Capítulo 3.
15 de enero, 2024.
Abro los ojos sin conseguir distinguir nada, y no porque no entre luz por la ventana, sino porque yo no puedo apreciarla.
Los recuerdos de la noche anterior me asaltan cuando soy consciente de la mano de Eva descansando sobre mi pecho.
Tranquila.
Aferrada a mí.Solo he podido dormir un par de horas, no he dejado de preguntarle en susurros a mi teléfono la hora, la última vez eran las nueve y media de la mañana.
Creí, sentí que está vez iba a ser diferente, que mi corazón iba a ganarle la batalla a mi cabeza ayudado por mis ganas.
Pero fallé.
De nuevo le fallé.
De nuevo la aparté de mi cuando sentí como sus besos bajaban por mi cuerpo, como sus dedos sujetaban el elástico de mi ropa interior.Las voces me gritaron, las nubes comenzaron a nublarme, los monstruos salieron a jugar y la lluvia de la tormenta me arrasó, me obligó a recular, a meterme bajo un porche para ver como una vez más, la apartaba de mí.
"-No te quiere, solo está contigo por lástima. ¡Déjala ya!"
No para de oír eso, hasta que volví a creérmelo.
Hasta que sentí como no podía respirar, como me saltaba varias respiraciones, sus dedos de pronto hacían heridas en mi piel, sus besos me quemaban.
Necesitaba alejarme, respirar y huir.Pero Eva no es de las que se dan por vencidas fácilmente.
Ella se quedó en silencio, esperando a que me calmase, a que las nubes dejasen de tronar, a que mi corazón dejase de golpear furioso en mi pecho por dejarla sola en la cama.Ella me esperó hasta que vio que no supe controlarme, que no sabía relajarme, que no sabía volver a ser yo.
Y entonces, ella lo hizo.
Ella me hizo volver a encontrarme, salió el sol y solo me quedaron las nubes con gusto a culpa.
Culpa porque estuviese a mi lado, porque merece algo mejor, algo que no soy yo."Mi respiración es agitada, el cigarrillo en mis dedos tiembla y no soy capaz de relajarme. No soy capaz de apartar el huracán de mi cabeza, oír más allá de las voces que quiero dejar de escuchar.
Me sobresalto un segundo al sentir unos dedos rozando la piel de mi espalda. Y al instante suspiro, cierro los ojos y la lluvia empieza a desaparecer.
-Tranquilo, amor.
Su voz entra en mi cabeza y sustituye a esas voces que no conseguía apagar.
Siento como la cabeza me deja de doler, como mi ceño deja de estar fruncido.
Como mi corazón relaja sus latidos hasta que marca el mismo ritmo que los suyos. Puedo sentirlo porque mi mano acaricia su muñeca, buscando inconscientemente ese latido.-Gracias.
-¿Quieres que lo hablemos?
-Ahora no, por favor.Sus labios dejan un beso en mi cuello, otro en mi mejilla y uno muy suave en mis labios, que termina por tranquilizarme, por eliminar a esos demonios feos que salen a asustarme.
Su mano me arrastra, me lleva de nuevo hacia el colchón y me pega a su cuerpo.
Hoy soy yo quien se esconde en ella, quien la abraza con temor de que esto no sea real, de que me falte.Y también con culpa por pensar así, por retenerla a mi lado.
Por hacer que esté conmigo cuando puede estar con alguien más, mejor que yo. Y no cargando conmigo. Con mi ceguera, con mis miedos y demonios."-¿Estás despierto? -Sus dedos pasan despacio por mi pecho desnudo. Giro la cabeza y abro los ojos de nuevo sin saber en qué momento los he cerrado.-
-Sí.
-¿En qué piensas? -Siento como su cabeza se deja caer sobre su mano apoyada en mi pecho, como su cuerpo se coloca levemente encima del mío.-
-En lo de anoche.
-¿Quieres hablarlo? -Suspiro y alzo las manos, buscando las palabras adecuadas para dejarlas salir.-
-Es que no sé qué me pasa. Yo quiero Eva, joder, claro que quiero follar contigo. Pero hay algo... No sé.
-¿Qué pasa Hugo? Dímelo, vamos a intentar solucionarlo, por favor.
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Ahora y siempre
FanfictionSegunda parte de "Aprender a quererte" Es necesario que se lea la primera parte para entender al 100% esta novela, aunque puedes leerla sin la primera parte. Introducción: "Un accidente puede cambiar el rumbo de las cosas, puede hacer girar al revés...