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El doctor real miró a su rey con severidad, después de haberlo examinarlo, este estaba mirándolo con insistencia, era fácil adivinar que al rey no le gustaba guardar reposo, esa había sido la razón por la cual estaba ahí en primer lugar.

—Puede ser debido al estrés que ha presentado en las últimas semanas—suspiró el hombre acomodando sus gafas en el puente de la nariz—. Creo que es escencial que descanse estos días mi señor.

—Sabes bien que siempre he tenido mucho trabajo que atender—sonrió amargo—. No es momento de descansar, menos con lo ocurrido ¿Has hablado con mi padre?

—Sí, el señor Kim me ha dicho que está apenado, pero se rehúsa a regresar al castillo para la conmemoración de la muerte de su madre.

NamJoon apretó la mandíbula. —Algo mezquino si nos ponemos a pensar que él decía que era el amor de su vida. No importa entonces.

—El dolor se vive de forma distinta en cada uno de nosotros mi señor.

El rey desvió la mirada al balcón que se encontraba abierto dejando entrar el aire fresco de la tarde. Mordió su labio inferior, pensativo, hacia años que no tenía contacto con su padre, pero no le extrañaba, este le odiaba después de que él asumió el cargo de rey, dejándolo de lado.

—¿Recuerdas a SeokJin? —preguntó sintiéndose idiota por la formulación de la pregunta.

—Su alteza, claro que sí—sonrió al recordar al pelinegro amable y con una belleza formidable, que tenía a todos encantados.

—¿Atendiste su parto? —preguntó serio, aún sabiendo la respuesta.

—No mi señor, la princesa llegó al mundo a manos de una partera elegida por su alteza.

—Bien—dijo sin preguntar sobre el segundo alumbramiento, no comprendía por qué seguía manteniendo oculto al segundo hijo de su esposo.

—Es una mujer profesional, mi señor, muy amada en el pueblo y por su alteza. No es mejor que yo, pero su alteza estuvo en buenas manos.

Namjoon asintió, no sabía por qué estaba haciendo tantas preguntas pero de repente, cuando despertó en aquella cama una idea de planteó en su mente, conocía sobre el segundo niño, pero nada sobre la primera. No había visto o preguntado sobre esa niña y le confundía que SeokJin la mantuviera tan oculta, mucho más que el pequeño. Entonces pensó en los últimos días de SeokJin en el castillo, ¿Y si este se fue ocultando algo más? 

Sí eso resultaba ser cierto, no sabría qué hacer para disolver todo lo que había hecho sin remordimiento. Tal vez estar a su lado fue peor de lo que imaginaba, ahora sus emociones estaban jugando con la sensatez de su mente.

—Muy bien—suspiró.

—Pero—interrumpió el hombre—. Fui yo quien descubrió el embarazo, su alteza estaba muy feliz en ese entonces.

—¿Cuándo lo descubriste? —preguntó entrecerrando los ojos.

—Dos meses antes de la fiesta de mascaradas, después de eso su señoría se fue del castillo.

Namjoon recibió aquello como un golpe, si SeokJin estaba embarazado antes de que se descubriera su engaño entonces ¿La niña era suya? O ¿Le había engañado desde mucho antes? Aceptó con dolor la segunda opción porque creer en la primera sería admitir su culpa y no estaba listo para eso.

—Puedes retirarte.

El doctor asintió y luego de una reverencia salió de la habitación. Namjoon cerró los ojos bufando, su interior parecía ser un mar envabrecido.









El Rey Del Recuerdo *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora