Capítulo 19

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La luz empezó a filtrarse por una ventana vieja, haciendo que la persona que estaba acostada cerca de esta, empezara a abrir los ojos.

Sirius sentía agarrotado su cuerpo, la cabeza le dolía, hasta respirar le parecía cansado, observó el lugar donde estaba, se veía un poco abandonado y viejo, la habitación era demasiado sencilla, trató de levantarse, pero algo le impidió hacerlo, se dio que cuenta que estaba atado a unas cadenas, empezó a jalonear con ellas, hasta que escuchó la puerta abrirse.

Una figura alta y con pelo negro, entró en la habitación, con la misma elegancia de siempre.

—¿Cómo te sientes?

—¿Qué hago aquí?

—No contestes una pregunta con otra pregunta—, regañó Severus.

—Yo no estoy obligado a contestar las preguntas de un mortifago—, contestó con repugnancia Sirius.

El corazón de Severus se encogió ante esas palabras, le dolía, pero era la pura verdad, ante la ley y ante el mundo mágico, no era más que un mortifago, un seguidor del que no debe ser nombrado, una persona que usa la magia oscura para fines malos, y lo peor era que... mentira no era.

—Y yo no estaba obligado a traerte aquí, y aún así lo hice—, contestó Severus, con la misma arrogancia de siempre.

—De seguro me vas a llevar a donde tu amo—, contra atacó Sirius con crueldad.

—¿Eso piensas de mí Sirius?, ¿qué sería capaz de hacerte daño?

—Me dejaste sin ninguna explicación, me dijiste que no me amas, y si no lo haces, ¿qué te impide hacerme daño?, yo te lo hice durante 7 años, nada te impide pagarme con la misma moneda.

El nudo en la garganta se apretó, tragó saliva lo más que pudo, cada palabra le dolía, pero se lo merecía por haber dicho cada una de esas palabras sin pensar en los sentimientos de Sirius.

En el fondo estaba molesto, porque esperaba que Black se diera cuenta de que lo que estaba haciendo era para mantenerlo a salvo, sin embargo, olvidó el detalle de que él era un maldito Gryffindor a morir y nunca veía más allá de sus narices. ¿Acaso no veía su aspecto cansado?, estaba agotado, entre pasarle información a Dumbledore y servirle al loco maniático, su energía se estaba consumiendo demasiado rápido.

No dijo nada, se acercó con su varita a donde estaba el enfermo, este se alejó como si tuviera peste, pero no pudo apartarse mucho por la cadena que tenía puesta. Hizo el análisis en silencio, todo estaba bien, no había fractura de nada por lo sucedido ayer, excepto un poco de desnutrición, y niveles de alcohol etílico y nicotina en la sangre.

—¿Tan poco te importa tu vida que prefieres matarte lentamente?—, preguntó con dureza Severus mirando a Sirius, pero este esquivó la mirada.

El ex Slytherin soltó una bocanada de aire, conocía de primera mano lo necio y terco que podía ser el chico que tenía enfrente, se levantó de la cama y se dirigió a la puerta.

—¿No me vas a quitar las cadenas?

—¿Y a arriesgarme a que hagas una de tus estupideces?, por supuesto que no, quédate tranquilo que contactaré a Dumbledore para ver que se soluciona.

Ya estaba Severus a punto de salir, cuando el otro chico siguió hablando.

—¿Dónde está James?, ¿cómo está él?

—Está lo suficientemente bien, como para seguir siendo un grano en el culo—, contestó el ojinegro en un tono simple—, ¿algo más?

El ojigris negó con la cabeza, Severus lo tomó como señal y se fue de ahí. Al cerrar la puerta, respiró profundamente para no soltarse a llorar, su corazón latía como nunca, haciendo confundir sus emociones, sólo esperaba que Dumbledore le diera una solución lo más pronto posible, porque si aguantaba un minuto más con Sirius bajo el mismo techo, iba a enloquecer.

Nota de la autora:

Hellooo volví otra vez, ¿qué tal el capítulo?, ¿alguna teoría? espero leer sus comentarios, no se olviden de votar y seguir mi perfil, pueden encontrar más historias del mundo de Harry Potter, además de mis nuevos proyectos que prontito estaré publicando.

Trataré de estar más activa con esta historia, gracias por el apoyo.

Nos leemos pronto.

Besos.

Bebepushentido.

Conoceme y enamórate de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora