~N.º 8

2K 71 77
                                    

18 de agosto de 2021, Barcelona.

Después de colgar con sus amigas, se metió en la ducha y se vistió con unos pantalones vaqueros negros cortos de talle alto, una camiseta blanca con un dibujo y unas Converse de doble suela negras. Se maquiló de forma sencilla, se peinó y salió de casa con su coche.

Había quedado con el catalán en una cafetería que había por la rambla. Encontró un parking donde dejar el coche y fue durante unos minutos andando hasta el punto donde habían acordado verse. Cuando llegó al destino Riqui ya se encontraba allí.

—Hola, Noah—sonrió al verla.

—Hola, Riqui, ¿me has tenido que esperar mucho?— respondió sentándose en la silla que había frente al futbolista.

—No tranquila, acabo de llegar, tú por eso no te preocupes. ¿Qué quieres tomar?

—Un cappuccino, gracias.

Riqui no se había sentado de nuevo por lo que se acercó a la barra y le pidió a la camarera que se encontraba allí lo que querían. Unos minutos después regresó a la mesa donde de nuevo Naoh le agradeció el gesto.

—Y, bueno, ¿qué tal por Milán?

—Bastante bien, conocí a mucha gente, me divertí, lo pasé bien y aprendí bastante, que era por lo que me fui, básicamente.

—Entonces supongo, que terminaste la carrera y volviste a Barcelona, ¿me equivoco?

—Para nada, has dado en el clavo. ¿Tú qué tal en el primer equipo?

A lo largo de ese rato le estuvo contando sus sensaciones respecto al primer equipo, la ausencia de Messi, y la escasez de minutos jugados la temporada anterior. También hablaron de como era tener a Pedri de compañero en el vestuario.

—Uy, ese no es el Pedri con el que convivo desde que nació. Como se nota que quiere caeros bien y esas cosas.

—Bueno, es tímido, pero bueno— rio Riqui—Dejemos de hablar de él y hablemos de ti, en Milán tuvo que haber algún italiano que te conquistara, ¿no?

—Más que italiano fue un malagueño, pero duramos poco. Nos vimos solos en una ciudad desconocida y nos aferramos el uno al otro como a un clavo ardiendo. Ahora es uno de mis mejores amigos y viceversa— sonrió Noah acordándose de Brahim.— Y tú, Puig, ¿alguna pretendienta? Estoy segura que hay muchas detrás de ti.

—Detrás puede haber muchas, pero a mi solo me interesa una chica en concreto.

En ese momento se levantó y fue hasta la barra para pedir la cuenta, pagó y le preguntó a Lena que si quería dar un paseo antes de irse a casa ya que no era muy tarde.

—No pienses que no me he dado cuenta como has dejado la conversación a medias, Puig. ¿Puedo saber quien es esa chica que ha conquistado tu corazón?

—No quiero decir nada por si luego sale mal o cualquier cosa. Soy un poco paranoico con ese tipo de historias— rio nervioso.

—Seguro que sale bien, ya verás— animó la canaria al chico poniendo su mano en el hombro izquierdo de este.

El paseo fue tranquilo ya que iban sin rumbo fijo y hablando de todo un poco, pero se notaba que algo iba a suceder. Riqui le preguntó que donde había aparcado el coche porque la quería acompañar hasta él.

—Puig, de verdad, que no hace falta que me acompañes hasta la puerta del coche. Soy mayorcita ya como para saber lo que hago y dejo de hacer.

—Me da igual, te quiero acompañar y punto. No rechistes, Noah.

Diez minutos después estaban los dos frente al coche de la canaria. En ese momento ambos se miraron a los ojos y sonrieron. La distancia se fue reduciendo hasta no quedar casi espacio. Y fue entonces cuando el futbolista catalán junto con los labios con los de Noah sorprendiendo a la chica que respondió encantada al beso.

—Perdón— dijo Riqui cuando se separaron.

—No me pidas perdón, bobo—sonrió Noah— Gracias por lo de esta tarde, me lo he pasado muy bien y este ha sido el final perfecto.

—Me alegra oír eso. Ten cuidado de vuelta a casa y avísame cuando hayas llegado.

Noah se subió a su coche y arrancó dejando allí al chico, de camino estuvo pensando en lo sucedido durante esa tarde y lo cómoda que se había sentido con la compañía del amigo de su hermano. En cuestión de veinte minutos se encontraba ya de nuevo en su casa. Una vez dentro de esta le mandó el Whatsapp que le había prometido que iba a recibir Riqui.

—Pero, ¿qué?— preguntó Noah entrando al salón.

—Hola Noah, ¿qué tal?— dijo Pedri que se encontraba allí.

—¿Se puede saber qué narices estáis haciendo?

—Ha sido idea de Pedri y me ha obligado a participar así que, a mi no mires— respondió Fernando.

—¿En serio pensáis que es una idea cojonuda matar a un mosquito con la colonia? Si queréis morir intoxicados hacedlo, pero no matéis al resto, por dios.

—Si se lo he dicho, que no era buena idea, pero como si le hablas a la pared, nada de nada, oye.

—¡Por fin! Mosquito, jódete, contra mi no hay quien gane.

—En inteligencia gana todo el mundo. Ahora que has salido triunfador abre las ventanas antes de que papá y mamá te digan algo y nos comamos Fer y yo la bronca por tu culpa.

Noah subió directa a su habitación, minutos después sus dos hermanos aparecieron de nuevo por su puerta, sin ningún tipo de bote de colonia en la mano. Gesto que la mediana de los tres agradeció profundamente.

—¿Qué queréis ahora?— preguntó girándose en la silla de su escritorio.

—¿Qué tal con Riqui? me ha dicho esta mañana que habíais quedado esta tarde— respondió Pedri.

—Pasar tanto tiempo con Arizona ha sido malo para ti, eh. Pues bien la verdad. Hemos ido a tomar un café y luego a dar una vuelta por La Rambla.

—Algo más ha pasado porque te acaba de salir una sonrisilla tonta en la cara que flipas— comentó Fernando apoyándose en la pared.—Dínoslo tú o este mañana le encierra en el baño hasta que lo cuente.— dijo señalando al pequeño que estaba tumbado en la cama de la chica.

—Justo cuando iba a coger el coche para volver, nos hemos besado— confesó Noah.

—Mañana lo mato, con mi hermana no.

—Él no puede, pero tú estás subido en...— Fernando no pudo terminar la frase ya que fue interrumpido.

—En nada. Yo no estoy subido en nada. No hables más de la cuenta, Fernando.

—Pedro, ¿qué no me estáis contando?— preguntó la hermana cruzándose de brazos y mirando directamente al pequeño de los tres.

—Nada importante ahora no te centres en eso. Cuéntanos algo más de tu cita con Riqui.

—No ha sido una cita.— respondió Noah votando su mirada entre sus dos hermanos debido al cambio de tema que había hecho.

Al rato los dos chicos salieron de la habitación de la canaria dejándola sola pensando en la conversación que habían dejado a medias. ¿Fernando a qué se refería con eso?

||Lights Down Low-Éric García||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora