Escucho mi teléfono sonar y me despierto del susto, suspiro con pesadez y lo cojo.
—¿Hola?
—Hola cariño, perdona por llamarte a estas horas pero sé que si te lo cuento mañana me querrás matar —se excusa mi padre.
—¿Qué ha pasado, está bien Sarah? —pregunto esta vez preocupada, llamando la atención de Blake que también se había despertado por el ruido.
—Ha tenido unas complicaciones, ya te conté que no estaba siendo una buena semana, esta en la UCI—escucho detenidamente su voz cansada.
Había sido un buen día, ya sabía yo que no podía durarme tanto.
—Llamame cada vez que el médico te diga algo por favor —le suplico a mi padre. —Y cuando la veas dile que la quiero mucho y que cuando vaya a verla la voy a llevar las mejores pinturas de todo Estados Unidos —pido a través del teléfono.
—Lo haré —asegura. —Duérmete ya ¿vale? —se despide.
—Buenas noches, descansa —cuelgo.
Dejó el móvil en la mesilla y respiro hondo y agachó la cabeza escondiendo la cara en mis manos. Blake pasa su mano por mi espalda desnuda de manera reconfortante y vuelvo a tumbarme en su pecho.
—Todo va a ir bien —susurra en mi pelo.
Suspiro, cansada de este tipo de llamadas que parece que nunca dejaré de recibir.
Cierro los ojos mientras Blake sigue acariciandome con la punta de sus dedos para ayudarme a calmarme, intento hacerme la dormida lo mejor que puedo porque sé que sino él no se dormirá tranquilo. Cuando escucho su respiración pausada abro los ojos y me quedo un rato mirándole hasta que me vence el sueño.
Se me forma una sonrisa cuando empiezo a notar besos por la cara, abro los ojos y me encuentro con unos azules que no me canso de mirar.
—Buenos días —dice con su voz ronca de recién levantado y una sonrisa ladina.
Le doy un beso en los labios y él sube la mano para apartarme un mechón de pelo de la cara.
—¿Nos damos una ducha? Creo que me vendrá bien el agua caliente —propongo mientras bostezo.
—Vamos —acepta mientras me da una palmadita en el muslo para que me levante.
Hago lo que pide, se me queda mirando de arriba abajo cuando voy hacia el baño y escucho como me silba desde la habitación.
—¡Para ya!—le grito de broma para que me escuche.
Escucho sus pasos acercarse y abro el grifo de la ducha para que se caliente el agua antes de quitarme la ropa interior y meterme dentro. Blake imita mi acción y me coge la barbilla para que le mire mientras el agua cae sobre nosotros. Agarra mis mejillas con sus manos y baja su cabeza para besarme, nuestros labios no tardan en ganar intensidad, Blake me pega a una de las paredes de la ducha y hace que rodee su cintura con mis piernas. Besa mi cuello al mismo tiempo que pasa sus manos por cada parte de mi cuerpo, centrándose donde más le necesito.
—Blake... —gimo con suavidad.
—Relájate.
Sigue acariciandome y besando e un rato más antes de dejarme en el suelo y salir de la ducha a por uno de los preservativos que hay en el mueble del baño. Se lo pone y entra de nuevo para cogerme en la misma posición e introducirse en mí haciéndome echar la cabeza para atrás. Pasamos un rato así hasta que los dos llegamos, y me pone en el suelo después de darme un beso en la frente.
—¿Más relajada? —me pregunta con una sonrisa pícara, después de recuperar el aliento .
Le pongo mala cara mientras intento reprimir una sonrisa y comienzo a enjabonarme al igual que él.
—Seguro que se recupera rápido y no pasa nada —me anima Kate después de contarles tanto a ella como a Thomas lo que me dijo mi padre anoche de mi hermana.
Estábamos tomándonos un café en una cafetería que está cerca de la universidad.
Asiento a las palabras de Kate aunque mi preocupación es notable.
—Bueno, cambiemos de tema ¿qué tal te salió el examen al final Tom? —pregunto.
Ya estábamos muy cerca de las vacaciones de Navidad y Thomas había tenido que hacer un examen para recuperar una de sus asignaturas. Por suerte yo había aprobado todo, al igual que Kate.
—¡Genial! Creo que apruebo de sobra—responde muy contento.
—¡Te lo dije! —exclama Kate. —El otro día se pasó la tarde llorando, tú estabas en clase por eso no le viste —me explica al ver mi cara de confusión.
Tom la pone una mueca y ella niega con la cabeza divertida.
—Se me había olvidado contároslo —empieza Kate de repente. —Este finde voy a conocer a los padres de Marco, creo que me voy a morir de los nervios —nos cuenta.
—Mi padre y Blake ya se conocen, y se llevan bastante bien —intento animarla.
—Es que según Marco sus padres son un poco... Tradicionales —explica. —De estas parejas que van a misa todas las semanas, que bendicen la mesa y esas cosas.
—Bueno, mientras no crean en qué lleguéis virgenes al matrimonio —dice Tom.
—Y aunque crean en eso, iba a ser muy difícil —le sigo la gracia.
—Enserio, que yo no he pisado una iglesia en mi vida —dice esta vez más seria.
—Mira, no te preocupes, no todo el mundo tiene los mismos ideales, y sino saben aceptar eso entonces son gilipollas —intento ayudar.
—Claro Kate —concuerda Tom dándome la razón.
Pasamos la tarde hablando de temas varios, como siempre. Y me alegro de no haberme quedado sola en casa rayandome con el tema de Sarah, al fin y al cabo solo puedo esperar, aunque siempre he sido muy impaciente.
_______
Espero que os guste mucho!!
Votar y comentar.
ESTÁS LEYENDO
101 Latidos
Teen FictionSavannah Brown se ha pasado la vida contando días, horas, segundos y latidos, muchos latidos. Espera que su vida tome otro rumbo ahora que empieza la universidad, quizá alguien le enseñara a vivir de verdad y a no esperar que la vida cambie para ell...