sueño Jimin siguió temblando y soltando suspiros pesados que terminaron con un breve llanto de Yoongi rodando por sus mejillas.

Mientras sus ojos se inundaban y Jimin dormía exhausto, Yoongi retiró el cabello muerto de su novio con pequeñas e inofensivas cepilladas. Uno a uno los mechones de Jimin fueron desprendiéndose, soltándose de su raíz hasta terminar enredados en sus dedos.

La cabeza de Jimin terminó con agujeros dispersos, todos de distintos tamaños y formas. Su cuero cabelludo comenzó a vislumbrarse suave y terso en cada uno de los espacios. Yoongi entendió por qué a Jimin le asustaba tanto llegar a esa etapa de su tratamiento.

Ahora Park Jimin tenía la apariencia total de un chico que padece cáncer.

En cuestión de horas su piel había palidecido, sus labios se habían resecado y sus ojos a pesar de mantenerse cerrados parecían tristes, muy pesados como para abrirse y brillar. Su imagen dolía, pinchaba el corazón de Yoongi con un veneno que hacía hervir sus venas, que lo airaba contra la vida y lo llenaba de temor.

¿Por qué Jimin tenía que sufrir de esa forma?, ¿por qué Jimin tenía que pasar por estas pruebas por segunda vez?, ¿por qué no podía tener una vida normal y ser feliz?, ¿por qué Jimin?, ¿por qué la vida era tan cruel con un chico tan indefenso?

No quiso llorar, quiso ser fuerte como lo había sido todo este tiempo y respiró hondo. Ahora estaban juntos y no podían hundirse ambos; uno de ellos debía esforzarse más por el momento, luchar para salir a la superficie y no caer en la desesperación.

Tenía que ser fuerte por Jimin, tenía que demostrarle que pese a todo lo que ocurría no iba a dejar de amarlo.

Depositó besos cortos en su mejilla, lo arropó y guardó todo el cabello que seguía cayendo en una bolsa de plástico. Limpió todo rastro de aquel episodio y salió de la habitación cuidando hacer el mínimo ruido posible.

Jamás le costó tanto cargar una pequeña bolsa de basura, jamás un montón de cabello le provocó tanto dolor. Su mano pesaba, sus nudillos sobresalieron mientras empuñaba las asas como si intentase sostener una roca.

—¡Yoon!

En el jardín lo detuvo la voz de Taehyung. Volteó hacia los lados y encontró a su amigo encogido en una banca, envuelto en la chaqueta de Jungkook y los labios temblando por el frío de la noche.

—¿Qué haces aquí?

—Estaba esperándote.

—Tae, voy a pasar la noche con Jimin, no puedo dejarlo solo ahora.

Taehyung se levantó y caminó hacia Yoongi entre la oscuridad, el alcohol de la fiesta ya había perdido todo efecto.

Cuando Taehyung estaba comenzando su cuarto semestre en la carrera de literatura, Jin y Yoongi habían pasado al octavo semestre, ellos estaban a punto de concluir su carrera universitaria.

Entonces Jihoon murió y Yoongi leyó la carta que dejó como despedida. Decidió cumplir las peticiones de su novio y renunció a su sueño de ser un editor. Dio de baja su carrera a pesar de que todos sus maestros le pidieron que reconsiderara lo que iba a hacer.

Ni Jin ni Taehyung pudieron abandonarlo, la muerte de Jihoon también los había cargado de culpa y pesar. Todos se sentían responsables de no haber notado lo que el difunto novio de Yoongi planeaba y lo que sufría en silencio.

Todos renunciaron a la literatura y entraron a la carrera que cursaba Jihoon, aquel sacrificio limpiaba un poco sus conciencias y les daba un placebo para dar al menos un paso hacia adelante en sus vidas.

Healing Jimin [MY;PJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora