Capitulo XIII: Lo Lamento Miku.

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Pocos momentos antes del encuentro con Riser.

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Miku caminaba por los pasillos de la academia Kuoh, sinceramente ella se encontraba aburrida. A diferencia de sus hermanas que estaban en clases compartidas... ella estaba aburridamente sola. Su clase fue agradable... al menos fue Asia, no la malinterpreten, por alguna razón la mitad de las chicas le dejaron de hablar y podía sentir cierta hostilidad, y la otra mitad por alguna otra razón le pedían consejos sobre cómo conquistar a Yuto Kiba... A excepción de Asia, siempre disfrutaba la compañía de Asia... Ambas tenías dificultades para hablar con otros. Pero eso estuvo cambiando en Asia, podía jurar que tenía algo más de musculo y se miraba un poco más alta, y el que se haya cortado el cabello también fue un punto de que Asia estaba cambiando para bien. Hoy fue solo un día de estudia y clubes... Ella estaba en el club de economía doméstica en el cual dominaba el diseño de interiores el amueblamiento correcto del hogar, la artesanía japonesa, la costura, ropa y otros tejidos... y la cocina, en el cual ella en realidad fue malísima. Podía hacer cualquier otra tarea de una mujer ama de casa o padre moderno, pero por alguna razón, parecía que la cocina estaba en contra de ella... pero no se rendiría, no caería sin pelear.

Sin siquiera saberlo había llegado al lugar de rutina de almuerzo de ella y los demás... Y eso amargo aún más su día, no podría ir a comer con sus amigos, ellos... Hoy fue un tonto día de auto-estudio en los clubes, por lo que no podrían almorzar juntos hoy. Fueron especiales a su manera. Asia.. Una amiga y la única en la que podía confiar más en las chicas. Hyodo-san... Bueno, ella mantenía cierta distancia de él aun, sabiendo que no le haría nada con Asia enfrente de ella. Pero sabía que él la desvestía con la mirada... ella necesitaría ese spray en pimienta y luego obligarlo a cometer harakiri para expiar todos los males de Hyodo-san. Pero quitando todo lo pervertidos de él... En realidad, es un buen chico... Demasiado honesto. Casi parecía que fue incapaz de mentir.

Y finalmente, el primo de Asia. Emiya Shirou, aunque no se parecían en nada, aunque Shirou tenía una imagen extranjera con su cabello blanco y figura japonesa, era un poco más alto que otros, y una figura que la mayoría de los chicos aquí envidian... en otras palabras casi no parecía totalmente japonés, y él su primer amigo en la academia Kuoh, aún recordaba cuando ambos tropezaron al inicio cuando se conocieron... entonces noto aun gran ave parado sobre una rama mirándola a ella con interés. Un ave blanca con plumas casi doradas y ojos ámbar, fue hermoso. Tomando un pedazo de su almuerzo, lo coloco cuidadosamente sobre el verde césped del que ahora sabe que es el lugar favorito de Emiya Shirou.

El ave parecía confundida con lo que hizo cuando ladeo su cabeza hacia un lado. Y después él se olvidó de ella al saltar de la rama al césped, cosa que la hizo retroceder varios pasos atrás cuando entonces vio que el ave en realidad era muy alta... y con garras grandes y filosas

"E-ep" ver esas garras la hizo tragar un poco de saliva. Hizo bien en darle comida, sino ese sándwich seria ella.

El Ave solamente tomo el sándwich y volteo su mirada hacia ella, mirándola con sus ojos dorado ámbar, para luego estirar sus grandes alas para moverse a través del aire y volar a la gran distancia entre la tierra y los cielos.

La relación de Asia y Shirou... Se sentía como un león cuidando a sus cachorros. Siempre al pendiente de Asia en cosas que no entendiera. De la misma manera... Asia parecía idolatrar a Shirou como todo un modelo a seguir, como un hermano mayor, siguiéndolo de un lado a otro como un cachorro a su padre, queriendo su aprobación y halagos cuando esta hiciera algo bien. Shirou parecía moldear a Asia, como un alfarero modelando su vasija, Shirou le daba forma, pero permitía que Asia lo llenara por sí misma, Shirou quería lo mejor para ella dejando que ella tomará sus propias decisiones... Dejando su libre albedrío a propia rienda suelta.

Fate DxD: El Regreso De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora