21 de agosto de 2021, Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.
Leire había llegado ya a la capital española donde la estaba esperando Arizona a la salida del aeropuerto junto con su coche.
—Me encanta que estés aquí, Leire— sonrió la malagueña subiéndose a su coche para salir del aeropuerto.
—Lo necesitaba. Quería alejarme un poco de Barcelona. Han pasado muchas cosas en poco tiempo.
—¿Eres consciente de que has dejado solo a Éric? Ya sabes a lo que me refiero.
—Ya si lo sé, espero que esta semana que va a estar solo con sus pensamientos de un paso adelante— dijo la catalana mirando la autopista.
—Dios te oiga, porque lo de Riqui yo no lo veo, sinceramente.
Hasta llegar a la casa de los Alarcón fueron hablando de muchas cosas y de todo lo que querían hacer juntas durante esos días. Por la cabeza de Leire pasaba algo que sabía que Arizona le estaba ocultando y a lo largo de esos días iba a conseguir averiguarlo.
—Que sepas que Isco se ha empeñado en que se vengan a comer Marco y Llorente para recibirte. Imagínate decirle que no a mi hermano, es imposible.— dijo la malagueña sacando la llave del contacto y saliendo del coche.
—Ni me ha visto y ya me está organizando los días. Tu hermano es un caso digno para estudiar— rio Leire agarrando su maleta del maletero.
—¡Leire, cuanto tiempo!—saludó el aludido con un abrazo a la catalana— ¿qué tal? Bueno, ya te lo habrá dicho Ari, pero tenemos comida de bienvenida.
—Por favor Isco deja a las chicas tranquilas cinco minutos— dijo Sara— Anda id arriba y dejad las cosas, cuando estos vengan os avisamos.
Arizona y Leire hicieron caso a la canaria y fueron a la habitación de la malagueña que la iba a compartir con su amiga. Le dejó un hueco en el armario para que pudiera dejar sus cosas y al rato se escuchó como alguien llamaba al timbre.
—Ari, llevas ocultándonos a Noah y a mi algo relacionado con Marco. Así que más te vale contarme lo que pasa o bajo corriendo y le obligo a él a que me lo cuente. Tu eliges.
—Te lo cuento— respondió rápida— Después de lo que pasó en la fiesta, nos vimos aunque eso lo sabes porque Noah te lo dijo. Pues me dijo lo que sentía por mi y, bueno, estamos intentando algo, pero no lo sabe nadie.
—Entonces, ¿estáis juntos?
—Algo tenemos.
Leire no respondió y fue a abrazar a su amiga, le encantaba verla así de feliz, se lo merecía mucho. Se separaron y las dos juntas bajaron al salón donde se encontraban Sara, Isco, Marcos y Marco. Estos dos últimos se acercaron a Leire para saludarla.
—¿Comemos ya o qué? Me muero de hambre— dijo Arizona.
—¿Tú no cuando no tienes hambre? esa es la verdadera pregunta.
—Veo que estos dos siguen igual que siempre— dijo Leire a Marcos Llorente ya que se habían sentado juntos.
—Nunca van a cambiar, ni que esto te sorprendiera— rio— ¿Qué tal con Pau?—preguntó el madrileño.
La catalana no fue capaz de dar una respuesta a aquella pregunta ya que ni ella misma sabía si seguían siendo amigos o qué. Cambió de tema y continuaron hablando sin problema a lo largo de toda la comida junto con el resto de los allí presentes. Cuando terminaron de comer salieron solo ellos dos al jardín.
—No te esperábamos por aquí— se sinceró Marcos.
—Oye, que si quieres me voy y os aviso con antelación.
—Que graciosa eres, Leire— respondió sarcástico— Me gusta que estés aquí— susurró de tal forma que era practicamente imposible que ella lo escuchase.
—¿Qué has dicho?
—Nada, nada. ¿Quieres que vayamos a dar una vuelta?
La propuesta del jugador del Atlético de Madrid sorprendió a Leire, pero no dudó en aceptar ya que su compañía le gustaba mucho. Subió a la habitación y se encontró con Marco y Arizona dormidos en la cama de esta y con una película de fondo. En silencio agarró su bolso y se fue hacia la puerta principal donde se había ido Marcos.
Se subieron al coche y arrancó fueron directamente hacía el parque del Retiro en el centro de Madrid, el chico conectó su lista de Spotify a su coche y empezaron a sonar los primeros acordes de "Me equivocaré" de Antonio José.
—Ni se te ocurra cambiarla, me encanta esta canción— dijo Leire mirando a Marcos.
—Y me equivocaré, una y mil veces me equivocaré porque si amarte a ti es una mentira, con el alma mentiré— cantó Marcos mirando a Leire a los ojos.
En ese momento donde sus miradas conectaron creando así una conexión única que se vio interrumpida por el claxon del coche de atrás ya que el semáforo se había puesto en verde y ninguno de los dos se había dado cuenta de ello. Minutos después sin decir nada más aparcaron y fueron hacia el parque. A una zona tranquila donde no había mucha gente.
—Yo nunca había estado en esta zona del parque— dijo Leire.
—Normal, esto es enorme. Dudo que haya alguien que se lo conozca de una punta a otra—rio—Este es mi rincón favorito de Madrid.
—Tienes muy buen gusto porque esto es increíble.
—Pero no lo es más que tú.
—Marcos, ¿qué...
No fue capaz de terminar la pregunta ya que la distancia entre ellos dos era prácticamente inexistente. Las manos de él acunaban la cara de la chica con suavidad. Lentamente fue acercando sus labios a los de Leire para juntarlos. Marcos apreció como en ningún momento le apartó o rechazó el beso.
—Tenía que hacerlo, llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo y nunca había sido capaz— susurró encima de sus labios— Lo siento.
La catalana no respondió. Acercó su rostro al del madrileño y le volvió a besar. En mitad del beso Marcos sonrió, acción que a Leire le encantó que hiciese. Se separaron y ella apoyó su cabeza en el hombro de él, este pasó su brazo por los hombros de ella y dejó un beso en su pelo.
—Venga que te llevo a casa— dijo el chico levantándose extendiendo las manos para que Leire se agarrara.
—¿A Barcelona?— rio la catalana.
—Hoy te has levantado graciosa, eh. A casa de Isco, boba, pero si quieres que te lleve a Barcelona, yo lo hago— sonrió pasando su brazo por la cintura de ella.
—No dejaría que te metieras esa paliza conduciendo.
—Pero si yo quiero tú no puedes impedirlo— sonrió victorioso.
Regresaron al coche y el camino de vuelta fue igual que el de ida con música de fondo y los dos cantando a pleno pulmón. De nuevo en la casa de los Alarcón, Marcos no se bajó del coche, pero antes de que lo hiciese Leire le robó un beso. La catalana se apeó del vehículo y entró en el que iba a ser su hogar durante una semana. Su estancia en Madrid había empezado muy bien.
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||Lights Down Low-Éric García||
Fanfiction-No vas a conseguir lo que quieres tan fácilmente.