18 de junio, 2024.

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Capítulo 23.

18 de junio, 2024.

Salgo de la consulta del médico, del hospital y no he sido capaz de pronunciar ni una sola palabra.
Tengo una mezcla de sensaciones que no soy capaz de descifrar, de gestionar, de asimilar.

Noto el calor y los rayos de sol impactar contra mi cara, contra mi piel, contra mí. Junio ya está aquí, y viene pisando fuerte.
Ojalá poder coger mi tabla de surf, ir solo al mar, escuchar ese silencio que solo rompen las olas que mecen mi tabla a su antojo.
Poder gritar sin que nadie me mire como si estuviese loco. Poder soltar todo lo que llevo dentro y no soy capaz de sacar.

Tengo fecha para poder operarme, el veintidós de agosto. Dentro de casi dos meses.
Puede parecer que todo va muy rápido, las listas de espera son largas, de casi años, pero la parada cardíaca que me hizo ingresar anoche lo ha acelerado todo.

Las pruebas no salieron todas bien, no todo lo bien que debían.
Esta mañana me repitieron algunas y mi corazón no va bien.
Nada bien.

"-¿Puede no decirle esto a nadie?
-Va a ser un proceso largo, duro Hugo. Tendrán que estar pendientes de ti, en cualquier momento puede darte otra parada, puedes morir y...
-Por favor.

Un nudo se forma en mi garganta al pronunciar esas dos palabras, las lágrimas se amontonan en mis ojos sin que pueda retenerlas mucho más tiempo.
Siento una mano en lo hombro y no me muevo, solo intento permanecer quieto. Asimilar que no todo en la vida es eterno, que todo es tan efímero que al cerrar los ojos un segundos puede desvanecerse.

-Está bien. -Hay un silencio en el que el doctor suspira y me hace suspirar a mí también, trato de contenerme, de no romper en llanto delante de él y se me está haciendo muy difícil.- Debería decírtelo más tarde, pero eres apto para la operación de vista. Todo se complica ahora, corres mucho riesgo con la anestesia, estás delicado Hugo.
-¿Y qué podemos hacer?
-Las listas de espera son de por lo menos un año y medio. -Dejo escapar un suspiro, es mucho tiempo, ni siquiera sé si viviré tanto tiempo.- Pero la tuya será en dos meses.
-¿Qué?
-Mientras más esperemos, menos posibilidades de sobrevivir a la operación tendrás. Ahora tienes que decidir si quieres seguir adelante y operarte o lo cancelamos todo."

Miocardiopatía dilatada, voy a tener que familiarizarme con estas dos palabras.
Según me explicó el doctor, las cámaras del corazón se dilatan, haciendo a mi corazón más delgado y estirado.
Mi corazón se debilita y no puede bombear sangre correctamente, esto puede provocar la parada cardio respiratoria de anoche, que ellos llaman insuficiencia cardíaca.

Y puede no ser la única, pueden haber más. Muchas más, hasta que no sea capaz de salir de una de ellas.
Tengo un tratamiento que seguir, si no funciona, se valorará una operación o incluso un trasplante, disminuyendo eso casi a cero mis posibilidades de vivir.

Conseguir un trasplante de corazón es sumamente complejo, las complicaciones son demasiadas, el nivel de compatibilidad tiene que ser muy alto.

-¿Hugo no estás contento? -La voz de mi madre me saca de los pensamiento que no puedo sacar de mi cabeza. Me esfuerzo en sonreír, en asentir con la cabeza.-
-Sí.
-Estás nervioso. -Los brazos de Lidia me rodean, abrazándome antes de sentir sus labios sobre los míos en un beso muy corto que no me da tiempo a rechazar.-
-Un poco.
-Todo va a salir bien. -De nuevo es mi madre quien habla y me aprieta la mano.-
-Mamá, ¿Has hablado con Eva?
-Aún no.
-¿Con Eva? -Ignoro la pregunta de Lidia, ese tono de sorpresa.-
-No le digas nada, ni de anoche ni de la operación.
-Hugo...
-Por favor.
-Ella vino para saberlo, yo...
-Por favor.

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