FLOWER| ❝Y es que entre tanto caos y destrucción; estaba ella, completamente ajena a la ambiente, con cada uno de sus pétalos resplandecientes y delicados❞
El la deudécima hora del primer día de octubre de 1989, cuarenta y tres mujeres dieron a luz...
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Cada trazo era importante, hasta el másmínimo detalle necesita la atención de Camile; extrañamente soñaba con rostros, sucesos, imágenes, que posteriormente pasaba a dibujos y pinturassencillos o algunos que le demoraban varias semanas, hasta a ella desconocía el origen de su gusto por pintar, en su corta vida había creado pocos dibujos originales, gran parte de sus obras eran producto de sueños o una corazonada a mitad de la noche. Después de la pelea con Cinco ella ni siquiera se atrevió a cruzar la biblioteca, le pidió a Pogo ayudarla a llevar sus lienzosy caballete hasta su habitación. Preferíaque su padre le llame la atención por mover "las cosas de su lugar" a tener otroencuentro desagradable con su hermano.
—No fue mi intención decir eso—levanto la mirada del lienzo por un par de segundos y volvió a lo suyo.
Hace un par de semanas, desaparecieron unas muñecas de porcelana del estante especial de papá, al momento de verlas a su corta edad Camile quedo cautiva por su curiosa apariencia, obviamente el deseo de tenerlas era grande, pero sin importar lo que ella dijese su padre siempre negaba rotundamente darle aquellas muñecas. Algo en aquellas extrañas muñecas le gustaba demasiado a comparación de sushermanos a quienes le causaba bastante miedo; las pinto en una sola ocasión, lo que alcazaba a ver afuera del despacho de su padre. Cuando estasdesaparecieron Sr. Reginal Hargrevees lo noto de inmediato, y no tardó en buscar culpables, después de que ninguno de los hermanos se declare el autor de aquel robo todos ellos se veían perjudicados por las cosas que les seguía prohibiendo su padre para queal fin alguien se declare culpable. El estrés por saber quien robo esas muñecas aumento aún más, y ante la desesperación los hermanos de la joven no tardaron en poner ojos en ella como la ladrona. A pesar que Camile lo negaba una y otra vez, parecía no convencer a su padre y una parte de sus hermanos.
—Pero lo hiciste— negó con la cabeza y clavo la mirada en su hermano.
Cinco se mantuvo inmóvil sabia perfectamente que era lo que su hermanaquería escuchar, pero muy en el fondo también sabia que lo merecía.
