2 de octubre de 2021, Madrid.
—No me creo que lo último que vayas a hacer en Madrid sea ir al Wanda Metropolitano.
—¿Y qué hago? Mi culpa no es.
—Hombre, no sé, tal vez ir al Bernabéu que es mejor estadio, con un mejor equipo— insistió Isco— Y tú, ¿se puede saber porqué narices vas?
—No la voy a dejar sola en territorio enemigo. Además, quiero ver a Koke y a Antoine que hace tiempo que no los veo— explicó Arizona agarrando la chaqueta vaquera que reposaba en el sofá.
—Isco, te prometo, que la próxima que venga voy a verte a un partido— dijo Noah abrazando al mayor de los hermanos.
Entre risas las dos jóvenes salieron de la casa para subirse al coche de la malagueña. El trayecto hasta del estadio rojiblanco se hizo leve ya que no se encontraba muy lejos de donde vivían. Una vez allí, sacaron las acreditaciones que el capitán colchonero les mandó para poder entrar a la zona reservada para los familiares.
—Hola chicas— saludó Beatriz, la mujer de Koke.
—¡Cuánto tiempo! Desde la Eurocopa si no me falla la memoria— respondió Arizona a la madrileña mientras Noah abrazaba a Leo.
—Pero que mayor estás ya, Leo.
— Noah, ¿vienes a apoyar al Atlético de Madrid o vienes a apoyar a tu novio?— preguntó Bea con una sonrisa pícara.
—Bea, no se ha puesto su camiseta para no acabar en urgencias.
—Ari, igual si te callas mejor, ¿no? Vengo a ver un partido muy interesante de fútbol, nada más.
—Vamos a fingir que te creemos. ¿Sabéis cuáles son vuestros asientos?
Con la ayuda de Bea las dos chicas encontraron rápidamente sus butacas, que casualmente se encontraban al lado de la suya y de la de su hijo Leo.
—Una pequeña casualidad de la vida me comentan que es esta.
—Exactamente. No tiene nada que ver que haya sido mi marido el que os las mandara.
—El partido va a empezar, a callarse todo el mundo.
—Pero si no estamos en el cine— respondió Noah provocando la risa de las dos presentes y la del niño incluida.
El silbato del árbitro sonó dando por iniciado el partido entre el equipo rojiblanco y el blaugrana. La mirada de Noah no se movía de un jugador. Cualquier falta que le cometiesen que no sancionaba el árbitro, la reclamaba intensamente bajo las miradas divertidas de Arizona y de Beatriz. El descanso finalmente llegó con tablas en el marcador.
—Si quieres te traigo una tila. Tú otros cuarenta y cinco minutos así no los aguantas, Noah— comentó Bea levantándose— Voy al baño con el renacuajo este, ahora vengo.
—¿Sabes una cosa?— Ari antes esas palabras moviendo su cabeza negando— Me hubiera hecho mucha ilusión ver a mi hermano jugando este partido.
—Habrá muchos más partidos como este donde tu hermano podrá jugar. Además, la casa ya la tienes y la entrada con decirles a Koke y a Antoine que estás aquí las tienes aseguradas.
—Ya sé que habrá más, pero estaba en su mejor momento y la lesión de menisco le ha frenado en seco— sonrió triste buscando la mirada de su amiga.
—Pedri para mi es un hermano pequeño, ya lo sabes. Cuando vuelva de la lesión va a estar en el mismo punto donde estaba justo antes, ya verás.
Bea regresó junto con su hijo que quería sentarse en las piernas de la canaria y esta, no fue capaz de negarse. Durante la segunda parte del encuentro se mantuvo más serena ya que estaba jugando con Leo.
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||Lights Down Low-Éric García||
Fanfiction-No vas a conseguir lo que quieres tan fácilmente.