Capítulo 17

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Hemos escuchado tantas veces que el tiempo lo cura todo, que no hay que preocuparse por lo que sucede, ya que el destino o el tiempo lo solucionará, pero para Sirius, eso es una vil mentira, el tiempo en vez de curar la herida que dejó Severus, la hizo abrir más profundo y sin oportunidad de recuperación.

Había pasado 3 meses desde que Severus había terminado su relación, hacia menos de 2 meses se habían graduado, y en parte se alegraba por eso, ya que no tenía que verlo desde lejos, aunque su corazón masoquista se conformaba con sólo ser un espectador.

Se sentía agotado, tanto físicamente como emocionalmente, durante el día tenía que fingir que todo estaba bien, pero en las noches lloraba hasta quedarse dormido, deseando que todo fuera una pesadilla.

Estaba en un bar muggle con Remus, porque quería liberarse; sin embargo como si fuera un juego del destino, empezaron a sonar canciones de tristeza, como si narraran sus sentimientos.

Sé que te perdí y nunca entendí por qué
Si de mí todo te lo di
Si tú supieras cuántas veces
He soñado con que regreses
Seguro que estuvieras aquí (estuvieras aquí)

La ruptura para Sirius hubiera sido menos dolorosa si Severus le hubiera dicho los motivos del porqué lo estaba dejando, la culpa no lo dejaba tranquilo, estaba seguro que dio todo para estar con el pelinegro, ¿acaso no fue suficiente?

Si le pagaran por cada vez que ha soñado en que Severus regresaba con él, sería más rico que su familia.

A veces tomo pa' olvidarte
Porque sinceramente duele recordarte
Si tú no estás la soledad ganó el combate

El licor se había convertido en su nuevo amigo y su manera de olvidar el dolor que dejó la partida del otro chico.

La soledad no era algo a lo que él le temeria, empero, la ausencia del pelinegro hizo que dicho sentimiento se apoderara de su vida.

-Sirius por favor deja de tomar, eso no te hace bien-, lo aconsejó Remus como una madre amorosa.

-Déjame Remus.

Te fuiste, nada más
Quisiste renunciar a quererme
Y cómo dueles

-Duele Remus, me duele que haya dejado-, confesó el ojigris-, renunció a quererme, se fue como si nada hubiera pasado entre nosotros, como si nuestra historia no valiera nada.

¿Qué hago con mis labios
Si me ruegan tus besos?
¿Qué hago con mis manos
Cuando suplican tu regreso?

¿Qué hago con mis noches?
¿Qué hago con mis días?
¿Qué hago con tu esencia
Que se aferra a la mía?
Dime qué hago yo

-¿Qué voy a hacer Rem?, ¿qué se supone que tengo que hacer cuando todo mi cuerpo desea tenerlo de regreso?-, indagó mientras se secaba sus lágrimas.

El ojimiel lo único que podía hacer era abrazarlo fuertemente, y acariciarle la espalda a su amigo, daría lo que fuera por cambiar su lugar con el de Sirius, era angustiante ver como sufría por amor, y por más que dijera palabras de consuelo, eso no ayudaría a que el dolor desapareciera.

°•°•°•°•°•°•°•°
Severus llegó tarde en la noche a su antigua casa, observó la fachada que de seguro había visto días mejores, parecía casa de película de terror, sintiendo cansancio en su cuerpo, caminó hasta adentrarse al lugar.

Conoceme y enamórate de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora