Healing Jimin [MY;PJ]

Treinta| Robo

El nueve de octubre llegó antes de lo que imaginaban.

La mitad del otoño llenó de hojas naranjas el jardín de Spring Day, entumió las ondas del lago y les dio un motivo a Jimin y Yoongi de pasar más tiempo arropados entre las cobijas de sus camas.

La salud de Jimin no presentaba cambios. El cáncer no se iba, no disminuía ni un poco pero tampoco avanzaba; sólo estaba allí, existiendo en su sistema como un órgano más, como una célula viva que ha encontrado su función en el cuerpo.

Después de la sesión más reciente de quimioterapia fueron juntos a la casa de los Kim, faltaban casi tres días para el cumpleaños de Jimin y Yoongi aún no terminaba de perfeccionar su betún vegano pero no iba a dejar a su novio dormir solo tras una cita en el hospital.

Mientras se alistaban para descansar, Jimin salió del baño con el pijama puesto y las manos regordetas sujetando los bordes de su gorro. Sus ojos brillaron en nerviosismo mientras se acercaba.

El reflejo de su cuerpo sin playera y gorro aún centelleaba en sus ojos, había estado mirándose al espejo por más de cinco minutos para tomar valor. Yoongi le sonrió sentado en posición de loto en medio de la cama y extendió la mano para invitarle a estar más cerca.

—¿Qué ocurre?

Después de tantas noches aprendió a leer cada expresión y movimiento en el rostro de Jimin. Conocía bien esa mirada temerosa, ese parpadeo consecutivo que evitaba que sus ojos se encontrasen.

—¿Te sientes mal?

Jimin negó aunque Yoongi ya lo sabía.

Se sentó en la cama con algo de esfuerzo, la descalcificación le provocaba dolores cuando se inclinaba. En cuanto su cuerpo aterrizó sobre las cobijas fue rápidamente rodeado por los brazos de su novio; y Jimin ya acostumbrado a ser protegido, se dejó hacer contra el pecho de Yoongi.

Aspiró un poco el aroma natural de su cuello, recorrió con la punta de la nariz la piel tersa y blanca frente a él y depositó un beso tímido en el centro de las clavículas. Yoongi soltó un riso ronco al sentir el fugaz roce de los labios de Jimin en su cuerpo.

—¿Te hice cosquillas, Yoonie?

—El la piel no, en el corazón sí.

Jimin sonrió negando, cuando Taehyung le advirtió que Yoongi soltaba frases empalagosas al sentirse feliz, no creyó que fueran tan recurrentes y que por sobre todo, Yoongi las dijera sin aires de diversión.

"La literatura te vuelve romántico" fue la explicación que daba Yoongi cuando sus propias palabras les avergonzaba a ambos.

Los últimos días habían sido buenos, bastante activos y llenos de atención. Yoongi había adoptado la costumbre de fotografiar a Jimin en cada una de sus citas, en las reuniones esporádicas con sus amigos, en las tardes en el jardín o en el comedor. De pronto parecía como si Min Yoongi hubiera llegado al mundo con una cámara en las manos.

Seokjin, para sorpresa de Namjoon y Jimin, era amante empedernido de los remedios naturales. Dentro de las gavetas en la cocina de la casa Kim había decenas de productos que Jin compartió gustosamente con el novio de su mejor amigo.

Mandaba vitaminas, bolsas de té relajantes, aceites, suplementos y esencias para Jimin cada semana. De vez en vez tenía una discusión científica-naturista con Namjoon, quien le aseguraba que aunque el té verde y la acupuntura harían sentir mejor a Jimin, no eran una cura contra el cáncer.

A Taehyung sólo le quedaba poner los ojos en blanco cuando en medio de la pelea, Jungkook terminaba hechizado por el discurso vehemente de Jin. En cuestión de dos semanas, Jeon Jungkook terminó adquiriendo seis suplementos vitamínicos, una planta de hierbabuena y una dotación excesiva de Ginseng.