002. Jefe. Merida

828 32 0
                                    

- El jefe Haddock lo atenderá ahora mismo puede pasar. - Hablo la secretaria del susodicho.

Asentí con la cabeza para poder pasar a la oficina. Me acerque a aquella puerta para abrirla y cerrarla destras de mi.

Al voltearme ví que hombre que me volvía loca mirando por su venta que daba a toda la ciudad. De la nada se empezaron a cerrar las ventanas para convertir la habitación obscura iluminada por varias luces.

- Señorita DunBroch tome asiento. - Hablo mostrándome ese rostro. Ese hermoso rostro...

Asentí con la cabeza para tomar asiento en el otro lado del escritorio. El al igual lo tomo en donde se encuentra el lugar del jefe. De mi portafolio saque unas hojas sobre las ganancias de la empresa.

Empeze a explicar todo lo que tenía que contarle, por lo que me habían mandado a hablar con el. En un momento el se paro alado de mi haviando que me trabara en algunas palabras y poniendo mi exalacion más rápida.

Se acercó a mí recargandose en la silla en la que me encontraba. Empezó a pasar una mano por debajo de mi falda para poder acariciar mi pierna.

- Por favor pare señor Haddock. - Tome su mano para que se detuviera.

- ¿Por que Merida? - Me Pregunto acercándose a mi cuello para poder besarlo. - ¿Qué ya no te gusta esto?

Empezó a pasar de nuevo su mano estremeciendome por mis piernas. Estaba acercándose a mi parte íntima.
Me parece de golpe para quedar enfrente de el.

Empezó a besar mi cuello para después tomar mi trasero y poder aplastarlo con éxitacion, al igual que masajearlos. Me empezó a pegar a la mesa para después pasar su mano por el escritorio aventando lo que se encontrara ahí sentandome en aquel lugar abriéndome de piernas para que el se metiera en ese espacio. Y poderme besar.

- Señor Haddock, alguien nos puede oír. - Hable enmedio de mis exalaciones agitadas.

- La secretaria salío a comer y tarda una hora, y le envié un mensaje que tomara otras dos horas para ver a su familia. - Hablaba mientras jugaba con mi cuerpo. - Tranquila, déjamelo a mi.

Empezó a desabrochar mis botones de mi playera para poder bajarlas por mis hombros. Enrrolle mis piernas en sus caderas. Sus besos fueron bajando hasta mis pechos. Empezó a rodear el brasier color rojo estremeciendome.

- Quitatela. - Susurro.

- Ganatelo. - Me mordi el labio.

Se empezó a quitar la camisa al igual que bajar los pantalones dejando ver una tela cubriendo su erección.

- Tu turno querida - Hablo sonriendo.

Entonces empeze a bajar mis tirantes para después desabrocharlo. El se acercó a mí para masajearlos suavemente para después acercar su boca y poder meterlos a su boca.

- Hiccup... - Mi exalacion no me deja hablar - Se siente bien - Coloque mis manos en su cabeza y poder seguir su ritmo.

La verdad Hiccup y yo no habíamos llegado a estos extremos. Sólo a besos y a caricias. Pero nunca a quedarnos al descubierto entre nosotros.

Empezó a deslizar sus manos a mi falda para poder quitar su botón. Logro subirla a mi cintura y bajar mis bragas con delicadeza, su lengua de un momento a otro se encontraba dentro de mi jugando con mi cuerpo mientras varios jadeos salían de mi boca. Por la forma en la que me penetraba y jugaba con mi sexo me retorcía de placer en el escritorio. Los dioses son tan grandes.

Pero entonces empezó a sonar mi celular de la bolsa. Hiccup no paro lo que estaba haciendo y estaba obligada a responder así.

Ví que se trataba de mi novio. El me volteo a ver para que atendiera

- Hola Hans
- ¿Mérida donde estás?
- En una junta de negocios y no puedo contestar ahora.
- Solo te marcaba para ver si quieres que pasara por ti.
- Este si claro, en una hora está bien. -dije evitando sacar un gemido.
- Okey amor.
- Bye mi vida.

Colgué

- ¿Continuamos? - Pregunto el señor Haddock acercándose a mi abriendome las piernas.

- No señor Haddock - Puse mis manos en su pecho. - No es justo, usted tiene una Esposa y yo tengo un novio que me quiere. - Empeze a vestirme.

- ¿Te complace? - Pregunto de la nada.

- ¿Disculpe? - Pregunto.

- Que si hacen sexo. - Pregunto serio.

Guarde silencio, la verdad es que si teníamos pero el... La tenía chiquita.

- O ya entiendo. - Dijo. - Merida deja que yo lo haga para que sepas cómo lo hace un verdadero hombre. - Susurro a mi oído.

Lo voltee a ver para que el me plantara un beso en el, fue metiendo la legua y mientras lo hacía fue quitando la camiseta. Me tomo de los glúteos mientras me alzaba los apretaba.empezo a caminar mientras me llevaba al sillón para recostarme.

El beso se volvía intenso cada vez que pasaba. Hiccup bajo tanto mi falda como mis bragas. El empezó a bajar parte de sus pantalones con su boxer. "Dios mío quedare paralitica después de esto"

- Hagamos esto rápido antes de que tu novio llegue - Hablo acercándose a mi lentamente.

Cuando sentimos algo en nuestras intimidades lo voltee a ver.

- Mete solo la punta. - Se susurré.

- Será más que eso. - Me Susurro.

Lo tome de los hombros mientras lo introducía empece a sacar varias exalaciones rápidas.

- Oh... - Estaba intentando que se detuviera. - Metela más - Susurré cerrando mis ojos poniéndome débil.

Hiba más rápido empezando su rutina de todos lo hombres. Pero el hiba rápido y era más fuerte conmigo. Colocó sus manos pasando las por mi espalda para poder empujarme hacia el.

"Rico" exalaba repentinamente.

Empeze a comodarme a su ritmo duro. Empezamos a sacar gemidos de nuestros cuerpos. Mientras avanzaba el tiempo rasguñaba su espalda.

- Hiccup... - Sacaba mis exalaciones.

Creo que eso lo excitaba por que intentaba hacer la situación más fuerte y rápida.

- Merida me voy a...

No pudo terminar de decirlo por que se corrió en mi. Por medio Hiba expulsado sacaba una exalacion al igual que yo.

Se detuvo para terminar conmigo.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

- ¿Nos vamos Merida? - Hablo Hans agarrándome de mi cintura.

- Claro. Hasta luego señor Haddock. - Le sonreí.

- Sabes que tú eres bienvenida cuando quieras. - Me guiño el ojo con una sonrisa.

Para después que las puertas nos separaban.

¿Lemonlandia Mericcup?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora