10. Confusión

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—Perdón por llamarte a estas horas cariño —dice mi padre.

    —No te preocupes, de todas formas no podía dormir.

Eran las cuatro de la mañana, pero era incapaz de dormirme sin saber cómo estaba mi hermana.

    —Todo ha ido bien Sav —el alivio recorre mi cuerpo convirtiéndose en la mejor sensación del mundo. —Sarah ya está en la habitación recuperándose —acaba.

—Llámame cuando pueda hablar con ella por favor —casi suplico, tengo muchísimas ganas de verla, aunque sea por una pantalla.

—Claro que sí, ahora vete a dormir mañana tienes clase —se despide mi padre.

—Buenas noches.

Cuelgo y me meto debajo de las sábanas, me quedo dormida enseguida.

    Mi alarma empieza a sonar indicándome que es hora de ir a clase, he dormido tres horas, estoy muerta de sueño, pero tengo que conformarme con quejarme a la nada mientras voy al baño para darme una ducha. Cuando ya estoy vestida salgo de la habitación y bajo a la cafetería donde me esperan Kate y Tom sentados en una de las mesas, paso a comprar un café antes de caminar hacia ellos y sentarme.

    —Buenos días dormilona —me saluda Tom con diversión.

    —Buenos días —saludo yo a los dos.

Kate me da una sonrisa.

    —¿Qué tal con Will? —le pregunto a Tom enarcando las cejas.

    —Si hubieras llegado puntual lo sabrías —responde orgulloso mientras Kate se encoge de hombros.

—Venga ya Tomi, cuéntamelo —pido haciéndole ojitos, además sé que le encanta que le llame así

—Solo porque me lo pides así —cede y yo sonrío. —Cada vez me gusta más, es que es super cariñoso y guapísimo, además es impresionante en la cama —lo define Tom.

—Ayer por la tarde me demostrasteis lo bueno que era — dice Kate, Tom la mira intentando esconder una sonrisa y yo la miro confusa. —¿No oíste nada? Parecían animales —me explica Kate.

—No, no estaba en la residencia —aclaro.

Veo como Kate y Thomas abren la boca para preguntar pero de repente la cierran, siento una mano en mi hombro y me giro.

    —Venía a preguntarte qué tal estabas —se dirige a mí cuando habla.

    —Bien, ya te dije que no era nada.

    —Pero, como no me lo creo quería asegurarme —siento las miradas curiosas de Tom y Kate.

    —Pues ya te has asegurado, estoy genial —digo fingiendo una sonrisa.

    —Da gracias a que tengo clase —me dice antes de despedirse de los tres y marcharse por la puerta de la cafetería.

Giro mi cabeza para volver a mirar a mis dos amigos quienes me dedican una mirada de confusión.

    —¿Ayer estabas con él? —pregunta Kate.

    —Dime que esta vez si te lo has tirado —suelta Thomas haciendo que las dos abramos los ojos como platos.

    —¿Esta vez?¿Ha habido más veces? —suelta Kate indignada.

    —Estaba con él pero, no nos hemos acostado ni ayer ni nunca Kate —intento explicar.

    —¿Y qué pasó la otra vez? —insiste Kate.

    —El día de la fiesta, estaba muy borracha y me ayudó.

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