FLOWER| ❝Y es que entre tanto caos y destrucción; estaba ella, completamente ajena a la ambiente, con cada uno de sus pétalos resplandecientes y delicados❞
El la deudécima hora del primer día de octubre de 1989, cuarenta y tres mujeres dieron a luz...
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Cerro los ojos con fuerza, se negaba completamente a aceptar sus emociones, eran atemorizantes, constantes susurros reclamando salir de ella y simplemente expresar la montaña de emociones que no creía capaz de sencillamente liberar como si tratará de un peso extra. Recorrió por quinta vez su sala para llegar a la cocina intentado recordar que era lo que quería exactamente, ultimamente ella no estaba presente del todo, isistia constamente con hablar con alguien pero una vez volvía a un debate mental "No tenía nadie con quien hablar" Luther estaba en la Luna, Alisson ahora era una estrella internacional y dudaba que tuviera tiempo para una conversación de hermanas.
—No se cuanto tiempo necesitas para aceptarlo.
La miro fijamente y simplemente ignoro el hecho de que estuviera con ella, recalcando en su mente todos los pasos que se había plateado para cerrar un ciclo interminable de lo que siempre supuso que era producto de la imaginación de una niña asustada. Giro su cuerpo quedando en frente de la pequeña mesa de centro que estaba en su sala.
"No es real y no esta aquí, no es real y no está aquí"
—Te puedo asegurar que definitivamente estoy aquí, ya hemos pasado por esto muchas veces, Cam— su voz resonaba en su cabeza como si ella fuera real, sin duda parecía real, pero no podía serlo.— Siempre he estado contigo.
—¿Qué es lo que quieres?
—Que tomes las cosas por lo que son, Camile— habló con dureza—. Esta mal, adoptados o no, igual son hermanos.
—No se a que te refieres— mintió.
—Dejale el incesto a Luther y Alisson, créeme eso solo te hara daño.
—¿Y estaba bien lo de Vanya?
—Es diferente— se defendió ella.
—¿Por qué?
—Porque Vanya es diferente, cualquiera de ellos son nada comparado con ella y tu lo sabías, pero decidiste ignorarlo.
—Éramos solo niñas.
—¡Por favor!— libero una sonrisa cargada de ironía—, de todas formas ella merece mucho más de lo que tu podías darle.
***
—No deberías estar ¿cómo me encontraste?
—Ah...— hizo un ademán con la cabeza en dirección a Klaus y Camile.
El rizado comenzó a bailar con Delores mientras la castaña lo miraba con una falsa indignación.
—Algo de privacidad chicos, estamos progresando aquí atrás— bromeo balanceando al maniquí.
—Fingire que no escuche eso— Camile negó con la cabeza.
—Sabes que eres mi favorita— sonrío guiñando su ojo con cierta picardía.
