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DongWook estaba esperando junto a sus ayudantes a las concubinas del rey. Dentro de aquella sala designada sólo para ellas, la tensión iba en aumento, el rey y el consejo habían requerido de sus servicios para examinar a las cuatro chicas, buscando especificamente algún indicio de que alguna de ellas estuviese en estado sin saberlo. No comprendía el por qué de la petición, hasta que se enteró del destino que tendrían aquellas señoritas.

No estaba en posición de juzgar las decisiones de su rey, sin embargo, tenía la certeza de que aquella situación era lamentable para ellas, ya que, su reputación en Scarlanding estaba manchada, el reino entero las veía como las rameras reales, incluso los nobles las observaban con renuencia, los únicos que estaban de acuerdo, eran sus familias las únicas que se beneficiaban de su estatus. Regresar a la vida normal, encontrar una nueva pareja y vivir fuera de la protección del castillo sería difícil. Y era una pena, porque las cuatro estaban en sus veintes. Dejó de lado sus pensamientos para esperar, detrás de aquellas puertas ellas estaban haciendo lo que les indico, poco sabía que cada una tenía sus propias destrezas.

Dahyun salió del baño, Rosé estaba en la puerta jugando con aquel vaso de metal, sus ojos se encontraban perdidos desde hace dos días cuando se enteraron de la resolución del rey, una parte de ellas estaba feliz porque tenían la posibilidad de ser libres, pero la otra estaba temerosa de que se descubriera su secreto. Cuando sus miradas se encontraron, Rosé estuvo a punto de decir algo, pero Dahyun tomó el vaso que ella sostenía y le dio el propio.

—Nadie va a enterarse, no tengas miedo—prometió mirándola tan intenso, que Rosé asintió ligeramente, aún no estaba del todo convencida de sus palabras, sin embargo, no dijo en voz alta sus más grandes temores. No era el momento.

Fueron llamadas después de unos minutos a la sala, les habían dado el tiempo necesario para estar listas, las cuatro se formaron frente al doctor y sus ayudantes, tres de ellas llevaban los vasos mientras que la última tenía las manos en la espalda.

DongWook indicó a sus ayudantes que recogieran los tres vasos, harían una prueba con vinagre, tomaría un tiempo, pero les ayudaría, después quien diera positivo, la revisaría, llegó hasta la última chica, quien mantenía la cabeza gacha.

—¿Y tú muestra? —preguntó con amabilidad.

—Estoy enferma—susurró sonrojada, sacó las manos de su espalda, mostrando una pieza de ropa blanca que se encontraba manchada de carmín.

DongWook asintió. —Bien, entonces tú has de quedar fuera de la prueba. ¿Cuál es tú nombre?

—LeeHi—murmuró escondiendo la prenda y bajando la mirada avergonzada.

—Muy bien señoritas—dijo con un suspiro—. Gracias por su cooperación.














Namjoon negaba al tiempo que se acomodaba en la silla, Jackson quien le observaba fijamente, la seriedad reinaba, debido a los asuntos pendientes que estaban discutiendo desde hace un rato, el rey miró el mapa, fijándose en las posibles rutas por donde aquellos desgraciados se habían ido, tenía serios problemas con los rebeldes, no sabía cómo habían llegado tan lejos, se acercaban, y él tenía que detenerlos.

—Podemos avisar al reino de las cumbres—dijo Namjoon—. Esta ruta da al puerto, pudieron escapar en alguna embarcación.

—Sigo pensando que están más cerca—negó pensativo—. Nos falta vigilar las fronteras del norte y del este.

—Haremos una expedición, también daré aviso a Hoseok, ese es el territorio donde opera.

—Muy bien...—la voz de Jackson fue interrumpida por el llamado de la puerta—. Iré.

El Rey Del Recuerdo *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora