Capítulo 13

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Sirius estaba feliz, demasiado feliz, no paraba de cantar mientras caminaba con sus amigos por los pasillos, se sentía pleno, el haber despertado con Severus en sus brazos, había levantado su estado de ánimo a más no poder.

No iba a negar, que hubiera preferido pasar todo el día con Severus, pero no había aceptado cuando se lo había propuesto, aunque tenía el consuelo de que más tarde se iban a ver.

Se sentía feliz por haber colocado su corazón en bandeja de plata y no ser rechazado, aunque sinceramente se lo merecía, sin embargo, tenía el consuelo de que podía enmendar las equivocaciones del pasado, y Merlín sabía de que eran un número demasiado grande de metidas de pata, mas no se iba a dar por vencido, era un Black, y ellos no se rendían tan fácilmente.

La hora del encuentro llegó, y Sirius estaba esperando impaciente la llegada de Severus, la felicidad que antes embargaba su corazón, ahora la sustituía una inquietud un poco agobiante, se sentía nervioso, como si presintiera que algo no muy bueno estaba pasando, de un momento a otro abrieron la puerta y Sirius levantó su mirada, se sorprendió por la escena que estaba viendo.

Severus estaba tambaleándose, de un momento a otro sus piernas no lo sostuvieron haciéndolo caer, pero no tocó el suelo, ya que Sirius lo atrapó a tiempo.

—Severus, ¿qué pasa?—, inquirió con preocupación.

El Slytherin no contestaba, parecía estar sollozando, eso aumentó la incertidumbre del Gryffindor, el cual le dio la vuelta para observarle el rostro, tenía los ojos rojos, y las lágrimas no paraban de correr en su rostro.

Sabía que lo habían maldecido, y lo peor era que sabía con que maldición lo habían hecho.

—¿Quién te lanzó crucio Severus?

El mencionado no contestó, así que él lo levantó del suelo, y lo colocó en la cama que ahí estaba.

Se sentía impotente, sabía cómo se debía estar sintiendo Severus en ese momento, había vivido en carne propia las consecuencias de esa maldición, la única cura que había era dejar que el cuerpo se curara por si solo.

Acomodó al delgado chico en su regazo, acariciando su cabello, deseando cambiar de lugar con él.

Sin darse cuenta, ambos se quedaron dormidos. Sirius se despertó al sentir que alguien se movía agitadamente encima de él.

—No, por favor no, no lo haga, déjeme ir—, suplicaba Severus con los ojos cerrados—, Sirius ayúdame, te lo suplico, ayúdame, Sirius por favor.

El aludido al escuchar eso, sintió como su corazón partirse en mil pedazos, debía de ser horrible lo que estuviera soñando, así que despertó al chico, zarandeándolo del hombro.

—Amor despierta, estoy aquí.

Severus abrió los ojos, estos estaban llenos de lágrimas, Sirius se conmovió y lo abrazó.

—¿Qué sucedió Severus?

El pelinegro no contestó durante un rato, pero cuando lo hizo, su voz estaba ronca.

—Había una reunión de mortifagos, Avery me avisó esta mañana, así que fuimos, cuando llegamos al lugar, estaba él reunido con los otros en un círculo, en el medio había un anciano…—, en ese momento se le quebró la voz—, estaba asustado, eso se notaba aleguas, él me miró, y me pidió que lo torturara, yo…, yo no pude, sentí pánico en ese momento, él hablaba que ese hombre era merecedor de toda tortura, por ser nacido muggles, pero aún así, no me nació lastimarlo, aunque tu prima Bellatrix estaba muy feliz por hacerlo, así que le cedí mi puesto, los gritos de dolor de ese hombre eran insoportables—, dijo mientras lágrimas caían en su rostro—, yo sólo quería que se muriera de inmediato, para que no sufriera más, al final el hombre falleció, sentí ganas de vomitar, no es agradable ver a un hombre morir siendo torturado, después tocó mi turno, obviamente el señor tenebroso no estaba muy feliz con que yo me abstuviera a participar en sus actividades, así que me tomó como ejemplo para los demás, luego salí del sitio y me aparecí acá.

Conoceme y enamórate de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora