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Camile había regresado a 2019 con la sensación de que el tiempo se le escapaba entre los dedos

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Camile había regresado a 2019 con la sensación de que el tiempo se le escapaba entre los dedos. Sabía que el control sobre su propio cuerpo era efímero, que Zero. La urgencia en su corazón la empujaba a moverse rápidamente, escabulléndose en la academia sin ser vista, rogando a cualquier fuerza que la protegiera de encontrarse con alguno de sus hermanos. Tenía un único propósito: robar los archivos de su padre con la simple corazonada de que algo de él pudiera ayudarla.

El clima era frío y húmedo, el aire cargado de una electricidad que hacía que cada paso resonara en su mente como un eco. Camile no sabía si ese clima sombrío era obra suya o simplemente una coincidencia, pero la sensación de perder el control sobre su cuerpo la perseguía sin cesar. Cada movimiento se sentía ajeno, como si fuera una marioneta controlada por hilos invisibles. Aun así logró encontrar los archivos, cubiertos de polvo y con ese inconfundible aroma a antigüedad.

Cargó los documentos con manos temblorosas hasta su pequeño apartamento, cada paso impregnado de ansiedad. Sabía que lo que estaba por descubrir no sería fácil de digerir, pero no tenía otra opción. Debía confirmar su teoría sobre lo que realmente estaba sucediendo dentro de ella. La castaña se sentó en el suelo, su respiración acelerada mientras miraba las carpetas cerradas frente a ella.

—Viejo de mierda,— murmuró con amargura al abrir la primera carpeta. Al ver la letra de su padre en las páginas, una ola de ira y desolación la invadió. Cada palabra, cada diagrama, cada anotación… todo estaba ahí, detallando la conexión entre ella y Zero. Su padre había sabido desde siempre. La había estudiado, observado y, de alguna manera, había facilitado la presencia de la demonio en su vida. El pensamiento hizo que su estómago se revolviera.

Página tras página, los descubrimientos se amontonaban, cada uno más aterrador que el anterior. Sus manos comenzaron a temblar aún más mientras pasaba rápidamente los documentos. Sabía que la verdad estaba allí, oculta entre las líneas escritas por su padre. Pero a medida que avanzaba, los augurios que había tenido durante tanto tiempo se volvían realidad. Zero no era una simple presencia maligna, tenía un propósito, un plan. Y Camile era la clave.

Zero no era parte de ella.

Las mentiras de su padre la habían alcanzado, ella no era mitad de demonio, que estupidez, su cuerpo era el adecuado para albergar a uno, era su cuerpo el único capaz de soportar una presencia demoníaca y sus habilidades.

Bufó.

La mente le daba vueltas mientras una mezcla de desesperación y asco la invadía. La idea de que su padre había tenido conocimiento de todo desde el principio la enfermaba, pero lo que más la perturbaba era lo que estaba por descubrir en las últimas páginas.

Finalmente, sus ojos se posaron en lo que sabía que debía leer: los últimos pasos del plan. La letra de su padre, cada vez más desordenada e ilegible, revelaba un ritual complejo, un proceso que Zero había estado siguiendo meticulosamente, utilizando a Camile como su medio para alcanzar su objetivo final y que de alguna manera había retrasado durante varios años.

𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑 | The Umbrella AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora