~N.º 25

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12 de septiembre de 2021, Madrid.

—Pase lo que pase en Barcelona, recuerda que aquí está Marco.

—Lo sé, Sara. Este viaje va a servirme para darme cuenta de lo que siento tanto por el uno como por el otro. Cuando vuelva hablaré con Marco, le tengo mucho cariño.— respondió Arizona sentándose en el asiento del copiloto del coche de su cuñada.

—Eso lo sabe todo el mundo, Ari, pero a lo que me refiero es que no le hagas daño. Estás en el ojo del huracán, por eso salieron las fotos esas que os hicieron a Javi y a ti cuando os fuisteis a cenar.

—Yo no quiero estar en ese foco, no me gusta ser el centro de atención solo por ser quien soy.— se quejó la malagueña.

—Lo sé y lo siento muchísimo Ari, lo sabes, pero es lo que toca no podemos hacer nada.

Una vez llegaron al aeropuerto Ari se bajó para agarrar la maleta y despedirse de sus sobrinos que estaban en los asientos traseros del coche.

—Adiós mis niños— se despidió dándole un abrazo a cada uno.

—Tía Ari, ¿esta vez nos traerás algo de Barcelona?— preguntó el mayor de los tres.

—Esta vez os lo prometo que sí y que no se me va a olvidar.

—Mientras no sea del Barcelona sabes que no hay problema— rio Sara que se había bajado también del coche para abrazar a la chica— Buen viaje, y avísanos cuando llegues, ¿vale? Con lo que sea sabes que me puedes llamar, da igual la hora que sea.

—A veces ejerces tú más de hermana mayor que mi propio hermano.

—Tu hermano es, ¿especial?, pero de todas formas sabes que desde el primer momento que nos conocimos para mi eras como una hermana pequeña a la que cuidar.

Las dos chicas se volvieron a despedir con un abrazo, Arizona entró a la terminal del aeropuerto y Sara se subió de nuevo al coche para regresar a su casa.

[...]

—¡Sorpresa!— exclamó Arizona cuando Fernando abrió la puerta de la casa.

—Pero, ¿cuándo has llegado?— preguntó el canario abrazando a la que también es su amiga.

—Pues hace un rato, pero quería daros una sorpresa y me he venido en taxi. ¿Y Noah donde está?

—Está peleándose con Pedri, para variar.

Los dos fueron hasta el salón donde se encontraban las dos personas que acababan de mencionar en la puerta principal, segundos antes.

—Hola, Ari— saludó rápidamente Noah al ver a su amiga— Espera, ¿¡Ari?! ¿Pero por qué no has avisado?

—Otra igual, se llama, sorpresa, como cuando viniste tú sin avisar a nadie. — respondió divertida abrazando a la mediana de los hermanos.

—Oye, espero que para mí también haya un abrazo, encima que os tengo que aguantar juntas otra vez— saltó Pedri desde el sofá donde estaba sentado.

Después de estar los cuatro juntos las dos jóvenes subieron a la habitación de Noah para que la malagueña pudiera dejar sus cosas y organizarse un poco. Fue en ese instante cuando el timbre de la casa sonó. Arizona miró extrañada a su amiga y compañera de cuarto durante esos días que ella iba a pasar en la ciudad condal. Noah simplemente respondiendo con una pequeña risa.

—No sé si quiero saber la que has liado.

—Pero si no he hecho nada, Ari, ¿por quién me tomas?— respondió divertida la canaria.

||Lights Down Low-Éric García||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora