Fate DxD: El Regreso De Un Héroe

Capitulo XI

Tenía un grave problema para lograr concentrarme.

Parte del problema se trataba en el paradero de Mordred, los niños desaparecidos y los artículos robados cuya información ni siquiera ha sido interceptada.

El verdadero problema... había 4 malditos lagartos con alas siguiéndole la espalda por toda la Madriguera mientras huía de sus feroces alientos elementales.

Y en medio de esos salvajes alientos, las sedientes llamas de un violeta intenso casi rojizo fueron muy distintivos mientras contrarrestaba en un giro sobre su propio eje sin detener su velocidad con sus propias llamas negras.

Las llamas del mal y las llamas de la venganza colisionaron entre sí.

Los ojos dorados se encontraron con la venda oscura cubriendo su rostro, pero la manera en que su ojo izquierdo se mantuvo impasible contra la mujer.

Ninguna de las pupilas retrocedió cuando las inmensas llamaradas pasaron sobre el otro, quemando todo a sus alrededores con brasas ardientes dignas del purgatorio.

Las llamas donde todo termino para una mujer.

Las mismas llamas donde todo comenzó para él.

¡Que el epilogo de esta aventura termine en cenizas!

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Mis instintos no me mintieron.

Este día se mostraba tranquilo, y eso realmente me molestaba... muchos consideran que tal tranquilidad sería algo con lo que agradecer, pero para mí... siempre significo la calma antes de una tormenta.

Algo sucedería... y tendría que pelear.

Pelear y ganar si quería volver a casa... a encargarse del papeleo. Vaya manera de motivarse, salía de un campo de batalla solo para meterse a uno distinto.

Sin ninguna pista mientras miraba a través de las ventanas de los distintos negocias en este lugar, el viento se mecía sobre mi cuerpo sacudiendo mis túnicas meciéndolas con dignidad.

De un momento a otro, el frio repentino azoto sobre el cuerpo de Shirou, obligándolo a mirar a sus alrededores con conmoción... el clima no cambiaba tan rápido si no es por un tercero involucrado, ese frio fue tan inesperado que hizo congelas las lámparas de luz entre las calles de la Madriguera.

"...Lo sabía" Shirou no pudo evitar maldecir su suerte, realmente sabía que algo sucedería con tanta calma... debía prepararse mientras se mantenía estacionado para guardar energía. En caso de que él fuera el objetivo, no podía confiarse desperdiciando fuerzas.

Shirou solo podía ver como de manera absurdo los alrededores comenzaban a escarcharse como si de una película de ficción se tratara, prontamente tal clima le permitió ver su propia respiración sobre el aire, Shirou camino lentamente por los alrededores de las calles, notando que muchos de los transeúntes ni siquiera se molestaron con el cambio de clima manteniendo sus intereses en el negocio constante... la codicia sin duda era un pecado.

"Ha~" Shirou sintió el frio cosquillar sobre su piel expuesta, decidiéndose a usar algo que ardía más que el fuego.

Y respondiendo a sus deseos, las marcas negras se extendieron sobre los músculos de su cuerpo para calentarlo, a excepción de las marcas ordenadas que había desarrollado debido a un control que había tardado en desarrollar para no sucumbir a una intensa sed de sangre como en su adolescencia... estas se extendieron sobre todo su cuerpo calentándolo como una antorcha o un abrigo formando una sonrisa en Shirou, pero después se volvió una mueca irónica.