012. Romeo y Julieta. Merida

253 21 0
                                    


-Bueno chico, vamos a comenzar. -menciono el director de artes.

Dentro de unos meses daremos estreno a Romeo y Julieta en un pequeño teatro en Los Angeles, no era tan malo después de todo. No había vuelto a ser Julieta desde la escuela de arte hace cuatro años, aunque curiosamente es nuevamente con el mismo patán. Hiccup.

Claro que Hiccup y yo tuvimos lo nuestro en el pasado, pero el destino quiere verme sufrir y ahora lo tengo frente a mi interpretando la nueva tonta obra otra vez.

Pero eso no importa, no es nada relevante de que se trate de una obra de amor y todo lo que Shakespeare intento trasmitir en esta obra, es ridículo. ¿Morir por amor? ¿Realmente hay gente que hace eso? Que ridículo.

-Ya estamos a punto de comenzar. -dijo uno de los chicos que ayudan al director avisándome en la parte trasera del teatro.

-En un momento voy. -sonreí.

Le di la última inhalada a mi cigarro y me descise de él en un contenedor especial para el en la parte trasera. Entré.

La parte que más temía de ensayar por fin había llegado. Al parecer, a aquel dramaturgo, le pareció romántico poner a dos chicos que apenas llevaban días de conocerse cogiendo a pesar de que el juraba amor a otra chica que no era ella. Totalmente absurdo. Pero tristemente somos actores, debemos de recrear cualquier cosa que se nos proponga. Pero no estaba lista para sentir nuevamente a Hiccup piel contra piel. Tan solo pensarlo me mojaba.

Me coloqué el vestido de utilería y en mi posición, ahí estaba él. Ya no era el mismo chico de hace cuatro años; ahora tenía una cara más formada y pecosa, su cabello siempre ha sido el mismo pero ahora lo resaltaba del resto, con aquella tonta sonrisa que hace que toda chica caiga a sus pies. Castaño estúpido.

-Bueno chicos, no lo olviden. Deben de mostrar aquel sentimiento de amor, lujuria, porque está será su primera vez para ambos, deben ser cariñosos pero agresivos, tímidos pero románticos. Recuerden, como su primera vez; saben de lo que habló. -Hiccup me vió.

No había necesidad de actuar, ambos recordabamos nuestra primera vez.

Todos se colocaron en posiciones, Hiccup y yo parecíamos completamente enamorados cuando entrabamos a escena a pesar que jamás hablamos fuera de ella. Entramos entre risas y manos traviesas a escenas, poco a poco se iba deshaciendo de mi ropa como la primera vez, sus dedos corrían por mi piel y eso me enloquecía. Llegamos a la cama en ropa interior y ahora era momento de actuación.

Por unos segundos nos vimos, podía ver aquella luz en sus ojos como él en los míos. Era como si viéramos lo del otro en nuestros ojos y lo deseamos. Sus manos comenzaron a acariciarme la pierna que tenía al descubrir, yo pasaba mi mano por su rostro y su abdomen que con el paso de los años estaba bien formado. Deseaba con todas mis fuerzas que esto no fuera únicamente actuación.

Entonces, pego sus caderas a la mía y sentí un bulto enorme que deseaba salir. Lo mire con sorpresa y el me miraba con algo de pena, simplemente le deposité un beso; aunque nunca supe si lo hice para calmarlo o como parte de la actuación. Comenzó a fingir penetrarme y yo soltaba exhalaciones, deseaba tanto que esto no fuera mentira. Comencé a perderme en su espalda por rasguños y gemidos falsos, mencionaba su nombre de Romeo y él gruñía. Llegamos al éxtasis arqueando nuestras espaldas y de una forma agitada. Podría jurar que Hiccup acababa de penetrarme de la forma más romántica que uno puede imaginar.

-¡Espléndido! -dijo el director mientras se levantaba de su asiento dando aplausos emocionado mientras se acercaba a nosotros- Nunca pensé ver tantos sentimientos, lujuria, desesperación, amor en una escena. Simplemente espléndidos. Bueno chicos, esto es todo por hoy, nos vemos el lunes a primera hora para hacer los retoques finales.

¿Lemonlandia Mericcup?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora