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Advertencia: Este capítulo toca temas que pueden resultar incómodos o desagradables para algunas personas. Leer con precaución.

 Leer con precaución

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—¿Cómo dices?

El semblante de la rubia cambio al instante, una cálida sonrisa se había dibujado en su rostro con el recuerdo, su vida en el campo y su familia.

—Pero...¿como sucedió?

Entonces, Alice se encontraba en un campo atenta a cada movimiento de una posible víctima bastante lejana a ella, solo era un disparo un solo movimiento, hasta que una respiración detrás suyo con la paja crujiendo al más mínimo toque llamo la atención de sus sentidos, giro sobre sus pies con rapidez sosteniendo firmemente el arma hacia el desconocido quien no era nadie más que un muy asustado hombre vestido con finas pero desgastadas prendas grises, él, por instinto alzó las manos como tratando de decir que era inofensivo, sin embargo eso no pareció convencer a la rubia quien en ningún momento bajo la guardia.

—¿Quién demonios eres?— le dijo al hombre tras unos pocos segundos de puro silencio.

—Ma-matthew.

—Matthew que.

—Matthew Spinster— contestó, esta vez más seguro que antes.

Aquel nombre atrapó cada pensamiento de Alice, al instante una sensación nostálgica llenó el corazón de rubia quien — sin saber muy porque— se resistía de la prematura necesidad de romperse en llanto. Por primera vez, tras largos y tensos segundos Alice vio sus ojos, aquellos ojos alarmantemente grises como un día nublado y oscuro, repletos de confusión.

Todas sus memorias estaban frente a ella; el presente, pasado y futuro de una vida que no recordaba haber vivido y que ahora se presentaba a ella en cuestión de segundos. Un campo con los alrededores repletos de manzanos, una dulce niña de mejillas rojas y unos ojos grises; era su vida, su esposo e hija, la familia que se había esfumado de su antigua vida cuando cayó en la maldición que la convertiría en lo que era ahora.

—¿Y tú lo viste todo?

—Todas mis vidas, pero la que más me pesaba era la última. Matthew...

—¿Y él no te reconoció?

—¿Eh? No, tras convertirme en guardiana yo olvidé todo rastro de mi vida con ellos porque prácticamente yo...yo ya no...

—Existias en la suya...—murmuró Luther.

—Mi hija nunca existió y Matthew se casó con otra persona.

—No imagino como debió sentirse.

—Si— suspiro con tristeza— esta bien, no pasa nada.

—Quiero decir tú, tu familia yo creo ser capaz de...

Alice sin ánimos de escuchar a Luther comenzó a inspeccionar la habitación con la mirada hasta que algo capto su atención, Alice observó con detenimiento uno de los lienzos de Camile que estaba justo a lado del escritorio apenas cubierto por una manta de color blanco.

𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 | The Umbrella AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora