Saltar de un avión sin paracaídas. No hay otra opción, está por estrellarse en el mar que cada vez se hace más cercano. ¿Cuál de las dos muertes duele menos? ¿Por qué sigo pensando en el dolor? Se me termina el tiempo. ¿A qué hora empieza a pasar toda mi vida a través de mis ojos? ¿Acaso los momentos previos a la muerte inminente no es como en las películas? Pienso en estupideces...
Un pie afuera. Luego el otro... El agua es tan suave como una enorme almohada de plumas. Ni siquiera siento el cuerpo mojado. Todo es tan fresco que me gustaría quedarme aquí a dormir para siempre. Pero la marea me mueve hacia los costados, me tambalea en un suave frenesí que de a pocos me despierta hasta que...
- Ana, ya está por llegar mi mamá.
- ¿Qué...?
No tengo idea sobre cómo logré pronuncia esa palabra, ya que siento los labios y la lengua hechos de cartón. Es como si toda mi saliva se hubiese evaporado y unas irrefrenables ganas por beber lo que sea me atrapa de golpe. Tardo unos segundos en dejar que mis ojos den vueltas a la habitación y se centren en la figura de Mimi sentada al borde de su cama.
- ¡Nena! Hasta que te despiertas.
- Umm...
Me quejo como si acabase de tener la peor de mis noches luego de una fiesta. No tengo sueño, pero sí demasiado cansancio y volver a recostar en la cama es tan tentador...
- Sí que te golpeó duro la pastillita, pero el lado bueno es que te lo pasaste muuuuy bien. Y yo soy testigo presencial de eso. ¡Qué mala soy! Toma, toma...
Se apresura a pasarme una jarra de agua helada que le devuelve la sensación de tacto a mis dedos al cogerla.
- Tómatelo directo de la jarra -exclama en una carcajada-. Sé que te mueres de sed.
Vaya espantosa sed que llevo encima. Ahora entiendo el horro de perderse en un desierto. Es casi como si hubiese estado debajo del sol y mi cuerpo se marchitase. El agua helada se lleva el ardor de mi garganta luego de un minuto y prácticamente dejo vacía la jarra.
- ¿Mejor?
- Bastante... -me aclaro la garganta-. Jamás había tenido ese deseo de matar por agua.
- Efecto secundario del éxtasis, pero ya pasó lo peor, nena. No me odies, porfass...
Sus labios se fruncen como el de una niña a la que sus padres le han llamado la atención, y sus ojos color azul marino se tornan tan apacibles que te provocan perdonar hasta sus peores pecados.
- ¿Por qué lo haría? He pasado la noche más loca y deliciosa de mi vida, Mimi. Solo te pediría que no se lo cuentes a tu hermana.
- Estás bien loca si crees que le cuento mis cosas a la criticona de Noa -ruge entre risas la rubia que está tan fresca como una lechuga-. Así que no te preocupes. Noa es un pan de Dios que jamás entendería que la vida es para vivirla una sola vez.
Llegué a creer que haríamos como si "nada" hubiese sucedido, pero Mimi no es de andarse con rodeos ni secretos. Mientras me volvía a colocar el brasier, ella se acercó a abrazarme por la espalda y darme un beso en el cuello. Allí fue que me dijo que le gustó mucho hacerme el amor y que no lo hizo solo por la euforia de habernos drogado en su habitación. Es irónico que esa palabra todavía me cause espanto al pronunciarla en mi mente, pero que una sonrisa de placer se esboce en mi boca al recordar cortos episodios de mi locura desatada por los químicos que estallaron por todo mi sistema nervioso.
Intercambiamos besos, caricias y unas cuantas palabras coquetas mientras me visto con ropa presentable antes que llegue su mama. En ningún momento tengo ese impulso de tapar mis senos pese a que ella no aparta la mirada de mi cuerpo. No lo sé. Supongo que ya hemos llegado a ese punto de intimidad donde la vergüenza queda de lado. Es cierto que solo nos hemos acostado una vez, y que yo estaba en una de las lunas de júpiter cuando lo hicimos, pero la confianza que ahora le tengo es tan intensa que la siento tan parte de mi vida.
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La Chica Escarlata
RomanceA sus 22 años, Ana sigue envuelta en su depresivo estilo de vida. Lo único que desea es que llegue diciembre para graduarse y nunca más volver a la universidad donde no tiene amigos. Un inesperado viaje junto a su papá y madrastra la orillará a cruz...