El Rey Del Recuerdo *Namjin*

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—SeokJin detente—ordenó con voz tranquila, le era difícil mantenerla de esa manera porque se estaba muriendo de la preocupació.

El pelinegro le encaró. —¿Qué pasa? —dijo sin expresión.

—Debes comer algo—suspiró acercándose—. Van dos días que no pruebas bocado, al menos algo ligero, por favor.

—No, no puedo comer sabiendo que mi hija está perdida—negó—. No sé si ella está siendo alimentada o si las personas que la cuidan son amables, no puedo hacerlo, lo siento.

—Por lo menos un té cariño—lo tomó de los hombros acariciando con cariño—. Por favor, sólo eso, SeokJin, el bebé, tienes que alimentarte por el bebé.

Suspiró bajando la mirada a su vientre, su hijo dentro debía estar pasando un terrible momento. —No tengo ganas ni de eso Namjoon, mis nervios están alterados yo sólo quiero que ella esté a salvó en mis brazos nuevamente.

El rey asintió aunque por dentro deseara obligarlo a comer, lo abrazó con fuerza. —Todo va a salir bien cariño, te lo prometo, en unas horas estará aquí. 

—Namjoon—susurró sintiendo su cuerpo frío e incapaz de sostenerse por su propio pie—. Namjoon...no me siento bien.

—¿Qué pasa? —lo separó de su cuerpo para mirarlo a los ojos, estaba pálido, y frío—. ¿Te sientes bien? ¿Qué ocurre?

—Creo que me voy a desmayar—susurró antes de cerrar los ojos y caer en los brazos de su esposo, quien de inmediato le cargo—¡Seokjin! —gritó asustado.

Lo llevó a la habitación sintiendo el pulso de su corazón en aumento, las damas presentes le ayudaron a acostarlo y taparlo.

—Mark ve por el médico—ordenó al chico, mientras que él se sentaba a su lado y acariciaba su cabello.

Estaba pálido y mucho más delgado que otros días, los huesos de sus mejillas se notaban más al igual que las clavículas de su pecho, Namjoon le veía sin vida, poco a poco apagándose. Espero con impaciencia hasta que el médico llegó, le vio revisarlo y suspirar comprendiendo lo que sucedía

—Su pulso es muy débil—dijo sin tardanza—. Debe de descansar y sobre todo comer algo, si sigue así podrá sufrir fiebres altas.

—Está en estado.

—Lo sé—dijo Dongwook—. Es por eso que esto puede ser más peligroso, tiene que comer y descansar, sino, la pérdida del bebé será lo de menos, en un estado tan débil puede hasta morir.

Namjoon asintió mirando a una de las damas. —Dile a uno de los cocineros que prepare sopa de pollo, que la sirva y la traiga de inmediato.

—Sí mi señor—hizo una reverencia, saliendo de inmediato de la habitación.

El médico se levantó. —No hay más que esperar a que despierte y que se alimente, si sigue bajo este estrés puede ser muy peligroso, mi señor—volvió a advertir, destacando la delicada situación.

Namjoon asintió comprendiendo lo que el hombre trataba de decirle, él debía procurar que SeokJin se mantuviera tranquilo antes de que empeorará su situación. Se sintió culpable, todo lo que estaba sucediendo era debido a su descontrol y por no tomar las precauciones necesarias, había estado reinando irresponsablemente. Estaba decepcionando a su gente y ahora tenía que pagar las consecuencias de la peor manera.

Espero por unas horas, en ese tiempo se había puesto de cuerdo con Hoseok y Jackson sobre lo que sucedería esa noche, se cambió con la armadura y el traje de batalla, no lucharía, pero que su gente llevará eso aterrorizaba. Pensó en escribir a Yoongi quien era el más cercano, pero no sabía cómo iniciar esa carta, hace poco recibió noticias de él, se había casado y estaba a la espera de su primer hijo, Jungkook también estaba por tener a su hijo. Ellos eran felices y esperaba que su vida fuera mucho más fácil que la suya.