Nunca se me había hecho tan largo un fin de semana. Es cierto que la espera desespera, pero no creí que ella fuese una desesperación para mí. Hemos chateado muy poco por Telegram. Apenas hemos pasado de los hola y otra tanda de monosílabos como sí, no, quizá. Es gracioso que aquella pasada medianoche conversásemos mucho más que en todos estos días por medio del chat. Claro que ella prefiere disfrutar de hablar frente a frente, pero no tiene ni idea de que ya nos hemos visto más de una vez. Incluso, intercambiamos besos en la mejillas y un par de conversaciones privadas. Si supiese qué quiero hacer contigo, claro que me mostraría tal cual soy. Lástima que estoy tan perdida como tú, pelirroja. Tienes algo que me atrae como una abeja hacia el polen de una flor.
El sol matutino se mantiene oculto entre inesperadas nubes que oscurecen a la playa. La brisa que corre por los exteriores del hotel te erizan los vellos de la piel. Es buen comienzo antes de descender al más ardiente de los infiernos sobre la tierra. Solo espero no llevarme una decepción.
Debería romper con mi mentalidad positiva. Así duelen menos los fracasos y decepciones si no esperas nada. Sin embargo, ese no es mi estilo de vida. Siempre espero lo mejor porque doy mi máximo esfuerzo en todo lo que hago. También es cierto que Morgana no respondió a mi invitación para vernos esta mañana. Prácticamente, hoy me desperté a ciegas, pero impulsada por una esperanza loca de que la pelirroja me espera dentro del infierno. De cualquiera manera, si ella no está, aún tengo el aroma de su perfume: almizcle blanco con un delicado toquecito avainillado. El rojo fuego de su pelirroja y larga melena que brillaba como una explosión solar a mitad de las tinieblas. La vibración de sus espalda cuando pegué mis pechos contra su columna. Una delicia erótica fue el sobresalto al pegar mis labios a su oreja para luego bajar a su tierno cuello que tambaleaba por las fuertes pulsaciones de sus venas yugulares. Ella estaba asustada como un conejito, pero no intentó escaparse de la boca del lobo, solo quería verle los ojos a la oveja con disfraz de lobo. Así que no se lo permití.
Me he desvelado varias noches pensando en por qué diablos lo hice. ¿Por qué me atreví? Pero entonces surgía otra pregunta: ¿Y por qué no?
Solo son conjeturas, pero si la pelirroja no tuvo el impulso de escapar esa noche fue porque no me percibió como una amenaza -tampoco la soy-. Además, tanto ella como yo, somos un par de mujeres que tienen fantasías -más o menos libidinosas- como todas en este mundo. Ella espiaba a la pareja que estaba teniendo sexo oculta entre las palmeras. Eso fue lo que me terminó de convencer para acercarme y desatar un océano de placer entre las dos. De verdad quiero que asista a nuestra cita. No es divertido vernos cara a cara y que ella no sepa quién soy. Es curioso que tampoco me encienda en lo absoluta verla en bikini, o con el cabello mojado por el agua salada del mar, ni que las gotitas de cristal se deslicen por su alba piel.
No sé cuánto durará este secreto. Quizá me estás esperando lista para ver quién soy. Ya tengo preparada mi defensa. No creo que hagas ningún problema. Yo tampoco te lo quiero hacer, pelirroja. Lo único que me da un poco de preocupación es terminar las cosas de un solo chispazo. Esto podría ser algo muy divertido para ambas, pero depende de qué tanto estemos dispuestas a dar.
Definitivamente, tengo más posibilidades de perder que de ganar. Incluso, si tú estás esperándome tal como te lo pedí, puede que solo hayas sido motivada a asistir a esta cita por pura curiosidad de saber quién soy y no porque quieras seguir divirtiéndote conmigo. No sé si eso me partiría el corazón, pero sí que me quitaría las ganas de continuar.
Estoy nerviosa como si volviese a ser adolescente en su primera cita. Qué gracioso.
Suspiro al entrar al salón de spa. Sonriente saludo a la recepcionista, y le muestro la pantalla de mi celular para que compruebe la reservación del sauna privado.
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La Chica Escarlata
RomanceA sus 22 años, Ana sigue envuelta en su depresivo estilo de vida. Lo único que desea es que llegue diciembre para graduarse y nunca más volver a la universidad donde no tiene amigos. Un inesperado viaje junto a su papá y madrastra la orillará a cruz...