El regreso a Hogwarts era eminente, y Severus agradecía eso, así tendría una excusa para estar lejos de Lucius, quien no había preguntado donde había estado después que había recibido la marca de mortifago, además que lo había tratado con una fría indiferencia, la cual sinceramente no le molestaba, no la había buscado ni siquiera para tener sexo, si antes para él el sexo era algo que no disfrutaba, (jamás se corría cuando se acostaba con su amante, y a este nunca le pareció interesarle que ambos disfrutaran de la intimidad), después de su, no tan grata experiencia con Lord Voldemort, el solo imaginarse tener a alguien dentro de sus piernas, lo hacía sentir repugnante y sucio.
Ese día había retomado el castigo, cumpliría con lo que tenia que cumplir, luego hablaría con Black para colocarse de acuerdo y montar la pantomima al director que ambos se llevaban de maravilla, así tendría un problema menos de su larga lista de cosas por resolver, sólo le rogaba a Salazar no terminar en el piso de enfermos mentales en San Mungo, con tantos problemas en su cabeza, el ser loco parecía una idea demasiado atractiva, no tenía que preocuparse de un amante abusador, ni de un psicópata con ansias de poder y mucho menos con un maldito ególatra.
Decidió entrar al lugar del castigo con el objetivo claro de contestar las preguntas e ignorar a Black, quería olvidar lo que había pasado en Navidad.
El aludido estaba sentado esperándolo para comenzar, sin ceremonias tomó las fichas con las preguntas y leyó la primera.
— Decir cinco características
que les gusta de vuestro compañero (tanto de personalidad como físicas).Severus tuvo que morderse el labio para no reírse, Black tenía características positivas, lo que él tenía de Hufflepuff.
—Empiezo yo—, pidió Sirius, y Severus le hizo señas para que prosiguiera—, tu arrogancia, tu sentido del humor tan oscuro, tu inteligencia, tu ingenio y tus ojos.
Severus sintió que las mejillas empezaron a arder, pero prefirió ignorarlo.
—De todas las cosas, te viene a gustar mis defectos.
—No considero que tu ingenio sea un defecto, sobretodo cuando me insultas, lo haces de una manera demasiado creativa—, contestó con una sonrisa el león.
—Siempre sacas lo peor de mí, Black.
—Yo diría que lo mejor, porque eso es tu ingenio, lo mejor que he visto en mi vida.
Mentiría si no sintió, que ese pequeño alago no acarició su ego, porque sí, si lo hizo.
—Creo que me toca—, informó Severus soltando un suspiro—, tu sonrisa, tus ojos, tu manera de siempre lograr lo que te propones, tu manera de ser leal con el trío de idiotas y tu alegría tan natural—, concluyó el pelinegro sintiéndose expuesto, había ido con la idea de ignorar a Black, sin embargo, todo se había ido al caño.
—Te gusta mi sonrisa—, declaró contento Sirius.
Él rodó los ojos, y recordó que estaba hablando con Sirius Black la persona más egocéntrica y narcisista de Hogwarts.
—Bajate esos humos Black, sigamos con la siguiente pregunta.
— ¿Cómo te sientes respecto a tu relación con tu madre?
—No siento nada—, contestó el ojinegro.
—¿Por qué?
—No puedo sentir algo por una relación con alguien que está muerto, Black—, contestó con un gruñido.
Se hizo un silencio tenso, y Severus prefirió mirar, a la habitación.
—Yo tampoco siento nada, al contrario de ti, mi madre está muy viva, sólo que nunca fuimos muy unidos, ambos teníamos nuestras diferencias, que al pasar el tiempo, se hicieron más notables y más grandes, y cuando me fui de casa, nuestra relación muerta, pasó a ser inexistente.
—Lamento eso—, habló con sinceridad.
—Yo no, no es que haya amor perdido entre nosotros—, contestó con sinceridad el Gryffindor—, lamento lo de tu madre, supongo que la tuviste que querer mucho, para que tus recuerdos más bonitos sean con ella.
—La quería, pero también la odiaba—, confesó Severus, no sabía que era, no obstante, sentía que podía ser sincero con ese tema, aún así fuera con Black—, era buena mujer, pero como madre le faltaba mucho, nunca pensó en mí, y eso me hizo que mi sentimiento se dividiera entre el amor y el odio.
El silencio se volvió a instalar, y Severus agradecía que el otro chico no hiciera más preguntas, respetando su deseo de seguir o no.
Pero por más que le haya empezado a gustar el ambiente con el otro chico, debía de cortar de raíz todo eso, por el bien de su mente y corazón.
—Black debemos hablar con Dumbledore sobre el castigo, para que lo levante.
—No.
—¿Qué?
—No quiero que nos levante el castigo todavía.
Severus lo miró como si hubiera enloquecido.
—Ambos quedamos en un acuerdo.
—Lo sé, pero yo quiero seguir con esto.
—¡Pero yo no!, ¡Quiero estar lejos de ti! ¡Alejate de mí!—, gritó el pelinegro tomando sus cosas y dirigiéndose a la puerta.
Sirius lo retuvo del brazo, haciéndole chocar contra su duro pecho y acercándose peligrosamente a sus labios.
—No me pidas eso, no me pidas que esté lejos de ti, no cuando estoy enamorado de ti.
Severus sintió su sangre helarse, debía que estar en un sueño, o todo era una broma de pésimo gusto, pero había algo en los ojos grises que estaba observando, que lo disuadía de cualquier pensamiento de que todo era un chiste.
Iba a contestar esa confesión, cuando sintió unos labios posarse sobre los suyos, Black lo estaba besando, y él lo estaba devolviendo.
Muchas veces soñó con besar al inalcanzable de Sirius Black, mas ninguno de sus sueños, eran comparados con lo que estaba sintiendo en ese momento, por primera en mucho tiempo sintió calidez en su pecho, era agradable, olvidó a Lucius, olvidó a Voldemort, olvidó la guerra que se aproximaba, olvidó que era un mortifago, olvidó su soledad, olvidó todo, para él, sólo existía Sirius y él, era un beso delicado, como si tuvieran miedo de romper la burbuja en que estaban envueltos.
Cuando se separaron, Severus volvió a la realidad, y se fue del lugar corriendo, no podía ser ingenuo, era un Slytherin y la ingenuidad no era una virtud de las serpientes, por más que haya disfrutado de aquel beso, no borraría la realidad, una cruel realidad de la que nadie lo salvaría.
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Conoceme y enamórate de mí
RandomSirius Black y Severus Snape, no se llevan para nada bien, y eso para nadie es un secreto, el director ya cansado de sus disputas, decide intervenir, haciendo que ambos chicos se conozcan, pasando tiempo juntos, ¿Podrá ellos ser amigos?