Rey del Hielo

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Jeon Jungkook conoció a Kim Taehyung cuando esté apenas tenía quince años, se casaron y se convirtieron en los reyes. No se amaban. Él creía que era un mocoso superficial e idiota, pero al verlo en esos momentos mientras reía con su hermano sabía que había estado muy equivocado porque ese hermoso hombre rubio era un rey lleno de fortalezas y una virtud muy grande, su capacidad de amar.

Habían llegado a su palacio, rodeado de una capa de nieve, casi se lanzan al suelo para empaparse de esta, estaban felices, incluso su pequeño BeomGyu parecía muy cómodo en los brazos de su tío ChanYeol quien estaba con la boca abierta al igual que Baekhyun por todo lo que Taehyung les contaba.

—Agradezco al cielo que estén aqui—suspiró Baekhyun tomando la mano de su hermano—. Pero, mira nada más esa cara, te traeré una pomada de hierbas para que mejore.

El rubio asintió. —Gracias—suspiró mirando a Jungkook quien le sonrió—. Sólo espero que no quede marca.

—No lo creo—calmó su hermano con una cálida sonrisa—. Seguirás siendo hermoso ¿Verdad Jungkook?

El pelinegro asintió de inmediato. —Tae siempre será hermoso. 

La mirada que ambos compartieron, tan profunda y cargada de sentimientos hizo que tanto Baekhyun como ChanYeol se mirarán y sonrieran.






Taehyung estaba molesto por su debilidad en los momentos críticos, ni las palabras de aliento de Jungkook pudieron controlar esa decepción, por las mañanas muy temprano se levantaba, tomaba a su pequeño que dormía en la misma habitación que ellos por el invierno tan crudo y lo ponía en la cama con Jungkook, se vestía con algo abrigador y salía.

Entrenaba con dureza durante toda la mañana sin ser interrumpido, a veces regresaba y Jungkook aún dormía o estaba en su oficina por lo que no sabía de sus escapadas mañaneras.

Pero Taehyung no contaba con que BeomGyu se iba a levantar temprano pidiendo leche y que Jungkook se daría cuenta de lo que estaba pasando.

Tomaba con fuerza la espada y golpeaba con esta algunos sacos de maíz dentro del granero, su aliento salía como halo de su boca, sus manos y rostro estaban entumecidos por el frío.

Jungkook lo observó en la puerta negó preocupado y se acercó cuando Taehyung bajo el arma muy cansado, lo abrazó por la espalda cosa que hizo al rubio asustarse

—¡Jungkook! —exclamó sintiendo una rápida palpitacion por haber sido asustado de esa manera.

Cuando salió de su entonación y su respiración de regulo supo que había dude descubierto, quiso volverse pero no pudo, las manos de Jungkook lo aprisionaban

—Me levante sin ti—suspiró en su oreja—. ¿Por qué estás haciendo esto a mis espaldas? ¿No confías en mí?

Taehyung suspiró bajando la mirada. —No es eso y lo sabes— mordió su labio inferior—. Es sólo que...quería intentarlo por mi mismo.

El pelinegro negó y lo soltó, caminó hasta posicionarse frente a él y tomar sus mejillas heladas. —Vienes aquí sin guantes, al menos abrigate—bufó—. Lo que pasó no fue tu culpa y no había manera de que te defendieras, él te golpeó, aunque te hubieras defendido él era más alto y fuerte, estabas en desventaja, pero te aseguro que si en ese momento hubieras tenido una espada lo habrías asesinado en un abrir y cerrar de ojos.

Taehyung hizo un tierno puchero. —Yo quisiera ser igual de fuerte que tú, quiero defenderte así como defender a Beomie si es necesario.

Jungkook sonrió mirándolo a los ojos. —Espero que en verdad no tenga que ser necesario—acarició sus mejillas con sus pulgares—. Yo confío en que si llego a estar en problemas tú me vas a salvar TaeTae, porque aunque no lo puedas ver eres muy fuerte, completamente audaz y para mí mala suerte muy hermoso, has crecido y te has convertido en un hombre maravilloso—besó su frente—. Al menos déjame entrenar contigo.

El Rey Del Recuerdo *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora