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Dejó aquella carta sobre el escritorio, su semblante se ensombreció, algo no estaba bien, conocía lo suficientemente bien a Namjoon como para asegurar que este no le hubiese pedido ayuda de no ser urgente y necesario, mucho menos solicitar la presencia de él y Jungkook. Habían pasado más de diez años desde que cada uno tomó posesión de la corona en sus reinos, en todo ese tiempo las cartas habían sido el medio directo para comunicarse, nada más, sólo había recibido una visita de Jungkook hacia unos meses. Suspiró, la petición de Namjoon era algo que no podía dejar pasar, no cuando era su aliado y su amigo.

—¿Sucede algo? —preguntó JongIn después de ver como su rostro cambió al leer aquella carta.

—Namjoon solicita mi presencia en Scarlanding.

—¿Por qué? —alzó una ceja.

—No lo sé, conociendo al idiota de Namjoon algo no salió como había esperado—se encogió de hombros.

—¿Irás?

—Claro que lo haré, no puedo negarme, son nuestros aliados y mi amigo, me preocupa, él no pediría ayuda de no ser necesario, de los tres siempre fue el más independiente.

—Entiendo—asintió—. Te acompañaré.

—Mi hermana está pronta a dar a luz ¿Seguro que quieres venir?

—El deber a veces nos hace renunciar a algunas cosas, sé que ella lo comprenderá, como tú lo dijiste esto es importante.

Yoongi suspiro pesadamente. —El viaje será largo, iremos por Jungkook y después partiremos a Scarlanding, serán días en el camino. Prepara todo, hombres que tengas experiencia, dejaré a SeHun aquí para encargarse de las tropas, mi madre y Jimin reinarán, Ryuumoon es receloso con sus gobernantes, pero si dejo a mi madre y a mi esposo estarán tranquilos.

JongIn no pudo evitar soltar una carcajada. —Los reinos se parecen a sus reyes. ¿No eres tú así de receloso?

—Oh claro que sí, yo soy celoso, receloso, posesivo y un hijo de puta—soltó con orgullo.

—¿Cuándo quieres partir?

—En la madrugada, es mejor—suspiró—. Hemos mantenido a los renegados controlados, no hay problema alguno, pero nuestra partida tiene que ser discreta.

—¿Cuándo le dirás a Jimin? —al verlo formular una mueca de fastidio añadió—. Siento que está vez te está costando demasiado.

—Mis hijos son pequeño, apenas tienen tres meses, Jimin, bueno, aunque todo está bien con él, aún le falta mucho por aprender y mi pequeño puede llegar a ser muy demandante. Peleará, porque querrá ir.

—¿Y lo permitirás?

—Claro que no—bufó—. Es largo el camino y puede ser peligroso.

—Entonces te deseo toda la suerte, porque, conociendo a su alteza te hará una pataleta por no dejarlo ir.

—Ni que lo digas, Min Jimin parece un niño caprichoso, me encanta-sonrío con suficiencia—. Iré a hablar con mi madre y con el consejo primero, por favor, busca a Jimin o a alguien de su corte y dile que no podré encontrarme con él en la cena, que lo veré en nuestros aposentos.

—Claro, me reuniré contigo después de eso—asintió al tiempo que se ponía de pie, miró de reojo como Yoongi observaba la carta con el ceño fruncido, cualquier cosa que estuviera pensando lo tenía nervioso.

Salió de la oficina con el fin de cumplir la encomienda, una que le agradaba, porque KyungSoo siempre estaba al lado de Jimin, no podía darse el lujo de desaprovechar esa oportunidad, no desde que este se había alejado por completo de él.

El Rey Del Recuerdo *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora