El Rey Del Recuerdo *Namjin*

Rey del recuerdo

SeokJin no sabía que ser rey era tan difícil, no encontraba las palabras para describir el enorme peso que estaba en sus hombros, sin embargo trataba de dar siempre lo mejor de sí mismo, porque su pueblo dependía de él.

Las cosas habían cambiado, ahora todo a su alrededor era más tranquilo, aún no podía creer que después de un infierno viniera la calma. Recordaba aquel primer momento en el castillo, como conoció a las dos personas que más le heriría, a Kim SeoJoon y a Kim Namjoon, salvó que este último también era la persona que le había dado la dicha de vivir momentos inolvidables y llenos de felicidad.

Había perdido muchas cosas, pero seguía en pie, agradecía a la vida haberle dado una nueva oportunidad al lado de su familia y amigos, al lado de sus hijos quienes crecían a paso veloz día con día. Amaba lo que tenía y la persona en que se había convertido.

Suspiró mirando a la chica que estaba frente a él quien le miraba confundida

—No lo entiendo—susurró DaHyun tragando en seco.

—Eres libre—dijo con una sonrisa—. Puedes irte, te daré un lugar en donde vivir, incluso una forma de ganarte la vida.

Ella negó. —Yo....quiero regresar con mi abuela en la frontera.

—¿Estás segura de que ella te acogerá?

DaHyun sonrió con lágrimas en los ojos. —Lo hará, nos mandamos cartas, es muy vieja y quiero ayudarle.

SeokJin asintió aliviado. —Te regresaré la dote, con eso puedes vivir tranquila.

—Yo quisiera pedir algo más—dijo bajando la mirada—. Las cenizas de Rosé.

SeokJin no iba a preguntar la razón de aquello porque podía ver en los ojos de la muchacha el dolor y el amor que sentía por el recuerdo de la pobre chica que había muerto, pensó entonces en su propio dolor, en el amor que perdió y que ahora era un recuerdo.

—Claro—dijo con cariño impreso, estaba frente a una chica que era muy joven y que tenga una vida por delante—. Puedes hacerlo. Sé que Namjoon también hubiese aceptado.

Ella limpio las lágrimas de su rostro. —Muchas gracias..

—No tienes de qué agradecer, aquí has pasado por mucho y lo entiendo—suspiró bajando la mirada—. Scarlanding puede ser un lugar bastante cruel. Ahora eres libre, por favor sé feliz.

Dahyun sonrió ligeramente. —Él siempre lo amo, me hablaba de usted, de lo bueno que era, ahora sé que era verdad. Será el mejor rey que Scarlanding puede tener.

Había liberado a una persona de una vida de prisionero, se sentía bien, eso era lo que hubiera deseado que alguien hiciera por él cuando más lo necesitaba, pero ahora era el rey, era fuerte y podía sobrevivir a lo que fuera.

Pero el dolor estaba ahí, miraba a sus hijos, habían pasado tres meses de la muerte de Namjoon, y todo lo que estaba en ese castillo le recordaba a él. No había dejado de buscarlo, nunca lo haría.

Sonrió a sus hijas e hijos, ellos eran la única cosa que le mantenía cuerdo y en pie, pero, no podía cuidar bien de su salud, no comía adecuadamente o dormía, por lo que no se sorprendió que los mareos aumentaran.

Un día se despertó tan enfermo que no dudo en llamar al doctor. DongWook le revisaba con calma, sus ojos se arrugaban de vez en cuando, estaba nervioso, temeroso de que algo malo le pasara.

—¿Qué es?

DongWook suspiró.  —¿Tuvo relaciones con su majestad antes de lo sucedido?

—S...sí, varias veces—susurró, temeroso de a donde llevaba la conversación—. No me diga...que...