Healing Jimin [MY;PJ]

Seis| Cita

Yoongi caminó en medio de la oscuridad con un nudo en el estómago. A medida que las luces de Spring Day se hacían visibles sus pasos se iban haciendo más y más cautelosos.

No entendía por qué Park Jimin había descubierto su secreto. Ni él, Jin o Taehyung hablaron sobre Jihoon en el asilo como para que lo supiera el personal, mucho menos Jimin. 

Había muchos pensamientos dentro de Yoongi que se manifestaban con pequeños temblores espontáneos.

Idear una forma de adentrarse en Spring Day a las once de la noche le inquietó más, no tenía excusas para solicitar ver a Jimin, tampoco tenía excusas para ofrecerle una vez que tuviera que dar una explicación.

Creó muchos escenarios en los que Jimin le esperaba en el comedor, en la sala de descanso o incluso en el muelle artificial, no obstante, ya lo esperaba en el estacionamiento del asilo. Llevaba una sudadera holgada y un gorro cloché de estambre gris, sus ojos marrones se vislubraban entre los mechones negros de cabello que caían sobre su rostro.

Usaba ropa bastante cálida para estar a mediados de julio.

Jimin pateaba algunas piedrecillas mientras sus propios brazos le proporcionaban calor. Yoongi alentó su paso e intentó convencer a su corazón herido de que ese chico no era su novio.

El cigarro entre sus labios pequeños iba consumiéndose a la mitad cuando Park Jimin sintió su presencia.

Los ojos de ambos chicos se encontraron entre la oscuridad. Park Jimin tomó una discreta bocanada de aire mientras su interior volvía a sacudirse con las emociones que claramente no sentía por Min Yoongi pero ahí estaban por una razón inexplicable.

Yoongi se detuvo poco a poco, estaba asustado. Jimin era tan parecido a Jihoon que por más que lo deseara, un ímpetu casi incontrolable por volver a sentir su cuerpo se apoderó de él apenas le miró.

—¿P-Pediste permiso para salir? —fue lo único que sus labios pudieron procesar de entre todas las cosas que tenía para decirle.

Jimin negó volviendo a abrazarse y lo recorrió con la mirada. Yoongi se veía más palido de lo normal, la punta de su nariz estaba roja y sus ojos ligeramente irritados. Era un chico de apariencia ruda y dulce al mismo tiempo.

—Apaga eso antes de que te acerques —musitó Jimin observando la colilla.

Yoongi asintió un tanto abrumado, arrojó el cigarrillo al suelo y el filtro chispeó al tocar el asfalto gris. Cuando las cenizas debajo de su suela anunciaron que el cigarro se había apagado por completo, tomó la colilla y la depositó en el bolsillo de sus pantalones.

Sus manos temblaban.

—¿Por qué no entramos? —ofreció nervioso— El horario de visitas se terminó hace...

—Yo no soy un cliente en Spring Day —lo interrumpió—, puedo salir y entrar a la hora que me plazca.

El ruido nocturno de la calle los envolvió lentamente. Escucharon a los grillos ocultos en los maceteros de la entrada, percibieron la brisa fresca del verano mientras éste se colaba entre las ramas de los árboles.

Los sonidos de una ciudad dormida hicieron que el aire fuera denso, que el viento se convirtiera en una caricia. Bajo el manto nocturno, los humanos se hacen más pequeños, más vulnerables, y tanto Jimin como Yongi, se sintieron indefensos uno frente al otro.

—Llévame a tu casa.

Yoongi lo miró azorado, su cuerpo se paralizó en el mismo instante en el que los enormes ojos sin luz del chico frente a él se cruzaron con los suyos.