Capitulo IX

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~Alfa

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~Alfa....

INFRAMUNDO - GRIGORI.

El inframundo era una copia de la tierra, solo con la leve diferencia de que esta no tiene mega conjuntos de agua como lo son los océanos. Con tanto terreno libre incluso entre los demonios, los 72 pilares en su mejor momento guiados por sus gobernantes, esto aún dejaban 4/7 de tierras libres sin habitar, sin reclamar y sin jurisdicción.

Uno de estos espacios libres seria donde los ángeles caídos se reubicaron después de ser liberados del castigo del dios cristiano, una ciudad seria erigida en el terreno.

Y se crearon cuarteles, como este. Tres edificios que se conectaban en el centro para que los altos mandos, los más fuertes de todos se reunieran para asuntos de extrema importancia para su gente.

Si uno entrara allí, vería como todos corrían de un lado a otro, nerviosos, molestos y otros más pocos satisfechos con lo que estaba sucediendo.

En simples palabras...todo era un caos.

Azazel "gobernador" de Grigori y jefe del departamento de investigación.

Shemhazai Vicegobernador de Grigori y el único que puede mantener una cuerda en el cuello de su hermano Azazel.

Penemue jefa de seguridad y milicia de Grigori.

Barakiel con asuntos y relaciones exteriores.

Estos fueron los cadres, los más fuertes entre los doscientos caídos originales que cayeron en el libro de Enoc. Los conocidos vigilantes que mermaron su propósito impuesto, perdiendo la gracia de los cielos y fueron castigados a colgar de los cielos.

"No lord Adima, ninguno de los altos mandos estaba enterado de los planes de K--- sí, técnicamente en un subordinado y un cadre, pero en--- no señor, no hay motivos para pasar a hostilidades ni nada parecido...¿ ? Pero... eso... Lord Adima...si, tenga por seguro que haremos lo necesario para corregir...si lo lamentamos. Haaaaa" Ese fue el suspiro de cansancio de una mujer de belleza sobrenatural de piel bronceada clara con largos cabellos hasta su cadera de color negro brillante, usando una túnica blanca larga adornada con detalles azules y una tiara de plata donde colgaba un sigilo sobre su frente, una mujer hermosa que cayó derrotada sobre su escritorio tratando lo más posible de llevar la conversación con un Dios a una dirección no hostil. Sus manos temblaron de ira hasta que estallara en una rabieta,

"¡¡MALDITA SEA KOKABIEL!!! ¡¡CUANDO PONGA MIS MANOS SOBRE TI YO...!!!" Maldijo la mujer sobre las acciones de su hermano menor y de los problemas que le estaban causando.

"No, GRIGORI no tuvo nada que ver con eso. Tenga por seguro que no queríamos revelarnos al mundo humano y causar tantos problemas... si, pero...Lord Ebisu...no hay motivos...entiendo, estaré allí inmediatamente." Un hombre de apariencia ruda y seria se levantó de su asiento una vez terminada su llamada con uno de los dioses más buscados por los humanos japoneses. Su pelo se encontraba desordenado por el continuo estrés de las llamadas y exigencias de las distintas facciones sobre ellos una vez que una transmisión anónima mostraba lo presente sucedido de una ciudad, que la humanidad trate de matarse entre si no era nada nuevo... pero que estos fueran atacados por un ser sobrenatural no era un tema para pasarlo por alto.

Fate DxD: El Regreso De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora